Si bien el ambiente no se ha secado de una manera total, las lluvias han retrocedido en forma elocuente y ya desde hace más de diez días no se observan chaparrones de importancia. Podríamos decir que este comportamiento ya había comenzado a instalarse a principios de la última década del mes de abril y esto, afortunadamente, se está consolidando con el correr de mayo.

Entre el domingo y el lunes, algunas lloviznas dispersas reaparecieron en distintos sectores de la franja central. Los acumulados apenas si llegan al milímetro y mayormente han sido detectados por los pluviómetros automáticos, ya que no ha habido reportes de lluvia desde las estaciones de medición con pluviómetros convencionales.

Esto ratifica el comentario previo, es decir, hablamos de un fuerte cambio en la frecuencia y persistencia de las precipitaciones, sin embargo el ambiente húmedo sigue presente. Esto también favorece el despliegue de fenómenos típicos del otoño como son las nieblas y neblinas. Las mismas encuentran un entono adecuado para concretarse cuando se dan madrugadas más frescas, siempre que persista el ambiente húmedo.

En resumen, podemos decir que por un lado es bueno el cambio del patrón pluvial, pero las condiciones para la cosecha no son las ideales dado que el ambiente se sostiene demasiado húmedo en las primeras horas del día. Lamentablemente el corrimiento de la cosecha al mes de mayo, forzado por los excesos pluviales, induce a los productores a trabajar bajo condiciones más húmedas que las óptimas.

El período de inestabilidad que estamos atravesando no debería dejar más que lloviznas o algunos chaparrones dispersos. El fin de semana se espera que el ambiente más fresco y seco comience a imponerse.

Las circunstancias pluviales que marcaron el desarrollo del mes de abril imponen ciertas restricciones a la mejora de balance hídrico. Si bien la fuerte merma de las precipitaciones viabiliza la eliminación de los excesos hídricos, las situaciones de cosecha parecen imponer sectores muy diferenciados. En lotes con buena escorrentía la cosecha avanza sin mayores problemas, pero en otros casos el problema persiste debido a la escasa ayuda que en esta época del año aporta la atmósfera a la hora de evaporar el agua. Este mecanismo es el complemento lógico de los drenajes naturales, sin embargo, este es otro impacto de las precipitaciones de abril, es decir, los suelos saturados entrando al mes de mayo, son mucho más difíciles de orear que si se hubiesen dado en el mes de abril. El corrimiento del máximo pluvial y en este caso de un extremo pluvial, de marzo a abril, generó un daño en la producción de una dimensión que aún no es clara.

Naturalmente esta quincena de días donde las precipitaciones han sido significativamente más escasas que en semanas previas han favorecido el retroceso de los excesos hídricos. No evaluamos aquí las condición de los ríos, situación que puede ser seguida en la página de la Dirección de Hidráulica de la provincia de ER o en el Instituto Nacional del Agua, donde puntualmente se actualizan los niveles en las distintas cuencas y eventualmente las alertas vigentes.

Cuando nos referimos a situaciones diferenciadas, queremos decir que es posible que haya bajos donde la situación hídrica aún siga impidiendo el acceso a los lotes, es decir, donde la situación no se haya optimizado para lograr avanzar con la cosecha. Entendemos que en las zonas que por las características topográficas las limitantes de piso decrecen, igual hay que lidiar con las condiciones ambientales ya descriptas. En resumen la cosecha sigue siendo una gran incógnita y gran parte de la producción tiene la calidad fuertemente condicionada.

Por otra parte los productores están cuidando mucho de romper demasiado el piso de los lotes, ya que de cara a la siembra de la fina esto representaría un agravante extra y dificultades que en algunos casos, aun con intención, se haría difícil la implantación.

El escenario que resta para el desarrollo del mes de mayo seguramente se encamine hacia una situación que resultará antagónica respecto del mes de abril. Es muy poco probable que reaparezca una situación como la observada en los primeros veinte días del mes pasado.

Las lluvias normales o por debajo de las normales favorecerán las condiciones de piso, sin embargo el corrimiento de las fechas de cosecha complejizan el avance de esta tarea y el acople con el inicio de la fina necesariamente planteará ajustes de estrategias. Como se ve la consecuencia de las precipitaciones excesivas del mes de abril, deriva en dificultades que se harán sentir por un largo período y en muchas actividades vinculadas al cierre de la gruesa y al inicio de una nueva campaña de granos finos.

  • Por CCA - exclusivo Agrositio
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