Sin duda, es la desvalorización del euro la que, en buena parte, explica las bajas de los precios granarios.
El euro viene cayendo de manera pronunciada. Y golpea duro sobre los precios.
Recordemos que la moneda de la U.E. nació en 1999. En aquel momento la relación con el dólar era de 1,17 unidades de esta última moneda por una unidad de la moneda europea.
Y desde allí -y poco a poco- fue depreciándose.
Para el 2001, la cotización había bajado a u$s 0,83. A partir de allí comenzó el proceso de recuperación; y así comenzó a apreciarse y en abril de 2008 valía u$s 1,60.
En su momento más bajo, cotizaba a 0,83 y en su punto más alto a 1,60. La amplitud de variación es impactante.
A partir de 2008, empezó a perder posiciones hasta llegar, recientemente, a u$s 1,23. Y se estima que podría bajar a un nivel mínimo de u$s1,10 a partir del cual comenzaría a recuperar posiciones. Y quizás podría tener una baja superior, en vista del comportamiento pasado.
Pese a todo ello, no diríamos que el mercado de granos enfrenta una catástrofe.
¿Por qué tenemos un panorama relativamente alentador?
Si miramos hacia atrás, veremos que antes de que comenzara esta última caída del euro frente al dólar, los granos habían perdido algo de valor. Respecto a los demás commodities como el petróleo y otros minerales, los granos habían quedado rezagados.
Ello nos hace sospechar que los commodities podrían mejorarar su posición relativa. Es que no hay muchas alternativas para los fondos, si lo que desean es mantener un determinado nivel de liquidez, algo que ofrecen los granos.
Desde que se iniciara la crisis mundial, con epicentro en Europa, gran parte de la liquidez ha tomado nuevos rumbos.
¿Qué quiere decir esto? Los fondos de inversión, a partir de la incertidumbre existente, han abandonado el euro hacia otros destinos, y uno de ellos ha sido el mercado de granos.
Y lo más interesante de esto es que todavía hay potencial para nuevas operaciones que aumentarían la parte destinada a granos en los fondos.
En definitiva los granos con una cosa real. Son algo que se consume de verdad y que resultan imprescindibles para la evolución de la vida humana.


