La presidenta Cristina Kirchner anunció ayer que el Gobierno planea enviar al Congreso una nueva Ley de Arrendamientos, “que contemple los intereses de los que verdaderamente trabajan”, y remarcó que “contra todos los pronósticos y contra toda la mala onda del sector agropecuario le está yendo muy bien” al campo.
La Presidenta buscó así abrir un nuevo frente de conflicto en la mesa de enlace. Es que la ley de Arrendamientos es una bandera histórica de la Federación Agraria (FAA) que comanda Eduardo Buzzi, y es sistemáticamente rechazada por los productores más grandes, nucleados en Confederaciones Rurales (CRA) y Sociedad Rural (SRA).
“Vamos a trabajar con el Ministerio de Agricultura en una Ley de Arrendamiento que contemple los intereses de los que verdaderamente trabajan y producen la tierra, es hora que en la Argentina los que trabajan, los que invierten, no los que están sentados esperando cobrar una renta, sean los que verdaderamente reciban el beneficio del sudor, y de lo bíblico, que es ganar el pan con el sudor de la frente; ahí esta Dios y ahí debemos estar”, profetizó la Presidenta.
Con números, además, intentó rechazar el polémico discurso que el presidente de SRA, Hugo Biolcati, pronunció el sábado pasado, en la apertura formal de la muestra anual en Palermo. “‘El hecho de que estemos produciendo 23 millones de toneladas de maíz; 12 o 13 millones de toneladas de trigo; y 55 millones de toneladas de soja, son unos numeritos, no?”, remarcó la Presidenta, desde la Fiesta Nacional del Maíz en Chacabuco.
A contramano de la dirigencia rural, prosiguió: “Hoy, la verdad, el sector está como nunca”. Y mencionó que “la ganadería está con unos precios como nunca tuvo en su historia” y que a “los tamberos, teniendo $ 1,40 por litro de leche, (...) ya no tenemos que subsidiarlos como lo hicimos en años anteriores, en que tuvimos que pagar $ 500 millones, porque sino hacíamos puré de leche en la Argentina”.
El “buen momento” del sector agropecuario fue el eje que dominó su discurso: “La cosecha de 100 millones de toneladas de granos aleja todas esas hipótesis que habían sido anunciadas, de que íbamos a tener que importar no sé qué cuántas cosas, pero vamos a exportar y además, con una noticia buena por un lado y mala por el otro, porque hay sequía en algunas partes del mundo, grandes productoras de trigo”. Se refería al desastre climático que destruyó el grano en Rusia y otros países de Europa del este, que provocaron el alza en los precios.
Para Cristina, la mitad de los 13 millones de toneladas de trigo nuevo se destinarán a exportación y aprovecharán los buenos precios, mientras que el resto se consumirá en el mercado interno.
Además, defendió las retenciones, al aseverar que las pagan tanto el agro como los exportadores de combustibles y manufacturas, porque ayudan a “agregar valor” a las ventas al extranjero. “Creo que lo importante es saber de qué se habla, y saber que no es una política fiscal de recaudación, que es una política económica que tiende fundamentalmente a agregar valor en la Argentina”, dijo


