El Gobierno Nacional designó a Juan Manuel Campillo como nuevo presidente de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA), en reemplazo de Emilio Eyras. Lo hizo a través de un decreto publicado este viernes en el Boletín Oficial. Asimismo, el Poder Ejecutivo dispuso que la vicepresidente de ese organismo será Paula López.
Campillo llega así a un organismo clave dentro del flamante Ministerio de Agricultura, ya que la ONCCA se encarga de la distribución de los subsidios que reciben los productores.
Campillo fue ministro de Economía de la provincia de Santa Cruz y fue eyectado por la administración de Daniel Peralta tras la derrota de los candidatos K en su propia tierra.
La ONCCA fue denunciada por corrupción y el pago de subsidios ilegales a partir de las declaraciones efectuadas por un changarín. Este ente era controlado por el jefe de la AFIP Ricardo Echegaray y el abogado Monner Sans fue quien presentó una causa por subsidios truchos y corrupción administrativa.
SE FUE EL SECRETARIO DE INDUSTRIA. Tras seis meses en el freezer, durante los cuales casi no manejó temas e intentó permanentemente renunciar, el secretario de Industria, Fernando Fraguío, dejó finalmente su cargo en el marco de la reestructuración ministerial que decidió Cristina Kirchner.
El Gobierno anunció que la cartera de Producción pasará a llamarse Ministerio de Industria y Turismo y que su titular seguirá siendo la economista Débora Giorgi. Aunque perdió poder tras la creación del Ministerio de Agricultura, que antes era una Secretaría a su cargo, Giorgi consiguió colocar en lugar de Fraguío a Eduardo Bianchi, un hombre de su riñón íntimo que venía manejando las negociaciones comerciales con el extranjero.
Fraguío tuvo siempre una relación tensa con Giorgi, aunque fuentes de su entorno negaron anoche que su salida respondiera a esos cortocircuitos. Había ingresado en el gabinete junto con Martín Lousteau, tras una larga carrera en la industria automotriz, donde llegó a dirigir la fábrica de camiones Iveco y la Asociación de Fábricas de Autos (ADEFA).
La ministra entró más tarde, en noviembre del año pasado, y desde entonces se especuló con el reemplazo de Fraguío. Desde abril, cuando el secretario dejó trascender a los medios su intención de dejar el puesto, no tuvo a su cargo ninguna gestión trascendente para el sector.
Bianchi, su reemplazante, trabaja con Giorgi desde cuando la ministra ocupaba la misma cartera en el gobierno bonaerense. Antes compartió con ella varios grupos de trabajo en el sector privado. Al igual que su jefa, mantiene un diálogo permanente con la Unión Industrial y los rubros fabriles con más peso en el interior del país. En la Secretaría de Turismo, que ya era parte de Producción, seguirá el hiperpingüino Enrique Meyer.
ALARCÓN EN BAJA. En la grilla de los perdedores del día con el anuncio de la creación de un Ministerio de Agricultura, aparece María del Carmen Alarcón. La ex presidente de la Comisión de Agricultura de Diputados, ex funcionaria de Hermes Binner, ex asistente perfecta de los actos de la Mesa de Enlace, llegó al gobierno nacional hace muy poco tiempo. Aníbal Fernández le creó la Secretaría de Integración Nacional y muchos especularon que pasaría a formar parte del escalafón de la nueva cartera. Pero no.
Su margen de acción, de cualquier modo, está por verse. “Creo que no se entendió mi tarea en la Secretaría. Es una tarea intergubernamental que no tiene que ver ni con la agricultura ni con la ganadería, sino con articular todas las áreas para ayudar a destrabar los problemas. Y eso lo hablamos con el jefe de Gabinete”, le explicó ayer María del Carmen Alarcón, en el Salón Blanco de la Casa Rosada, a Crítica de la Argentina.


