La relación vientre / novillo

La relación vientre / novillo es un indicativo de la fase del ciclo ganadero. Durante las fases de retención, los vientres son quienes aumentan su valor de manera más que proporcional, seguido por los animales de invernada y por último el gordo. En las fases de liquidación las relaciones se invierten

Se estudia la relación vientre / novillo a través de la evolución del precio de la vaquillona preñada como indicador del valor del vientre. La relación vientre/novillo se obtiene a través del cociente entre el precio por cabeza de la vaquillona preñada y el valor promedio del kilo de novillo del mercado de Liniers. El resultado del cociente indica la cantidad de kilos de novillo que son necesarios para comprar una vaquillona preñada.
El objetivo del presente análisis es ver si existe algún tipo de correlación entre ambas categorías y a que se debe el comportamiento tan disímil que tiene a lo largo del tiempo.

Relación histórica entre el vientre y el novillo

En el gráfico 1 figura la evolución de kilos de novillo promedio anual necesarios, para comprar una vaquillona preñada el promedio de la serie 2000-2017, y los promedios mensuales del año en curso.

Grafico 1

El promedio de la serie indica que 447 kilos de novillo equivalen a una vaquillona preñada. El máximo valor promedio anual relativo para los vientres, se obtuvo durante 2011 en donde fueron necesarios 543 kilos de novillo por vaquillona, mientras que el menor valor ocurrió en 2009 en dónde 378 kilos eran equivalentes a una vaquillona.

El pico máximo mensual de la serie considerada ocurrió en noviembre de 2015, donde se alcanzó un valor de 649 kilos por vientre. El mínimo mensual ocurrió en marzo de 2009, con 302 kilos de novillo por vientre. Tomando como base los 302 kilos del mínimo, la diferencia con el máximo ocurrido es 115%!!!!!

La fluctuación de la relación entre estas dos categorías es muy grande, siendo mayor su amplitud interanualmente que dentro del año calendario.

En noviembre del 2005 el gobierno de ese entonces comienza a intervenir en el mercado de hacienda. Durante la primavera de 2005 el precio de la hacienda sufre aumentos, y la primera medida tomada por parte de la SAGPyA fue incrementar el peso de faena. En marzo del 2006 como consecuencia de la fuerte demanda interna el precio vuelve a subir y es entonces que el gobierno decide cerrar las exportaciones. De ahí en adelante y hasta el 2009, la faena se va incrementando año a año, llegando a faenarse más de 16 millones de cabezas. El stock ganadero cae en ese lapso más de 10 millones de cabezas. Se produjo una clara fase de liquidación de stock, y como consecuencia del aumento de la oferta los valores de la hacienda caen y los vientres en particular lo hacen de manera más que proporcional. En el gráfico se ve claramente que en términos de kilos de novillo el vientre se vuelve mucho más accesible.

A partir de noviembre de 2010 y como consecuencia de la escasez que comienza a darse en la faena los precios se recuperan sustancialmente, siendo 2011 uno de los años con mejor cotización de la hacienda. La consecuencia inmediata del aumento del gordo fue el aumento más que proporcional de la invernada y de la cría.

El mismo vientre que en 2010 se adquiría con aproximadamente 450 kilos de novillo pasó a precisar de casi 550 kilos para su compra.

El precio del vientre es función del precio del novillo, y también de la expectativa que exista por parte de los productores respecto al futuro de la ganadería.
Eso se manifiesta claramente durante el año 2015, en dónde el aumento relativo del precio del vientre respecto del gordo es consecuencia de la expectativa que generó la nueva administración nacional.

De 2015 en adelante el vientre ha venido perdiendo valor relativo respecto del gordo año a año.

El precio del vientre y su vínculo con el precio del novillo

Las relaciones existentes entre las distintas categorías ganaderas, marcan en más de una oportunidad el ánimo del mercado.

Como se comentó, en los ciclos ganaderos, es común que cuando existe retención, los vientres son quienes aumentan su valor de manera más que proporcional respecto de las otras categorías ganaderas, seguido por los animales de invernada y por último los animales que van a faena. En la fase de liquidación, sucede lo contrario, los valores de los vientres resultan ser los que más valor relativo pierden, seguidos por la invernada y por último el gordo.

Cuando el mercado ejerce una mayor demanda sobre el gordo, el novillo aumenta su precio. Esta presión alcista sobre el gordo, generalmente seca un poco la plaza de animales a faena. Este incremento en el precio del gordo, produce una mejora en la rentabilidad del negocio de invernada, por lo tanto los invernadores podrán aumentar los valores a pagar por los terneros. De tal manera, una parte del incremento en la renta del invernador se trasladada en una mejora en el precio del ternero. El aumento en el precio del ternero hace más rentable a la actividad cría, y finalmente la suba del ternero termina impactando poco más tarde en el precio de los vientres, haciendo que su valor suba de manera más que proporcional.

En el grafico 2 se muestran los promedios anuales de los valores que ha tomado la vaquillona preñada (expresado en dólares libres por cabeza) en función de los correspondientes valores del novillo en u$s/kg. Cada punto representa la intersección entre el precio promedio anual de la vaquillona y el del novillo. Así vemos que en años donde el novillo tenía bajos precios el valor del vientre cae abruptamente. A medida que el gordo aumenta, el precio del vientre también lo hace, aunque a un mayor ritmo. Cada modificación en el precio del novillo provoca una modificación mayor en el precio de la vaquillona, quedando claramente expresado el vínculo existente entre el precio del vientre en función del precio del novillo.

Este comportamiento histórico del precio del animal de cría respecto del novillo, tiene una correlación de casi un 97%.

Grafico 2

Estimar el precio del vientre en función del valor del novillo, en lugar de considerar su relación promedio histórica, evitará que se sobrevalue la vaquillona cuando los precios del novillo sean bajos, como así tampoco subvaluará a éstos cuando los valores del novillo sean altos. De hecho se debe recordar que el promedio esta cerca de los 450 kilos de novillo, pero existen momentos en que una vaquillona preñada se consigue con 300 kilos de novillo y otros donde fueron necesarios casi 650 kilos.

Por ello a la hora de hacer cualquier planificación para un establecimiento ganadero, y analizar la sensibilidad del planteo propuesto a diferentes escenarios futuros, resulta muy útil saber que las relaciones entre las diferentes categorías ganaderas tiene un determinado comportamiento, y el mismo posee una alta correlación. A pesar de estar altamente correlacionadas las diferentes categorías entre sí, se mueven de una manera diferente al gordo. De ahí la importancia de saber que ecuaciones relacionan a unas con otras, para predecir sus respectivos precios futuros.

Esto permite que ante una variación determinada en el precio del novillo, podamos estimar cual sería la variación en el resto de las categorías, y no dar por sentado que van a tener ni la misma variación porcentual, o que se comportarán como su promedio lo haría.

Estacionalidad de la relación vientre / novillo

Más allá de la estacionalidad propia del precio del novillo y de la vaquillona, en líneas generales de puede afirmar que la estacionalidad de la relación entre estas dos categorías tiene un saldo favorable para los vientres, durante los meses de primavera / verano, es más cara respecto del novillo. Mientras que la relación resulta desfavorable durante para el vientre el otoño /invierno. Es decir, a valor novillo conviene comprar en otoño/invierno.

Grafico 3


Los desvíos mensuales que se producen son muy importantes. Ello se debe a la importante variación interanual.

Al analizar las relaciones mes por mes, independizándose del año, existe una elevada correlación entre el precio del novillo y el de la vaquillona preñada, y la misma varía considerablemente de acuerdo al precio del gordo.

Cuanto mayor es el valor del gordo, más variabilidad existe en la relación entre las dos categorías. Incluso se modifica el momento de que se produce la relación menos favorable para el vientre. Cuando el precio del novillo es de 1 u$s/kg, el mínimo sucede en el mes de junio, mientras que si el precio del novillo fuera de 1,5 u$s/kg el mes en él que ocurre es marzo.

Gráfico 4


Conclusión

La variación en la relación vientre / novillo es consecuencia, y no la causa, de la realidad que atraviesa el negocio de producción ganadera. Cuando el margen de invernada es bueno, cosa que ocurre con altos valores del gordo, los buenos valores del animal para faena arrastran a la suba el precio del ternero de manera más que proporcional. Este aumento relativo mayor que tienen las categorías de invernada respecto del gordo, lleva a que el margen de la cría vacuna aumente sustancialmente. Como consecuencia de la mejora en la renta del negocio de la cría vacuna, la fábrica de producir terneros (vientres) aumenta su precio de manera más que proporcional. Esto sucede porque en las fases de retención del ciclo ganadero, la cantidad de terneros pasa a ser quien limita la producción nacional de carne.

El proceso se invierte en las fases de liquidación del ciclo ganadero, y por ende el vientre pierde valor respecto de los animales destinados a faena.

Por Ing. Agr. Andrés Halle