En la realidad Argentina del año 2010, pensar en estructurar un negocio ganadero, tentado por los nuevos precios y la baja en la oferta ganadera, genera expectativas en los productores y demás integrantes de la cadena.
La vinculación entre la ganadería y el fideicomiso surge por la necesidad de generar reglas claras en la producción, comercialización y reinversión que permitan atenuar el impacto del ciclo de producción promedio (tres años) y la estructura organizacional más flexible y segura que fomente el desarrollo de proyectos.
Analizando la orientación del negocio, ya sea para cría ya sea de engorde mediante Feedlot o ciclo completo, surge la opción de estructurarlo mediante el Fideicomiso. El Fideicomiso ganadero puede competir e incluso reemplazar al contrato de aparcería, como contrato que estructure la jurídica-organizacional del mismo.
Expresa el profesor Iriarte, docente de Derecho Agrario, Facultad de Derecho U.C.A.L.P. en su artículo sobre Fideicomiso Ganadero que “El fiduciante será quien aporta el rodeo y puede hacerlo con o sin la cesión del uso y goce de un predio y demás muebles necesarios para su desarrollo o bien puede tener a su disposición en usufructo, arriendo, uso o cualquier otro título un predio. Puede que la cesión del uso y goce del predio lo efectúe el fiduciante, el fiduciario, el beneficiario o el fideicomisario, con las debidas compensaciones, las que -en el supuesto del beneficio- estarán calculadas en función de las utilidades que el fiduciante dispuso. La propiedad fiduciaria es el rodeo, el conjunto de vientres y reproductores. El fiduciario hará las veces del aparcero tomador porque tendrá a su cargo la dirección técnica, administración y desarrollo del negocio y se lo designará, precisamente, por sus aptitudes técnicas, cualidades profesionales y confianza, es decir sus condiciones personales, se trata de un contrato intuite personae. Es asociativa porque el fiduciario puede -como retribución art. 8º y sin desnaturalizar la institución- participar de un porcentaje en la distribución de las utilidades en función de la productividad, atento la naturaleza de la actividad propiamente aleatoria, donde no hay certeza, porque no se trata de un contrato de cambio sino de evidente naturaleza asociativa. La seguridad está dada por la formación de un patrimonio autónomo, de afectación, separado del correspondiente al del fiduciario y con todas las garantías que ello implica porque queda al margen de las obligaciones y compromisos personales que pueda tener el fiduciario, el fiduciante o los beneficiarios, éstos últimos sólo pueden ser perseguidos por extraños con relación al beneficio (frutos, productos, renta). El plazo se pacta libremente y todo actúa autónomamente hasta cumplir su objetivo. Evidentemente la figura otorga seguridad jurídica, estabilidad, libertad y certeza, todos valores fundamentales para una explotación ganadera que, atento sus tiempos biológicos, sus características especiales necesita esta seguridad en su desarrollo”.
Respecto a la estructuración de Fideicomisos de engorde, en la actualidad los que se generan son Feddlots con actores vinculados a la cadena de la carne, por ejemplo consignatarios de ganado que estructuran el fideicomiso, con la inversión de varios clientes de la firma que ofician de fiduciantes inversores. Los contratos se entablan por tres años, pero hay una cláusula donde, anualmente, el inversor puede tomar la posibilidad de vender su parte, retirarse o continuar en el emprendimiento. La tasa de interés está sujeta al resultado del negocio, corriendo los inversores el riesgo y disfrutando de las ganancias totales cuando tienen buenos resultados.
Al estructurar un Feedlot mediante el fideicomiso, la inversión puede tomar escala, logrando capital de trabajo y financiamiento genuino, con la tasa de interés sujeta en la mayoría de los casos al resultado operativo del negocio. La estructura del Fideicomiso le otorga garantías al inversor que con una redacción adecuada de los contratos permite separar el riesgo y el capital del fiduciario administrador promoviendo su participación y generándole seguridad jurídica.
Si a ello se le suma, una adecuada fiscalización de las actividades productivas, parámetros de producción y funcionamiento previsto en el contrato con un comité de fiscalización u auditoria, tornan a los fideicomisos como una herramienta adecuada para el negocio ganadero.
Comparativamente con las sociedades comerciales, la flexibilidad de constitución, disolución, el patrimonio separado y la administración profesional del fondo, generan ventajas inigualables al Fideicomiso.
El Fideicomiso permite financiar la ganadería en la Argentina, aunque no elimina el riesgo sistémico de la actividad, solo atenuándose ello mediante la correcta elección del Fiduciario Administrador y el control mediante la participación de órganos de fiscalización por parte de los inversores.
Una de las claves para iniciar el fideicomiso ganadero es estructurarlo con inversores conocidos, del medio, que conozcan la realidad ganadera, los riesgos del negocio y sobre todo que tengan confianza en el Fiduciario administrador.
Una vez que se realizó el primer o el segundo fideicomiso con éxito, es de esperar que “solos” vengan los inversores institucionales o pequeños inversores que no conocen de ganadería pero que con los datos y el historial de los fideicomisos realizados, tengan intenciones de sumar su aporte y apostar seriamente en estas inversiones.
La existencia de Fideicomisos mixtos con producción agrícola y ganadera resultan atractivos como herramienta de diversificación de inversiones aunque son complejos en su estructura por poseer ciclos productivos y reglas de juego diferentes. Estructurarlos requiere un amplio conocimiento de aspectos productivos y gran capacidad de estructura productiva.
Pensar el Negocio ganadero como rentable en una Argentina que tuvo distorsionado el precio local con el precio internacional, que tiene una demanda de carne de aproximadamente 72 kilos, que tuvo liquidación de vientres y que actualmente posee menor oferta que hace 5 años, resulta complejo aunque en el mediano y largo plazo las perspectivas del negocio resultan favorables para los productores e inversores. Contar con el Fideicomiso permite generar las condiciones de inversión, de flexibilidad para ingresar y permanecer en el negocio ganadero con mejores herramientas de gestión que otras figuras jurídicas tradicionales.
Dr. Augusto C. Acuña
Asesor de Empresas Agropecuarias
Postgrado Agronegocios UBA


