Si bien vale destacar la importancia de la liberación de un cupo de exportación de 3 millones de toneladas anunciado por el Ministro de Agricultura Julián Domínguez ante un presente muy crítico de este cereal, no debemos perder de vista el eje del problema: el gobierno sigue interviniendo los mercados afectando gravemente a la producción.
Autorizar un cupo de exportación por 3 millones de toneladas no brinda soluciones al productor agropecuario. La realidad es que en el presente seguimos con una excesiva alícuota del 20% de retenciones en el trigo, con cierres de exportaciones, condicionados por un sistema de cupos distribuidos caprichosamente y dependiendo a su vez, no sólo que se anuncie la apertura de exportaciones sino que posteriormente se efectivice mediante la autorización de los ROE por parte de la ONCCA, organismo que en definitiva depende de la voluntad del Secretario de Comercio, Guillermo Moreno, para avalar las operaciones.
Por eso decimos que el anuncio no soluciona el problema del sector agropecuario. Seguimos sujetos a un sin número de limitaciones y condicionamientos y a un sistema que funciona en base a promesas. “Si la producción supera las 12 millones de toneladas, probablemente podamos llegar a ampliar el saldo a 6 millones de toneladas”, dijo Domínguez como un claro ejemplo de lo que sostenemos desde esta entidad; quedando siempre sujetos al voluntarismo de un “iluminado” funcionario de turno, en lugar de establecer definitivamente reglas de juego claras para todos los integrantes de la cadena productiva y de comercialización que den previsibilidad, componente indispensable de la actividad.
El Gobierno Nacional es el único responsable del presente crítico que atraviesa el productor triguero. Es necesario dar un giro a las decisiones políticas que ocasionaron que el trigo producido se encuentre en uno de los volúmenes más bajos de los últimos años.


