El área sembrada total alcanza a 4,23 millones de has. Dadas las últimas precipitaciones, es posible que la producción llegue a superar el volumen de 10 millones de toneladas. Y que, con un poco de suerte, se aproxime a 11 millones.
De esta forma, pareciera que el sabio sistema de rotación de cultivos emerge de sus cenizas. Como sabemos, el sistema radicular incorpora elementos que restablecen la estructura de los suelos y, además, los rastrojos que quedan luego de ser cosechado, protegen la superficie de la tierra, con todos sus efectos beneficiosos, sobre todo en lo que hace a carbono.
En términos generales vale afirmar que no es posible sostener en el tiempo una agricultura extensiva sin trigo.
El cuadro mundial en lo que se refiere a demanda es por demás auspicioso y la oferta -ya sabemos- está en un nivel comprometido.
Las pérdidas sufridas por Rusia son enormes. Y las que se dieron en toda la zona oriental de Europa y el Mar Negro resultan alarmantes.
A consecuencia de estos males, la demanda mundial presenta un panorama de firmeza, por lo menos hasta que se levante la cosecha de la otra campaña, en esta región euroasiática.
Para EE.UU. el USDA ahora ha proyectado los stocks finales en 24,5 millones frente a los 25,9 millones del informe anterior.
La producción global para la campaña ha pasado de 645,73 millones a 643,01 millones de toneladas. Y aunque se sostenga que pese a la reducción en el volumen a producir vaya a bajar, los stocks seguirán siendo aceptables, la verdad es que la demanda sigue fuertemente traccionada desde los mercados emergentes por lo que probablemente los precios caminen por una senda sostenida. Tomemos en cuenta que si llega a haber problemas climáticos en el hemisferio sur, la cosa se pondrá difícil.
Desde este punto de vista, quienes se encuentran en el eslabón de la producción no deberían de escatimar inversiones para que la campaña sea un éxito.
Pero, lógicamente, para que sea así, es necesario que quienes aplican la política económica entiendan la importancia de que esta sea una buena campaña triguera, porque de no serlo, volverá a imponerse el criterio de “mirar a lo inmediato, sin reparar en lo mediato” ya que se trataría de “salvarse”.
Debe insistirse, imprescindiblemente, en liberar el comercio para que los precios se establezcan según las reglas de la libre competencia.


