"Podemos concluir que fue un año muy distinto en varios aspectos donde debimos trabajar bajo condiciones que nunca hubiéramos pensado, pero reafirmando el valor estratégico que tiene la producción de alimentos" declaró Nicolás Pino, candidato a presidente de la Sociedad Rural quien coordinó el trabajo junto con otros referentes del MCF.

En la investigación realizada con los candidatos a directores de cada distrito y productores de todas las regiones, sobresalió que el año transcurrido bajo las circunstancias que implica una pandemia, produjo algunos cambios que llegaron para quedarse. Un claro ejemplo de esto se puede ver en la ganadería, donde los remates virtuales se consolidaron como una herramienta a lo largo del país. En tanto se visibilizó que "el aspecto más positivo del año fue la recuperación de precios agrícolas y ganaderos" afirmó Pino. En el relevamiento también se notó un fuerte incremento en las operaciones comerciales mediante distintas plataformas financieras, entre otras particularidades de este año.

Según otros datos obtenidos la agricultura tuvo un buen cierre de campaña 2019/2020 y los primeros resultados de la cosecha fina auguran buenos rendimientos, por lo cual se percibe un optimismo de muchos productores para los meses futuros (exceptuando algunas zonas donde el clima jugó una mala pasada tanto en déficits hídricos como en incendios rurales).

El panorama en las producciones regionales en muy disímil y estuvo condicionado por diversas razones a lo largo del año.

En la región patagónica y cordillerana el invierno fue muy crudo y eso produjo perdidas productivas significantes y replanteos de alimentación en los animales y los precios de las lanas se derrumbaron como hacía muchos años no pasaba. La producción frutícola sufrió los vaivenes de una economía casi paralizada y los flojos precios ganaderos en el comienzo de la zafra se revirtieron y lograron que eslabones como los engordadores, tengan una buena relación de compraventa.

Los productores consultados del litoral y norte argentino destacaron como denominador común una sequía muy fuerte que produjo perdidas en cultivos como: yerba, te, tabaco, cítricos, horticultura, forestación, etc. que, sumada a la presión impositiva, redujeron la rentabilidad dejando a muchos productores en una situación compleja. Por ejemplo, en la provincia de Entre Ríos, se creó un nuevo tributo llamado "impuesto solidario" que fue equivalente a una cuota adicional del inmobiliario rural.

En cuanto al clima, Misiones sufrió la mayor sequía en los últimos 50 años y en otras como Chaco y Formosa, los fuertes vientos sumados a la pronunciada bajante de los ríos generaron un desconocido ambiente seco que contribuyó al penoso fenómeno de los incendios, que también se dieron en Corrientes.

El relevamiento en los distritos del centro del país arrojó que los productores comenzaron el año "dentro de lo previsto", más allá del cambio de reglas juego que impuso un nuevo gobierno. Pero en marzo todo empezó a ser distinto y la incertidumbre y los riesgos de trabajar en el marco de una emergencia sanitaria, los obligó a acostumbrarse a manejar muchas tareas a distancia. Los resultados de cultivos cosechados como el trigo, la cebada y el girasol fueron buenos.

En cuanto a la ganadería las lluvias del comienzo de primavera dejaron buenas pasturas y el panorama de los engordadores se ajustó por el precio del maíz. Para la lechería de Santa Fe, por ejemplo, ha sido un año climáticamente muy difícil ya que venían de una inundación y se pasó a una sequía. El estancamiento de precios al productor quebró la regla en 3/1 góndola/productor.

La producción ovina y caprina busca tener una demanda que no pareciera asomar y por el contrario, industrias como los biocombustibles vislumbran la aparición de un nuevo mercado como es el transporte público de pasajeros y las flotas gubernamentales, despertando buenas expectativas para el 2021.

En la provincia de Córdoba, la sequía de este invierno superó el récord del 2009 produciendo incendios en distintas zonas. La cosecha de arvejas y garbanzos han tenido rendimientos muy por debajo de lo esperado con un 30% menos del promedio histórico. Los cultivos de maní, soja y sorgo avanzan con normalidad su etapa de siembra luego de rendimientos estables en la campaña anterior.

Por último y en líneas generales a nivel país, la falta de infraestructura en caminos y conectividad rural siguen siendo temas complejos en los que poco o nada se ha avanzado a lo largo del año. Varios productores destacaron que el acceso al financiamiento bancario y la multiplicidad en los tipos de cambio, complicaron el desarrollo comercial de varios productos y potenciaron la utilización de herramientas financieras digitales.

Con respecto a los próximos meses, los encuestados se mostraron optimistas en base a la recuperación de los precios, además de la normalización del comercio interno y mundial.

Cabe destacar que dentro del espacio del Movimiento Compromiso Federal participan referentes de casi todas las producciones y asociaciones del país, quienes conformaron, a través de esta investigación, un balance sectorial muy completo.