En Rosario, la semana pasada, hubo una oportunidad poco común: tener juntos a asesores de los grupos CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) de todo el país. Ellos, que pulsan la realidad agropecuaria de la Argentina como pocos, y están siempre cerca de las innovaciones y los desafíos, son personajes ideales para trazar una radiografía de qué está pasando en las distintas geografías y qué temas vale la pena tener en cuenta en el corto y mediano plazo del sector.
Para empezar a contar el país, primero las damas. Afincada en Tucumán, Eugenia Castro, del CREA El Rodeo, asesora a un grupo de empresarios que producen caña de azúcar, limón, soja, maíz, sorgo, trigo y algo de garbanzo. Allí, el principal problema es la falta de competitividad por la distancia a los puertos: “Para nosotros el componente flete es dramático”, lamenta Franco. En esta campaña, además, la sequía fue contundente. “Con el 40 % de los cultivos de verano cosechados, ya se estiman pérdidas promedio del 50% ”, precisó la asesora.
Otra de las amenazas del NOA son los picudos, que están causando pérdidas importantes en soja. Rotar con gramíneas ayudaría a disminuir la población de insectos, pero casi resulta económicamente inviable. “Los productores quieren hacer las cosas bien pero los números no les cierran; este es el principal desafío: lograr la sustentabilidad productiva y económica”, destacó la ingeniera.
En el noreste, donde la ganadería vacuna sigue siendo la actividad principal, “los últimos años han sido favorables, incentivando la inversión; sin embargo, hoy los márgenes han caído y hay preocupación”, señala Alejandro Socas, del CREA Mercedes. Para el arroz, las relaciones de precios de insumos y producto están complicadas, “poniendo en una situación difícil a las empresas que lo tienen como cultivo principal”, agrega.
Mejor momento, en cambio, está pasando la soja, pese a la fuerte incidencia de los fletes. Por su parte, la inclusión de otros cultivos en la rotación se ha vuelto “económicamente insostenible”. Así las cosas, “la búsqueda de las empresas pasa hoy por diversificar riesgos, integrando varias actividades”, indica Socas.
La soja también es el cultivo más importante en el norte de Santa Fe, pero tiene un enemigo: la paloma. “Esta plaga ya ha llevado a abandonar cultivos como girasol y sorgo, ya que no se logra controlar”, reconoce Edgardo Dutto, coordinador regional de la zona Norte de Santa Fe.
Además, han aparecido malezas tolerantes o resistentes a glifosato. “Hoy se registran focos muy grandes en sorgo de Alepo y, si no revertimos la sojadependencia, la situación se agravará”, asegura el asesor. De momento, se está incrementando allí la siembra de maíz tardío y de a poco se va incorporando la cebada.
En ganadería, los esfuerzos están puestos en mejorar los índices, aumentar la carga, y lograr mayor productividad y eficiencia en la utilización de los recursos forrajeros.
La mayoría de los productores del norte cordobés son relativamente nuevos en la actividad y han adoptado la tecnología rápidamente, llevando a la región a una agriculturización casi total. Por el régimen de lluvias y las dificultades en la comercialización, han dejado de hacer trigo para pasar a cultivos como garbanzo, arveja y lenteja.
Esta región no escapó al mal año climático y se enfrenta a la nueva campaña con mayor estrechez financiera o económica. Por eso “hay un fuerte replanteo en el tema de los alquileres agrícolas, en el que se están analizando otras condiciones y una distribución distinta del riesgo”, dice Marcelo Torrent, del CREA Cañada de Luque.
Lejos de allí, en el sudeste bonaerense, zona triguera por excelencia, la problemática principal es la rotación. “El trigo no es rentable, por eso el área seguirá cayendo”, cuenta Fernando Sackmann, del CREA Azul-Chillar. “Muchos productores se volcarán a la cebada con el riesgo de que se sature el mercado”, advierte.
Además, como producir maíz también ha dejado de ser un buen negocio, la soja sigue avanzando. “Lograr trigos de calidad para obtener un precio diferencial y mejorar la producción de soja para elevar el techo de rendimiento, son dos desafíos fundamentales de esta zona”, señala Sackmann.
Está claro que un modelo agrícola altamente profesionalizado se afianzó en la zona núcleo. Según Carlos Peñafort, coordinador de la Zona Centro, con base en Río Cuarto, los planteos ganaderos que siguen en pie allí intensificaron los procesos, al igual que algunos sistemas de producción avícola y porcina que están surgiendo.
En su zona, predominan soja y maíz (casi en partes iguales), el trigo sigue siendo importante y el sorgo está en expansión. Como en toda la zona núcleo, el área de maíces tardíos aumentó y en los últimos tres años estos arrojaron mejores rendimientos que los sembrados tempranamente.
En la zona de Bragado, paralelamente al avance de la agricultura, el número de actores disminuyó, dejando fuera de juego a muchos productores chicos. De acuerdo a Gerardo Chiara, del CREA Alberdi, el régimen de explotación de la tierra hoy es un problema para la sustentabilidad de la región.
“Alquilar a monto fijo anticipado a quien paga más sin importar cómo se produce, es insostenible en el largo plazo”, afirmó. Allí, ya empiezan a aparecer deficiencias de nutrientes definidos, problemas de insectos y de malezas recurrentes.
Mientras tanto, en Venado Tuerto el aumento de los costos y el déficit hídrico, obligan a ajustar el manejo. “La elección de materiales, el trabajo por ambientes y la eficientización de los procesos productivos, son puntos a trabajar”, aseguró Sebastián Pizzi, del CREA Santa Isabel. Hoy, ya analizan la dinámica del agua a través de modelos climáticos predictivos y de simulación, para diferir el riesgo por fechas y hacer una fertilización diferencial.
En definitiva, a pesar de las diferencias, los asesores CREA de todas las regiones comparten un mismo desafío: desarrollar empresas más sustentables, más amigables con el ambiente y que tengan mayor viabilidad en el tiempo. No es fácil. Pero es el común denominador de esta hora y todos trabajan, en las distintas geografías de la Argentina, en el mismo sentido.


