La protesta-peregrinación de los ruralistas durante más de 400 kilómetros y 12 días de caminatas dejó historias y recuerdos que vale la pena recordar. Como la nena de 11 años que se decidió a protestar por las suyas o el ruralista que aprovechó el reclamo para bajar más de 20 kilos.

El ex alumno salesiano que caminó con el apoyo familiar

Teólogo por un día, Francisco Balbiani, explicó una y otra vez por qué no tienen espesor político una procesión y una oración para que cambie el corazón del Gobierno. Balbiani es, junto a sus hermano Pablo, uno de los cuatro ruralistas que ayer llegaron desde Villegas para rezarle a la Virgen de Luján por la paz del país y el bienestar del campo. "No sé si estoy en estado de gracia --dijo este ex alumno salesiano, de 58 años--, pero necesitamos tocar la fibra de la Nación y mirarnos los unos a los otros, o no nos vamos escuchar nunca. Una familia desencontrada siempre se encuentra en el regazo de la madre: pídamosle una gracia especial para dirigentes nacionales, en un acto penitencial". Su esposa Marcela Py le dio luz verde, y sus hijos Milagros, quien pronto dará a luz a su nieta Francesca, Francisco, que vive en Francia, Ma. Lourdes, estudiante de C. Políticas, y Fernando, le sumaron entusiasmo.

Con 11 años, Luisina convenció a los papás y se puso a marchar

Si se entusiasmo se habla, habrá que destacar el que animó a Luisiana Abate Daga, de 11 años, a marchar 360 kilómetros, desde Ameghino. Primero convenció a su mamá Maricel, a su papá, y a tres hermanos, de marchar el fin de semana. Pero se fue quedando día tras día y ayer, con su capote amarillo y su sonrisa imborrable, desafío las cuatro horas de lluvia y viento del último tramo. "Lleva 10 días fuera de la casa, durmiendo donde puede con la solidaridad de la casa. Le hicieron un lugar especial y la cuidaron de manera maravillosa", dijo la mamá, hija de Ernesto Coronel, tercera generación de chacareros.

Una "disidente" de Pampa Sur que se sumó a "título personal"

Soledad Tejada, fundadora de Pampa Sur junto a María del Carmen Alarcón, es de Venado Tuerto y se sumó en Junín el lunes. "Vengo a título personal", dijo con el rostro castigado por la lluvia. Pero, ¿cómo se entiende su presencia?, fue la pregunta de Clarín, teniendo en cuenta el pase de Alarcón a las filas K. "Con Alarcón somos amigas y hablamos siempre. Pero vengo a acompañar", agregó Tejada y mantuvo su perfil bajo.

Dos dirigente piqueteros que no se olvidaron del campo

Y hablando de presencias con volumen propio, al final llegaron los dirigentes de Federación de Tierra y Vivienda (FTV), Jorge "Mono" Núñez, de La Matanza, y Daniel Domenella, de Ezeiza. "En 2003, con el 10% de las retenciones, el primero que puso para los que menos tienen, fue el campo", dijo Núñez. Agregó que "los pobres estamos clasificados entre rehenes que reciben recursos y nosotros, que somos críticos".

Aprovechó para ponerse en forma y bajar más de 20 kilos

Atendidos por la kinesióloga Daniela Alvarez, Horacio Pugnaloni y Mauro Traverso llegaron sin problemas. Horacio (44), con su metro noventa estremecido por la visita de su hija Costanza y de sus pichones Tomás y Bautista. En la aventura perdió casi 25 kilos y llegó con una elegante figura de 150 kilos.

Además de reclamar, Mauro agradeció junto a sus hijos

Para Mauro (34) fue un desafío extra. Un choque frontal en Tres Sargentos le dejó la mitad de un pulmón y otras secuelas, en 1996. Al pasar por esa curva fatídica agradeció a la Virgen por sobrevivir y por sus hijos Juan Manuel (6) y Juan Ignacio (3).

Cuando la lluvia arrachada cesó, ya en la misa, Luisiana entregó un ramo de rosas para la Virgen de Luján. Y, en representación del arzobispo Agustín Radrizzani, el vicario Jorge Bruno, rogó que "la Virgen nos enseñe a los argentinos a ser unidos en la diversidad y buscar consensos". Y rezó "por la paz, el campo y la armonía social", la consigna de la marcha de 420 kilómetros.