El artículo pertenece al Ing. Agr. Estanislao Quiroga, Asesor CREA Benito Juárez (SO) y Asesor CREA Cabañas (SE):
El presente trabajo pretende ser un análisis económico de las principales actividades ganaderas en las actuales condiciones de mercado. Se analizan los parámetros físicos de distintos modelos de producción y su impacto sobre los resultados económicos de la cría, la recría y la terminación.
A continuación se plantea el análisis de tres modelos de cría, tres modelos de recría o invernada y la terminación a campo o a corral.
Para todos los modelos, las variables económicas comunes fueron tomadas a valores de mercado promedio del último año (y son las siguientes)

En cambio los costos corrientes fueron calculados a valores de septiembre de 2011.
Cría
Descripción de los modelos:
Los modelos de cría analizados toman como base 1.000 has y son los siguientes:
1) Modelo de cría tradicional de la zona, con destete de marzo y carga de 0,65 EV/ha. La base forrajera es 100% campo natural.
2) Modelo intermedio, con uso de diferidos para el invierno, con destete de marzo y una carga de 1 EV/ha. Este modelo incorpora a la base forrajera un 12% de la superficie dedicada a diferidos de maíz.
3) Modelo intensivo, con uso de concentraciones con rollos y diferidos para el invierno, con destete de febrero y carga de 1,4 EV/ha. Este modelo prevé 60 días de concentración del rodeo con rollos de compra y 210 has de diferidos de maíz y sorgo.
Para todos los modelos se tomó un arrendamiento de 65 kg/ha de novillo INML y se consideró la reposición de vientres y toros externa. Los parámetros reproductivos fueron los mismos para los tres modelos de cría: 94% de preñez 91% de parición y 88% de destete. La venta de refugos y descartes se hace en el mes de marzo a valores de mercado.
Indicadores físicos:

La carga de los modelos varió entre 0,65 y 1,4 EV/ha. Para mantener la carga más alta del modelo más intensivo se desteta en el mes de febrero y se concentra la vaca con rollos. Esto hace que el peso de destete promedio sea menor (175 kg en los modelos más extensivos y 160 en el modelo más intensificado), pero favorece el crecimiento del pasto necesario para soportar la parición siguiente y por otro lado, la venta de la vaca descarte se hace en un 100% como manufactura, ya que tuvo que soportar un mes menos de lactancia.

La producción de carne del modelo más tradicional fue de 90 kg/ha y la del más intensificado llegó a 179 kg/ha.

La eficiencia de stock promedio fue del 29,4% y lógicamente, el modelo más intensivo, que desteta más liviano, es el que presenta menor eficiencia.
Indicadores económicos:
El costo total directo por kg producido fue de 9,34 $/kg para el modelo más extensivo, 7,60 $/kg para el modelo intermedio y 7,33 $/kg para el modelo más intensificado.

A medida que se intensifica la actividad, los gastos fijos como el arrendamiento van perdiendo peso relativo frente al total del gasto directo y ganan entidad los gastos variables como la reposición de vientres.

El margen bruto por hectárea varió entre 80$/ha (menos de 20 U$S/ha) y 520 $/ha (123 u$S/ha).

A pesar de los buenos MB de los modelos más intensificados, el capital inmovilizado es muy alto, principalmente el capital hacienda, y las rentabilidades obtenidas, si bien aceptables, no son sobresalientes.

Sin embargo las rentabilidades marginales que surgen del capital extra inmovilizado en intensificar, siguen hasta el momento configurando una interesante alternativa de inversión.

Recría:
Descripción de los modelos:
Para el análisis de la recría, se simularon tres modelos, dos sobre verdeo de invierno y uno sobre pastura permanente.
Todos los modelos comienzan el 1º de marzo, los modelos sobre verdeo entregan el lote el 15 de septiembre mientras que la recría sobre pastura termina el 1º de diciembre.
Los modelos de recría sobre verdeo incluyen suplementación con grano y silo. Los costos de los suplementos fueron calculados teniendo en cuenta el costo de producción + arrendamiento sobre la superficie que ocuparon y no según valor de mercado, puesto que por la definición de los modelos la venta a mercado de dichos suplementos no es una opción.
Indicadores físicos:

Se tomó un módulo de producción de 300 has y la carga expresada en cabezas por ha fue variando entre 3 cab/ha para la recría sobre pastura sin suplementación y 5 cab/ha en el modelo de recría más intensivo sobre verdeo de invierno con suplementación de silo y grano.

El peso de entrada fue para todos los modelos de 170 kg PV el 1º de marzo y la producción de carne por cabeza fue de 110 kg/cab.
La producción de carne/ha fue de 330 kg/ha para el modelo más extensivo sobre pradera, 440 kg/ha para el modelo sobre verdeo con suplementación de grano y 550 kg/ha para el modelo más intensivo sobre verdeo de invierno y con suplementación de grano y silaje de autoconsumo.

Indicadores económicos:
El costo directo por kg producido (sin tener en cuenta el K inmovilizado en la compra de la hacienda) varió entre 2,8 $/kg y 3,15 $/kg, siendo el modelo de intensificación intermedia el más económico.

El margen bruto por hectárea fue de:
1) Sobre Pp: $ 951 (225 U$S)
2) Sobre VI+Gr: $ 1.355 (321 U$S)
3) Sobre VI+Gr+Sil: $ 1.503 (356 U$S)

La rentabilidad que arrojaron los distintos modelos fue siempre positiva y se ubicó entre los 13 y 15 puntos porcentuales.

La renta marginal más interesante fue la que presentó el modelo de intensificación intermedia (sobre VI + Gr)

Terminación:
Con las relaciones de precios actuales, se calculó para un módulo de 600 cabezas la terminación de la invernada tanto a campo como a corral. Los resultados arrojados fueron siempre negativos en el orden de los 600$/cab, razón por la cual no incurriremos en mayores análisis al respecto:

Análisis comparativo de la recría, la agricultura y el tambo:
Para realizar una comparación entre actividades, se tomaron rindes y valores promedio de la zona MyS para 6 cultivos agrícolas (girasol oleico, soja, maíz, trigo, trigo candeal y colza), los 3 modelos de recría presentados previamente y un modelo de tambo típico de la zona.

Si bien hay grandes diferencias entre la facturación (Ingreso Neto) y los gastos directos, los márgenes brutos de la agricultura y la ganadería son comparables, siendo el del tambo algo superior.

Luego de restar arrendamientos, los márgenes por hectárea de la agricultura y la ganadería se hacen aún más comparables, quedando de todas maneras el del tambo por encima.
Pero hay una diferencia sustancial entre actividades en cuanto al capital necesario para llevarlas a cabo.

Para realizar una comparación completa de las actividades, se procedió a igualar la inversión por hectárea. Esto se hizo simulando una colocación a tasa de mercado (7% anual) del resto del K que las diferentes actividades no son capaces de absorber y llevando todas las alternativas a un K total de 11.530 $/ha, que es el K inmovilizado en la alternativa de recría más intensiva (el tambo quedó fuera de este análisis por ser similar al modelo más intensivo de recría).

Cuando se igualan las inversiones, la rentabilidad resultante es bastante similar y podemos decir que se encontrará en la mayoría de los casos entre el 9% y el 13% del capital total.
Conclusiones:
La ganadería actual ha pasado a ser una actividad altamente demandante de capital y tecnología de manejo.
Los modelos más extensivos y tradicionales quedan desfavorecidos cuando se incluye en el análisis económico la retribución por el uso de la tierra, ya que el mismo queda fijado en Kg de carne/ha.
Tanto la cría como la recría mostraron respuestas favorables a la intensificación del modelo productivo, con rentabilidades marginales interesantes, constituyéndose además en refugio de capital.
Por otro lado y por el momento, la terminación de los animales se ha convertido en una actividad antieconómica. Es de esperar que los valores relativos de las distintas categorías se reajusten entre sí, devolviéndole a la terminación su rentabilidad, pero por el momento es sólo una perspectiva de futuro.
Al comparar económicamente las actividades ganaderas con las agrícolas se presenta la primera gran diferencia en los montos de inversión necesarios para llevar a cabo las distintas actividades. Siendo en las actividades ganaderas en el orden de tres veces superior el capital inmovilizado respecto del involucrado en las actividades agrícolas.
Algunos cultivos agrícolas presentan márgenes brutos por hectárea y rentabilidades sobre capital circulante sustancialmente superiores a las actividades ganaderas.
Pero estas diferencias se anulan cuando comparamos el negocio igualando el capital involucrado en llevarlo a cabo.
Con lo cual y como conclusión final, podemos pensar que en el actual contexto económico y productivo, más importante que la elección de actividades a realizar es la eficiencia involucrada en los procesos productivos y que la ganadería actual es capaz de ofrecer a nuestras empresas interesantes resultados económicos y ser además interesantes alternativas de inversión y resguardo de capital.


