Algunas de las características que debería tener una buena dirigencia, vertidas por Böhmer fueron las siguientes:

−“La dirigencia, básicamente, tiene que representar los intereses de sus dirigidos y esgrimir para ello buenos argumentos”.

−“La modernidad se basa en la idea de que, para que yo haga algo que no quiero hacer, tendrán que convencerme, porque soy una persona autónoma. Allí entran en juego los buenos dirigentes”.

−“El objetivo de los dirigentes es representar intereses privados, para persuadir a otros. Por ende, hay que elegir dirigentes que, retóricamente, sean más capaces que uno mismo y que al menos igualen, en su capacidad retórica, a aquellos que uno busca convencer”.

−“Los dirigentes tienen que ser traductores de los intereses privados. Deben ser capaces de traducir dichos intereses al lenguaje del interés público”.

−“Los dirigentes deben esgrimir argumentos que persuadan a terceros. Eso requiere una gran imaginación moral y empírica, así como un nivel curiosidad muy grande. Asimismo, hace falta una gran destreza a la hora de mostrar sensibilidad frente al interés público”.