En varias zonas de la región pampeana vuelven a aparecer problemas hídricos, luego de las lluvias concentradas de fines de enero y principios de febrero. Así, actualmente hay regiones muy comprometidas, como el triángulo formado por el sur de Santa Fe, sur de Córdoba y nordeste de Buenos Aires y gran parte del territorio de La Pampa. Otras áreas comienzan a entrar en situación de estrés, como San Luis y el norte de Córdoba, y otras están con lo justo o menos, como el oeste y sur de Buenos Aires. Las más favorecidas por las lluvias de febrero han sido centro y norte de Santa Fe, Entre Ríos y norte de Buenos Aires.
El problema no sería relevante si nos encamináramos a un otoño-invierno de condiciones normales. Sin embargo, "los centros de pronósticos están adelantando que La Niña actual se debilitará lentamente hasta fines de agosto-principios de septiembre. Después, podría comenzar una fase neutra derivada de mayor temperatura del Pacífico, pero también llevará un tiempo hasta que repercuta efectivamente en la atmósfera", adelanta Anthony Deane, de Weather Wise Argentina. Fortalecerían esta perspectiva de pocas lluvias la escasa actividad actual del sol, la baja temperatura del océano Atlántico y un clima extremadamente frío en el hemisferio norte en los últimos meses.
La situación hídrica ajustada puede complicar el barbecho para el trigo, si continúa el consumo de agua edáfica por parte de los cultivos de granos gruesos sin lluvias significativas que lo recuperen. Deane prevé un arranque complicado de los cultivos de grano fino. "Puede ocurrir que se acerque la fecha de siembra de las variedades de ciclo largo y no haya humedad, lo que obligaría cambiar por ciclos más cortos", conjetura. Una vez implantado, el trigo podría continuar sufriendo la escasez de humedad.
La cuestión económica tampoco alienta a los productores a inclinarse por el cereal. Costos de implantación que crecen por la inflación contra un precio del producto planchado por el dólar que se ajusta menos que aquélla y por el intervencionismo oficial, no constituyen una ecuación atractiva para los agricultores. Por todo esto, ya hay analistas que hacen vaticinios preliminares de una menor superficie sembrada de trigo durante 2011 respecto de 2010.


