Los diversos factores que influyen en los precios de la soja tienen un efecto ambiguo para las expectativas de los agricultores argentinos, pues, en época de cultivo, la oleaginosa se acerca al fin de año en torno a sus precios máximos, pero con un panorama negativo para los rindes, debido a la escasez de lluvias.
En el mercado de Chicago todos los contratos finalizaron con clara tendencia alcista. La posición para entregar en enero de 2011 fue la más negociada y trepó 11 centavos, a u$s13,2625 por bushel, o u$s487,31 por tonelada (36,74 bushel). El segundo contrato más negociado, con entrega para marzo de 2011, se pactó a u$s13,354 por bushel, es decir u$s490,68 por tonelada.
El 9 de noviembre, el grano de la oleaginosa alcanzó su récord del año, a u$s494,11 por tonelada. En esa jornada el contrato con entrega en enero concluyó a u$s488,32, su nivel más alto desde agosto de 2008.
Uno de los tópicos que más incidió en las cotizaciones en diciembre es el de las escasas precipitaciones en las áreas productivas de la Argentina, en un período clave para la siembra de la oleaginosa.
La economista Mariana Zenklussen, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) señaló a Infobae.com que “el conjunto de los cuatro principales cultivos de la Argentina (soja, trigo, maíz y girasol) representaron un valor de 30.400 millones de dólares, un 2% por debajo de las estimaciones más optimistas del Departamento de Agricultura de los EEUU (USDA, por sus siglas en inglés)”.
“Uno de los escenarios analizados es el de una caída, justamente, por la sequía en la Argentina, que hace que se reduzcan las estimaciones de producción”, añadió Zenklussen.
La producción de soja de Argentina podría ser de entre 43 millones y 48 millones de toneladas en la campaña 2010/11 por lo que podría ceder hasta 11 millones de toneladas respecto de los 54,4 millones de toneladas del ciclo anterior, según la revista alemana Oil World, referente del sector. La estimación dista también de los 53 millones de toneladas que calcularon los expertos de la publicación en noviembre.
Estas cifras contrastan a su vez con las previsiones de la Secretaría de Agricultura, que cifró a la presente cosecha en 52 millones de toneladas para la soja y 26 millones para el maíz.
Mariana Zenklussen afirma que el escenario para la soja mantiene una “alta
volatilidad”, por influencia del clima, y reconoce una cierta compensación entre
la caída de producción y el incremento de los precios.
“El clima está jugando un papel importante, puede ser perjudicial para la próxima campaña o un beneficio si mejoran las precipitaciones, pero es prematuro hacer una análisis en época de siembra sobre las consecuencias fiscales que pueda traer sobre la liquidación de derechos de exportación”.
Según la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), el monto liquidado desde el 2 de enero hasta el 17 de diciembre fue de u$s21.465 millones, superior a lo ingresado durante todo 2009 y 97,9% de los u$s21.920 millones de 2008, el máximo de la última década.
Argentina es el tercer productor y exportador mundial del poroto de soja, detrás de los EEUU y Brasil, pero es el principal abastecedor internacional de derivados de la oleaginosa, como harinas y aceites.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que los productores locales habían implantado cerca de 70% de los 18,7 millones de hectáreas previstos para la campaña 2010/11, a la vez que estimó en más de 10% el retraso de los cultivos en comparación al año pasado.


