Con una entrada pobre y en el contexto de un paro nacional que tuvo un alto acatamiento, se dieron los negocios del lunes en el Mercado de Liniers con una oferta de 660 vacunos.

En uno de los días más fríos del año en el recinto, la hacienda remitida, que ingresó el domingo por la noche, fue negociada con valores similares a los del cierre del período anterior.

Hubo pocos compradores caminando las pasarelas. La única subasta pública que se realizó, con totalidad de vacas, contó con la presencia de un puñado de vaqueros que prácticamente no pujaron para llevarse los lotes.

Para mañana, y en función de los efectos de la huelga general, se aguarda una oferta de escasas proporciones.