Los productores trigueros y la Argentina han perdido 2600 millones de dólares en los últimos siete años, según se desprende de un informe preparado por la Unidad de Investigación y Desarrollo del Movimiento CREA. Este número surge de multiplicar los descuentos de precio que sufrió el cereal por las toneladas producidas, sin que ese comportamiento haya tenido un efecto favorable sobre el precio del pan que paga el consumidor.

Pérdidas por zonas

En el mapa adjunto se observan las pérdidas cuantificadas en las distintas zonas de producción en los últimos siete años, en el que sobresalen las de regiones con fuerte tradición triguera, como el sur y sudeste de Buenos Aires. En estas zonas, que aportan más del 50% de la producción nacional de trigo, las pérdidas  superaron los 861 millones de dólares.

Este importe equivale a 3500 cosechadoras nuevas y es consecuencia de la reducción de precio por retenciones, cierre de exportaciones, riesgo país elevado y otros factores negativos.

Mapa 1. Descuentos por zonas (u$s/ últimas 7 campañas)

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Fuente: Movimiento CREA sobre la base de información del MAGyP, Bolsa de Cereales y MATba.

Evolución de precios y área sembrada

Los precios suelen ser el principal incentivo a la producción de trigo, además de las cuestiones técnicas relacionadas con la rotación. Las reiteradas intervenciones oficiales en el mercado, sumadas a la sequía de 2009, han generado una progresiva disminución de la superficie sembrada hasta 2009. En el gráfico 1 puede observarse la evolución del sobreprecio o descuento promedio por año (línea naranja) y la evolución de la superficie sembrada de trigo (línea verde).

A partir de 2004 comenzaron a registrarse los descuentos que, en 2007 y 2008, llegaron a reducciones de hasta 50 u$s/t en promedio, con una consecuente caída del área. La campaña 2009/10 fue la de menor superficie de los últimos 100 años.

Gráfico 1. Sobreprecios, descuentos y superficie sembrada

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Fuente: Movimiento CREA en base a MAGyP, Bolsa de Cereales y MATba.

Un negocio de alto riesgo

Además, el cultivo de trigo 2010/11 en campo alquilado se transformó en una producción con alta probabilidad de lograr una renta negativa, incluso en la principal zona cerealera del país.

En los partidos bonaerenses de Azul y Tandil, los acuerdos de alquileres negociados en lo que va del año para campos con buena aptitud agrícola y una escala de cierta magnitud se ubican en 11 qq/ha de soja (a 260 u$s/hectárea).
Los precios esperados del trigo –según el contrato Matba Enero 2011– rondan los 140 u$s/tonelada. Un planteo tecnológico habitual en la región comprende 100 kg/ha de fosfato diamónico, 150 kg/ha de urea y alrededor de 30 u$s/ha en concepto de “gerenciamiento” (que comprende desde la localización del campo por alquilar hasta el seguimiento del cultivo y la comercialización de la cosecha). Con tales supuestos, el costo directo total del trigo 2010/11 es de 307 u$s/ha.

Con los supuestos enunciados y una imputación al trigo del 70% del costo de alquiler, el rinde de indiferencia se ubicaría en torno a 43 qq/ha (cuadro 1).

Cuadro 1. Rentabilidad antes de Impuesto a las Ganancias con diferentes precios y rendimientos esperados de trigo

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Fuente: Movimiento CREA.

Del análisis de sensibilidad de rentabilidad proyectada del cultivo se desprende que el nivel de riesgo presente en el negocio es elevado. Este comportamiento es consecuencia de la distorsión de precios provocada por la intervención oficial en el mercado y por las retenciones. Estos factores determinan que los productores argentinos vendan actualmente el trigo con un precio 40% inferior al de los agricultores de países limítrofes. Los 140 u$s/tonelada –según el contrato Matba Enero 2011– podrían ser casi 200 u$s/tonelada si no existieran los elementos distorsivos.

Los productores están esperando señales de cambio en la política triguera en los próximos días, para evitar que el desaliento se acentúe y margine, cada día más, a la Argentina del mercado triguero internacional, sin beneficio para los consumidores del país.