La necesidad de optimizar los resultados financieros en las producciones forestales y ganaderas en el este de Misiones y el noreste de Corrientes fueron razones más que suficientes para llevar a los técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Montecarlo a desarrollar diversos modelos productivos que posibilitarían mejorar la rentabilidad de las explotaciones en el tiempo desde el sistema silvopastoril (SSP).

Un relevamiento efectuado por los profesionales permitió establecer que alrededor de 20.000 hectáreas entre las dos provincias, se destinan hoy a esta práctica, que permite a las explotaciones de pequeños y medianos productores con campos de entre 100 y 400 hectáreas, por lo general de empresas familiares, mejorar sus resultados en forma significativa, que en el caso de la ganadería permitiría obtener una ganancia de 0,400 a 0,500 de kilo de carne por hectárea, además de rollizos de madera y pasturas de alta calidad.

En el estudio, que se efectuó sobre casos reales, más una proyección en el tiempo, se buscó reflejar una primera aproximación de resultados financieros y económicos esperables del SSP con pinos y pasturas de alta productividad. Los análisis se realizan dentro del marco de precios y costos vigentes en el otoño del año 2010.

El sistema SSP es un modelo productivo que posibilita combinar la producción forestal, la forrajera (con pasturas de alta productividad), y la ganadería vacuna. Si bien es cierto que las primeras experiencias se conocieron en los años 70, cuando algunos grupos empresarios de envergadura decidieron implementarlo, recién sobre fines de los años 90 los productores comenzaron a adoptar este sistema que se fue perfeccionando con la incorporación de pasturas mejoradas de alta productividad de origen brasileño y australiano.

El manejo del sistema se apoya en la sustentabilidad de los suelos que incrementan su potencialidad al combinar la producción de cultivos (incluyendo frutales leñosos nativos) o animales y árboles forestales en forma simultánea o secuenciada en el tiempo, sobre la misma unidad de tierra, y aplica prácticas de manejo que son compatibles con las prácticas culturales de la población local, aseguran los estudios realizados por los ingenieros forestales Hugo Fassola y Luis Colcombet, del INTA Montecarlo, Misiones.

Los componentes

Este sistema productivo posee dos componentes primarios, uno arbóreo (pinos tadea) y otro herbáceo o forrajero que es la base de sustentación (por ello «pastoril») de la producción secundaria en la región, la bovina, que permite además, la posibilidad permanente de reducción de costos por incrementos en la productividad y calidad de las especies forestales, forrajeras y ganaderas.

La producción bovina se concentra en las razas, Brangus y Braford y se estima que unas 40.000 cabezas hoy se engordan en este sistema mixto.

«La incorporación de la producción ganadera al sistema silvopastoril, en especial a los pequeños y medianos productores del sudeste de Misiones y el este de Corrientes posibilita mejorar la rentabilidad de la explotación en forma sustancial, porque hay que pensar que en el caso en que la explotación está orientada a la forestación en forma exclusiva, los resultados se comienzan a ver entre los 17 y 21 años, mientras que en la producción SSP los primeros resultados pueden apreciarse a partir del tercer año», comenta Fassola.

En cuanto a la producción forrajera, la productividad de los pastizales fue más predominante en las parcelas con «pasto jesuita» bajo dosel arbóreo, (parte alta del bosque) en un trabajo realizado bajo condiciones controladas, utilizando sombra artificial, que permitió obtener la materia verde forrajera del «jesuita» y en el testigo sin fertilizar el resultado obtenido fue de 1.088 kilos madera seca por hectárea y con un 50% de sombra de 7.520 kilos madera seca por hectárea.

Este mismo comportamiento también se observa en la variedad de pastura Bracchiaria brizantha, una especie megatérmica, introducida desde Brasil.

El dosel arbóreo reduce el efecto de las heladas, con la consecuente eliminación o reducción de la suplementación invernal y mejora el contenido de fósforo que a cielo abierto en el suelo sin fertilizar, que en los estudios efectuados representó 0,81 parte por millón y con 50% de sombra 2,81 parte por millón. Se observó también una mayor reposición en hoja en pasto jesuita, a medida que aumentaban los niveles de sombra.

Producción forestal

Con la implementación del SSP, es factible la obtención en turnos cortos de rollizos podados superiores a 40 centímetros sin corteza en punta delgada, Grado I de calidad, tanto de latifoliadas como de coníferas.

El régimen silvícola directo a aserrío (traslado a los aserraderos) es el manejo forestal necesario para generar las condiciones de radiación solar requeridas para el desarrollo de la pastura que, a través de raleos tempranos «perdidos» y podas, obliga a concentrar el crecimiento en los mejores árboles, con lo cual se tiende a maximizar la madera libre de nudos, asegura el trabajo de Colcombet.

Los rollizos de esas características tienen por destino la industria del aserrado vinculada a maderas decorativas o para usos especiales, la industria del debobinado o de chapas, son las que mayores precios pagan por la materia prima.

En casos como el de Grevillea Robusta A. Cunn., no hubo diferencias significativas de crecimiento entre situaciones de clausura o bajo pastoreo, en mediciones realizadas a los siete años, con inicio de pastoreo al 4º año y una carga animal de una cabeza por hectárea para cada 2.500 kilos por hectárea de disponibilidad forrajera.

Respecto de la producción ganadera, bajo dosel se puede manejar rodeos bovinos con alta proporción de sangre británica, con lo cual se logra mayores tasas de crecimiento con cortes de alto grado de terneza.

La contribución de los árboles en la prevención o reducción del estrés calórico es mayor a medida que se eleva la temperatura ambiental cuando se trabaja con razas europeas. El estrés producido por calor compromete la eficiencia de producción y existe un efecto residual importante.

En ese sentido la modificación del ambiente en forma artificial (reparos) o natural (árboles) es una alternativa de solución a este problema y se produce un aumento en la receptividad de las pasturas por lo que aumenta la carga animal por hectárea. En un caso controlado de pastoreo con vacunos bajo dosel de Grevillea robusta A. Cunn., en el Sur de Misiones, se logró como mínimo el doble de carga y con una mayor disponibilidad forrajera que en un pastizal a cielo abierto.

Sin ningún tipo de suplementación en la dieta, sobre pastizal natural bajo dosel, fue posible obtener ganancias de peso del orden de 400 a 500 gramos por animal por día. La región puede y tiene la posibilidad de pasar de ser zona de cría a zona de engorde.