La venta de vinos kosher sube año a año y, si bien aún es un mercado pequeño, su potencial es muy grande. Aunque crecen, no son muchas las bodegas que elaboran hoy estos vinos, que deben contar con cuidados y tecnologías especiales, además de la certificación de una autoridad rabínica. En el país, existen poco más de cinco empresas que los elaboran, de los cuales Finca La Celia, la bodega del Valle de Uco del grupo chileno Viña San Pedro Tarapacá (controlado por CCU) es la principal, con 720.000 litros al año; en tanto que las otras bodegas son más pequeñas y, en su mayoría, están dedicadas exclusivamente a estos vinos, como Kosher Winery, Finca 613, Marumatok y Darom Sur.

Si bien no hay datos fidedignos sobre este incipiente mercado, se estima que se consumen en el país unos 230.000 litros de vinos kosher al año, una cifra pequeña frente los 900 millones de litros en general. “Pero el mercado crece de 10% a 15% anual y tiene mucho potencial”, destaca Luis Chami, director Comercial de Kosher Winery, que elabora 500.000 litros de estos vinos con la marca El Secreto, en dos bodegas de terceros en Mendoza, de los cuales 100.000 litros van al mercado local.

“Más allá de la comunidad judía, mucha gente empieza a conocer y a elegir estos vinos por un tema de trazabilidad y control de calidad, como los adventistas o musulmanes, por ejemplo”, agrega Chami, que exporta a EE.UU., Israel y Francia, entre otros. En el país, sus vinos se venden en locales kosher de Buenos Aires y de otras cinco provincias. “El consumo se concentra en la Pascua judía y también se vende mucho para casamientos y eventos”, precisa.

A nivel internacional, EE.UU. e Israel son los principales mercados, aunque allí también hay más bodegas que los elaboran. Finca La Celia es la mayor exportadora de vinos kosher a Israel, con las marcas Místico y Don Mendoza. “En 2009, vendimos 630.000 litros de vino kosher a Israel, un 25% más que en 2008 y seguimos creciendo”, explica Marcelo Srbovic, gerente general de Finca La Celia. “Empezamos además a vender en Canadá, donde ganamos una licitación, y planeamos ingresar a EE.UU., sobre todo a la Costa Este, donde hay mayor consumo”, agrega Srbovic. La bodega, que además lanzó un espumante kosher, prevé comenzar en 2011 a vender en el país estos vinos, de los cuales prevé elaborar un 15% más este año.

Pero, pese al potencial, no es sencillo hacer vinos kosher, término que significa “puro”, “cuidado”, “limpio”. Para obtener una certificación de una autoridad rabínica, todo el proceso debe ser supervisado por un rabino y observantes de la comunidad; no se le pueden agregar aditivos no naturales, los tanques y barricas deben ser precintados y estar separados del resto de la bodega y, además, el mosto debe ser pasteurizado, calentándolo a una alta temperatura, entre otros requisitos. Esto hace que el costo de una botella sea de 15% a 35% mayor que al del resto de los vinos. Y aunque históricamente solían ser más dulces que los vinos “normales”, las mejoras en elaboración y tecnología permitieron lograr en los últimos años sabores y aromas similares.