Mercedes Marcó del Pont se asumió como responsable de aconsejar a Cristina Fernández a cometer lo que Eduardo Eurnekian llamó "error político, no económico", en el mercado cambiario.
 
Marcó del Pont teme ser desplazada del Banco Central, en especial a causa de sus escasos conocimientos de bancos y cambios. Por lo tanto, la ex economista de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo Económico incorporada al Frente para la Victoria por Alberto Ángel Fernández, quien la hizo presidente del Banco Nación (aunque la entidad la gestionaba desde entonces Juan Carlos Fábrega), decidió aliarse con los sectores extremos del oficialismo.
 
Marcó del Pont cree que podrá mantenerse en el cargo siendo vocera y brazo ejecutor de las disparatadas ideas de grupos de presión en el kirchnerismo como Carta Abierta o Grupo Fénix.
 
En ese contexto, Marcó del Pont trabó supuestas alianzas con Guillermo Moreno y, a veces, con Ricardo Echegaray, y obtuvo un supuesto mejor acceso a Cristina Fernández.
 
2 interesantes lecturas dominicales:
 
Raúl Dellatorre en el diario Página/12:
 
“Hablemos del tipo de cambio”, dijo la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, ante una audiencia de más de 400 personas que hacía más de dos horas y media seguía las presentaciones anteriores y ya había escuchado la mitad de la exposición de la principal oradora.

“¿Ustedes quieren saber quiénes están comprando dólares en la Argentina?”, preguntó en forma retórica poco después a la audiencia.

(...) Marcó del Pont cerró ayer el foro de economía convocado por Carta Abierta bajo el título “La crisis internacional y sus impactos sobre la Argentina y América latina” (...). La sola mención de su asistencia resultó altamente convocante, a pesar de tratarse de un sábado al mediodía y con una tarde de sol radiante. La sala Borges de la Biblioteca Nacional, un anfiteatro con comodidades para más de 300 personas, resultó desbordado.

(...) “Quiero agradecerles este recibimiento, hubiera querido venir antes. Y las circunstancias han hecho que se pueda dar ahora, justo después de unos días bastante agitados. Me hace bien poder compartir este momento con ustedes.”

La agitación a que hizo referencia la jefa del Banco Central es, por supuesto, la ola especulativa lanzada sobre el mercado cambiario, que le tocó pilotear en las últimas semanas con intervenciones para alinear el precio del dólar y con medidas de regulación cambiaria que provocaron desde reacciones histéricas hasta las más disparatadas lecturas.

Estamos ante otra de las grandes falacias que lanzan algunos grandes medios y ciertos sectores financieros, como antes fue que el crecimiento era sólo producto del ‘viento de cola’ de los mercados internacionales, o que este plan se hundía por una política de dólar barato que nos equiparaba a la convertibilidad. Lo último es que la gente, como la llaman algunos, votó a Cristina pero después de votar salió corriendo a comprar dólares al día siguiente. Ya vamos a ver que no fue ‘la gente’ la que está moviendo el mercado cambiario”, desafió de entrada. (...)

(...) Hizo una primera consideración global sobre los ahorros en dólares de la población. Indicó que, teniendo en cuenta todos los que han hecho por lo menos una compra de dólares en los primeros nueve meses del año, “sólo el 11% de los mayores de 18 años compra billetes en el mercado”.

Y entre esos compradores, hay una elevada proporción de muy grandes compradores: aquellos que superan los US$ 100.000 mensuales. En cambio, los que compran cantidades menores, que pueden ser considerados ahorros familiares o personales en dólares (menos de US$ 1.000 de promedio mensual), apenas representan el 7% de los adquirentes.

El resto se reparte en un 17% de compradores por un valor medio mensual que está entre US$ 20.000 y US$ 100.000, y un 39% que adquiere entre US$ 1.000 y US$ 20.000 de promedio mensual. Por lo menos, en forma sostenida durante 3 meses, entre julio y septiembre de este año, período sobre el que se recogió la estadística.

“¿Qué significa profundizar el modelo? Frente a estos ataques, la actitud de los grandes capitales tratando de generar temor entre los pequeños ahorristas, viendo los titulares de los grandes diarios azuzando deliberadamente, inventando situaciones totalmente ridículas, profundizar el modelo es tener un mejor y más eficiente Estado”, respondió Marcó del Pont. “Significa más articulación entre todos los organismos del sector público; que la AFIP pueda validar cada operación de compra de divisas, en forma previa, me parece que es una noticia que debería ser celebrada por todos”, agregó. (...)".
 
 
Acerca del esfuerzo de Marcó del Pont por exhibirse como garantía de la profundización del modelo que tanto anhelan los sectores extremos del FpV, Roberto García en el bisemanario Diario Perfil:
 
"Cristina se sacó un bonus en la reunión con su colega norteamericano en el G20. Aunque nadie sabe si ese afortunado y temporal acierto luego le permitirá irse en ventaja del casino. Generalmente, la casa nunca pierde.  Y habrá que pagar lo que se debe (Ciadi) a pesar de abogados que aplican más declamado patriotismo que conocimiento, quizás taparse la nariz ante episodios que se anuncian en el Medio Oriente, esperar a cambio de que EE.UU. no interfiera en ciertas negociaciones (Club de París, por ejemplo) y, de paso, fatigar una agenda para otro encuentro con Barack Obama, una bilateral en serio en su sentido más diplomático, esas rutinarias que él tiene en Washington pero que constituyen un acontecimiento para los mandatarios que lo visitan. (...)

(...) cuando partió había unos problemas, ahora al regresar se registran otros. Se despidió con medidas contra la creciente compra de dólares, contra los que disponían de pesos y pensaban  mejorar (especular, asegurarse, el verbo que más guste) adquiriendo estampitas de Franklin que suponían baratas; ahora, al volver, la compra se ha sofocado en parte pero Ella debe notificarse de que el problema es otro, que los ahorristas retiran sus fondos en dólares de los bancos, atacados por un miedo recóndito, por el virus conocido de la desconfianza, un detalle que seguramente no tuvieron en cuenta los improvisados que aconsejaron a Cristina con medidas restrictivas, policiales, modificadoras de contratos e, incluso, de dudoso resultado. No eran buenas ni malas, hasta podían ser razonables. Pero fueron inoportunas y cualquiera sabe la desastrosa consecuencia de no llegar a tiempo o de llegar demasiado anticipadamente.

Lo dijo con todas las letras Eduardo Eurnekian en París, casi en las narices de Cristina, y seguramente con el asentimiento de Cristina. (...)

Para algunos, ante el nerviosismo bancario, Cristina ya hizo cambios (borrar subsidios). Tarde, pero al fin. E imaginan también que el equipo médico podría sufrir modificaciones, ya que parte del plantel no demostró suficiencia en la emergencia. Aunque reconocen que la señora no ha ampliado su abanico de economistas conocidos, más bien –como en otras áreas– se dedica, como antes su esposo, a transitar con los mismos choferes, aunque la lleven por senderos embarrados. 

Muchos amigos de Amado Boudou, con molestia, reconocían como inevitable el ascenso de Mercedes Marcó del Pont al ministerio que él debe abandonar; los últimos y aún no resueltos episodios, sin embargo, han conmovido la estabilidad de la titular del Banco Central.

Entonces, unos creen que a Boudou le podrían demandar que jure como vice pero que luego pida licencia y continúe en la cartera económica –como han hecho tantos kirchneristas, caso el ministro Manzur–, ya que  para ellos nunca hubo un vicepresidente durante el mandato de Cristina y por lo tanto puede seguir vacante la sinecura.

Otros, también del mismo sector, han salido a impulsar a Mario Blejer, a quien Boudou respeta y Cristina conoce desde los tiempos de Alberto Fernández (lo que no sería una recomendación). 

Sobre Blejer abundan promisorias expectativas de sectores empresariales –no tanto de la UIA, que halagan a la obediente Deborah Gorgi–; nadie sabe si esa propaganda ayuda al candidato, ya que esas sugerencias alertaron usinas en su contra para dedicarse sospechosamente a los lugares en los que trabajó o cómo se gana la vida en la actualidad. (...)".