Las lluvias no solo se extendieron a sectores secos del oeste sino que incluso alcanzaron zonas del NOA, como Tucumán y La Rioja, donde es poco frecuente que se registren precipitaciones destacadas en septiembre.

A lo largo de todo el mes pasado y en forma alternada los sistemas precipitantes fueron alcanzando zonas donde las precipitaciones eran muy necesarias. En la primera quincena del mes pasada, el centro oeste de BA y LP recibieron aportes de agua muy significativos. En prácticamente toda la provincia de BA se superaron los 100 milímetros de lluvia, observándose también milimetrajes poco comunes para el mes des septiembre en la provincia de CB. Los casi treinta milímetros que recibió Tucumán tampoco son frecuentes en el comienzo de la primavera.

La categorización de las precipitaciones a partir de la comparación de los registros con la estadística mensual del mes de septiembre (1973-2009), resulta en una clara anomalía positiva que solo encuentra excepciones en sectores reducidas del este de Formosa y el norte de Misiones. Por entonces estos sectores reducidos eran solidarios con la falta de lluvia que se observaba en Paraguay y las vecindades de Brasil.

Durante la noche de ayer y la madrugada de hoy se han observado lluvias generalizadas que en general sumaron registros inferiores a los 10 milímetros. En forma reducida se observaron algunas celdas de tormenta que dejaron lluvias más generosas como en el corredor Venado Tuerto Laboulaye. En el extremo noreste del país: Formosa, este de Chaco, norte de Corrientes y Misiones fueron generalizadas las lluvias de importancia, con piso en los 40 milímetros.

Con la fina entrando a floración y aumentando la demanda hídrica, la atmósfera proponiendo jornadas que van incrementando su exigencia, es lógico que el balance hídrico responda con retrocesos cuando la oferta de agua no está a la altura de la demanda. Es decir el paso sobrado del invierno y comienzos de la primavera esta evolucionando hacia un entorno hídrico más ajustado pero que todavía no plantea riesgos.

El panorama para la fina es adecuado, consideramos que con algunos aportes pluviales más aún sin ser demasiado importantes el trigo va a cerrar su ciclo. El maíz tiene una demanda que también puede ser satisfecha y es muy probable que hasta mediados de noviembre las condiciones de humedad para las siembras de soja se mantengan en niveles adecuados.

Debemos considerar que a partir de entonces posiblemente ingresemos en un período en el cual no se descarta una intensificación del efecto Niña y probablemente debamos transitar el período más difícil de esta campaña. Esto genera un contexto que define expectativas de producción que se ven condicionadas y por lo tanto hay que manejarse con cautela a la hora de hacer estimaciones de rendimiento. Por lo general las estadísticas de rendimiento muestran apartamientos negativos en años Niña para maíz y soja, planteando un escenario más favorable para girasol.

  • Por CCA - exclusivo Agrositio.com
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