El debate comenzó a partir de que el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, vaticinó que en 2010 la Argentina deberá reducir su consumo de carne vacuna o importar para abastecer el mercado interno.
Se quejó de esta manera de la política nacional agropecuaria, y advirtió que el año próximo la producción de carne sólo alcanzará para dar de comer 20 kilos menos por habitante al año (el consumo promedio en el país es de 70 kilos por habitante por año).
Ante semejante vaticinio, la respuesta oficial no se hizo esperar. El secretario de Agricultura y Ganadería, Carlos Cheppi, aseguró que "no hay crisis ganadera en la Argentina" y adelantó que, tras las elecciones, convocará al sector para discutir sobre la producción.
"Apenas hace dos años, el solo hecho de pensar que Argentina importaría carne vacuna sería cuestionable ante cualquier exposición. Hoy, lamentablemente los distintos análisis del rodeo, junto con los indicadores de producción, no sólo nos hacen pensar, sino ver lo que pasará con esta nueva frustración argentina", señaló el ex secretario de Agricultura de la provincia, el productor Bernabé Alzabé.
Sostuvo que el negocio de la carne sufrió un gran traspié como consecuencia de: controles de precios impuestos por el Gobierno nacional, cierre de exportaciones, precios máximos, intervención del mercado de Liniers y los permisos de exportación (ROE).
"No podemos dejar de lada el escaso o nulo interés de las políticas de gobierno en fomentar la producción. La rentabilidad cae en un 25%, lo que explica las 5 millones de hectáreas menos en ganadería desde 1995", indicó. "Con este escenario, que ni si quiera alienta al futuro, el interés de invertir en el sector directamente es un imposible.
En estas condiciones la faena de vientres se intensificará produciéndose la falta de carne vacuna en el mercado interno", precisó.
La situación también preocupa al ganadero Felipe Goizueta, miembro del comité ejecutivo de la Sociedad Rural de Tucumán. "La crisis en el campo está; hay que tomar medidas urgentes cuando pase este proceso electoral, y sentarnos a diseñar un plan de ganados y carnes", expresó. Opinó que para que cualquier plan ganadero funcione "el novillo tiene que tener precio, no como ahora que se vende a $ 2,80 el kilo vivo, cuando $ 350 producirlo".
Comentó que en Tucumán, el stock ganadero se circunscribe a 130.000 cabezas, 200.000 cabezas menos que hace sólo 20 años. Nuestra provincia importa el 85% de la carne que consume.
Alzabé reveló que la Argentina se encuentra en un franco proceso de liquidación de stocks. "La fábrica de terneros son las vacas que conforman el rodeo reproductivo; a menor número de vacas, menor número de nacimientos por año, con lo cual la reposición de vientres no se cumple normalmente y el menor números de terneros hará que la reposición de los novillos a faena sea menor", indicó.
Hizo hincapié en que, a enero de 2006, cuando se estaba en una fase de crecimiento de stock, "las hembras participaban en la faena solamente con el 41%. A partir de las medidas implementadas por el Gobierno nacional, hoy estamos casi en un 50%. Lo alarmante es que van 19 meses seguidos de creciente faena".
Reveló que la existencia ganadera argentina en 2006 era de 55,5 millones de cabezas, que bajaron a 55 millones en 2008 y para este año se estima que se ubicará en 54,5 millones de cabezas.
"Estas cifras confirman la baja en la existencia ganadera de un millón de cabezas", añadió. Dijo, además, que la faena de 13,4 millones de cabezas de 2006 aumentó a 14,5 millones, un millón de cabezas mas. "Por otra parte, el peso de faena disminuyó en igual período de 226,42 kilos a 214 kilos, al tiempo que las exportaciones disminuyeron en 170.000 toneladas, con un consumo que aumentó en seis kilos de carne por habitante por año", agregó. "Una equivocación del Gobierno es pensar que el cierre de las exportaciones favorecería el consumo interno, sin darse cuenta que la exportación es la que ayuda a subsidiar y dar credibilidad a la actividad vacuna", evaluó Alzabé.
Se estima que la demanda internacional de carnes no disminuirá en números peligrosos. "La oferta todavía es insuficiente; por lo tanto, los precios seguirán buenos a pesar de estar por debajo de los mejores precios del año pasado", indicó Alzabé. Pronosticó que la oferta de novillos en el mercado interno seguirá la curva descendiente de estos últimos años.
"Los precios actuales se encuentran a niveles de 2005 y que marcan una caída aproximada del 23%. Estos valores están influenciados para abajo en las regiones donde castigó la sequía, con lo cual los valores promedios pueden ser menores", alertó.
La Gaceta OnLine


