BARADERO.- "Nosotros a ese carrito no nos subimos", chicaneó la diputada de la Coalición Cívica Patricia Bullrich, mientras el móvil se alejaba del escenario en el que los dos kirchneristas y el socialista habían protagonizado el tradicional corte de cintas.

La instantánea, obtenida minutos después de la inauguración formal de la muestra Expoagro, sirvió ayer para demostrar que tanto oficialistas como opositores pusieron sus mejores esfuerzos para seducir al agro, luego de los ataques que la presidenta Cristina Kirchner dedicó al sector durante su discurso de apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso, anteayer.
Al mismo tiempo quedó claro que el trascendente año electoral comenzó formalmente en la megamuestra del campo: todos quisieron llegar hasta aquí para dejar su mensaje y diferenciarse de sus rivales de octubre próximo.

Para Scioli, el escenario de la exposición se presentó más favorable que en otras ocasiones, lejos ya del conflicto abierto entre la Casa Rosada y el sector, que comenzó en 2008 con la resolución 125. Poco afecto a las definiciones tajantes, el gobernador habló del campo como "este sector pujante, líder de la economía" durante los discursos previos al cóctel de inauguración. Llegó en helicóptero, visitó el stand del INTA y recorrió, divertido, el sector de la provincia de Santa Fe junto con Binner, a quien acompañó el ministro de Gobierno y su candidato a sucederlo en el cargo, Antonio Bonfatti. También el ministro Domínguez elogió la muestra y prefirió no referirse de manera directa a las acusaciones de evasión y trabajo esclavo en el sector rural lanzadas por la Presidenta. "Esta muestra es el testimonio de que nuestros sueños van en la misma dirección", dijo a La Nacion. Binner, en tanto, se mostró cómodo en la compañía de funcionarios kirchneristas, pero aclaró: "Claro que a Cristina se le puede ganar; es una situación que se puede dar en cualquier gobierno", afirmó el mandatario santafecino.

Más allá de los protagonistas de la inauguración, el desfile de dirigentes políticos fue incesante durante toda la jornada. Desde Pro se dieron una vuelta el candidato a gobernador bonaerense, Jorge Macri; el ex ministro de Agricultura bonaerense Emilio Monzó, hoy encargado del armado nacional de Pro, y los diputados Federico Pinedo y Christian Gribaudo. El propio Mauricio Macri estará aquí mañana, muy probablemente junto a Eduardo Mondino, el ex ombudsman que va por la gobernación de Córdoba.

Por el peronismo disidente llegó, relajado y sonriente, Felipe Solá. "Es bueno que la Presidenta se haya convencido de que el campo es un sector dinámico", y arriesgó: "Ella juega a ser o no ser. Por supuesto que va a ser [candidata a presidenta]", ironizó. Charló un buen rato con el intendente de Rafaela, Omar Perotti, "al que voy a acompañar si él quiere" en su pelea interna del PJ santafecino contra Agustín Rossi y Rafael Bielsa. Otro candidato a presidente del peronismo disidente, Eduardo Duhalde, llegará hoy para participar de un almuerzo con empresarios. "Entendemos al sector, a diferencia del Gobierno, que lo ataca. Por eso estamos acá", afirmó Bullrich, avanzada de las huestes de Elisa Carrió, que se completará con su candidato a gobernador bonaerense, Juan Carlos Morán, que llegará hoy.

¿Y el radicalismo? Varios dirigentes aparecieron por aquí, como los diputados Ricardo Buryaile (candidato a gobernador de Formosa) o Atilio Benedetti, aspirante al mismo cargo en Entre Ríos. Sus tres candidatos presidenciales se darán una vuelta por los stands: hoy llegarán Ernesto Sanz y Julio Cobos, y mañana Ricardo Alfonsín. Todos con el mismo objetivo: seducir al campo en los inicios del trascendente año electoral.