La reorganización del área de Transporte y las negociaciones con Daniel Scioli y Mauricio Macri tienen una principal causa económica: el gobierno nacional se está quedando sin dinero para seguir pagando los subsidios y, con la recaudación dañada por la menor actividad, las alternativas no son muchas. Pero también hay cuestiones políticas, que tienen costados económicos y pueden derivar en pujas territoriales, como el intento de meter mano en cajas que hoy manejan en soledad los intendentes del conurbano.
Por otro lado, muchos empresarios que antes trataban con él, creen que todo está listo para que Julio De Vido salga del gabinete -tras la completa licuación de su poder- sin que haya ninguna conmoción. "Si se pensaba hace unos meses surgía un tembladeral ¿quién iba a manejar en su lugar las multimillonarias partidas que tenía a su cargo?, ¿cómo se iba a reorganizar todo?", recuerdan. Pero ahora no hay tal incertidumbre. De Vido ya no maneja casi nada y fue su esmerilamiento desde lo alto del poder lo que, dicen desde las filas macristas, impidió, un acuerdo por el subte. Estuvo a menos de una hora de firmarse en enero último y fue torpedeado por la Casa Rosada, desautorizando por completo al Ministro de Planificación, que estaba a punto de estampar la firma.
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, tras la primera reunión para conformar la Autoridad de Transporte Metropolitano, aseguró que no se había tratado el tema de tarifas y subsidios, pero demostró tener muy presente la información del área que acaba de recibir y precisó que está previsto gastar este año poco más de $ 20.300 millones para contener el incremento de los precios finales en el transporte. Esa cifra no es sólo para el área metropolitana, como el ministro pareció sugerir, sino el total del país. E incluye no sólo trenes, subterráneos y colectivos, sino también a Aerolíneas Argentinas, que aumenta a más del 60% su nivel de subvenciones. Las últimas cifras fiscales muestran un alza alarmante y hacen más que probable que la reducción de subsidios abarque todo el país. La intención oficial parece ser trasladar la mayor parte posible del costo político a Scioli y a Macri. Y tras los aumentos en el área metropolitana, justificar las subas de los boletos de colectivo en el resto del país.
Los datos procesados por la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP) muestran que la actual tendencia no podrá mantenerse y serán necesarios ajustes, que serían la urgente prioridad para Randazzo. La presidenta Cristina Kirchner parecía decidida a principios de año a hacer ajustes tarifarios, que incluso fueron anunciados tanto por De Vido como por avisos oficiales. Pero luego abandonó la idea.
En el macrismo creen que la pérdida de poder de De Vido tuvo mucho que ver con que fracasara el traspaso de los subtes a la administración porteña. "Habíamos negociado todo con él, después de pelearnos se habían acercado posiciones y una mañana llamó y dijo: Vengan que lo firmamos ", recordó un funcionario involucrado. "Pero cuando faltaba poco para el encuentro, nos enteramos por la televisión que Nilda Garré anunciaba que le quitaban la custodia de la Federal a los subtes y ahí Macri se dio cuenta de que todo había fracasado, que la Rosada lo había dejado a De Vido colgado del pincel", rememoraron las fuentes.
Parte del acuerdo era que la suba del valor del viaje en subte daría cierta cobertura política a los incrementos de boletos de trenes y colectivos que diseñaba el ministro de Planificación. Era, sostienen, parte de la negociación que fracasó. Pero Randazzo tendrá otros problemas políticos. Las líneas de colectivo comunales, que prestan servicios sólo en el conurbano y que son reguladas por los intendentes. También tienen subsidio nacional, pero los caciques de los partidos más poblados de la provincia no tienen ninguna intención de permitir que se posen allí los ojos y mucho menos las manos de Randazzo.


