Por Elida Thiery (Aire Agro) - Esta semana se completó una edición más del curso El Profesional Tambero, en la agencia del INTA Rafaela, el lugar donde todo comenzó y fue su impulsora hace casi dos décadas, la ingeniera María Rosa Scala, quien lo desarrolló junto a coordinadora de la Experimental, Claudia Gaudiño.
Del Departamento Castellanos, fueron quince tamberos de Humberto Primo, Galisteo, Felicia, Susana, Nuevo Torino, Rafaela, Sunchales, Presidente Roca y Raquel, hombres y mujeres que ordeñan y cumplen diferentes tareas en establecimientos 1.600 a siete mil litros diarios los que participaron durante tres meses en encuentros de tres horas, una vez por semana.
En total fueron 14 encuentros teórico-prácticos que incluyeron salidas a campo, clases teóricas y prácticas que pasaron por todos los aspectos del sector.
Todo lo que tiene el tambo
Se recorrió una agenda imprescindible que incluyó el trabajo en equipo, manejo de pasturas, calidad de leche, crianza de terneros, mastitis, rutina de ordeño, alimentación, sanidad, reproducción, higiene y seguridad, con un cierre enfocado en la economía familiar, incluyendo la capacitación los saberes de profesionales de INTA y del sector privado, según cada etapa de la formación que a nivel nacional abarca desde 2007 al 30% del personal de los establecimientos del eslabón primario.
Compromiso lechero
El pasado miércoles, al cerrar el curso, la ingeniera Scala felicitó a todos los que se fueron con su diploma en mano.
“Llegamos al final de esta edición de El Profesional Tambero. Queremos reconocer en cada uno de ustedes el tiempo dedicado y que decidieron invertir, la energía, el trabajo para mejorar su propio tambo, su familia y su futuro. Ese compromiso es lo que sostiene la lechería y lo que nos sostiene de nuestras comunidades rurales, lo digo con convencimiento”.
En el módulo final sobre economía familiar, “vimos que los números no son solo cuentas, son decisiones, son orden y oportunidades. Por eso lo dejamos al final porque integramos todos los temas con este que es el fundamental y más importante”, explicó Gaudiño.
“La economía de la familia es trabajar el corazón del sistema tambero porque cuando la familia está organizada, cuando hay diálogo, cuando los esfuerzos se valoran, el tambo crece y la vida cotidiana mejora”, agregó.
Por su parte, Scala puso énfasis en las tres ideas que remarcó durante toda la capacitación. “Cada tambo es una empresa familiar con enorme potencial, que conocer los números les da libertad y fortalece la autonomía y que el trabajo conjunto de familia, técnicos, profesionales, instituciones, sector privado, es lo que nos permite seguir adelante aún en contextos difíciles”.
Formación y aprendizaje colectivo
En su experiencia reciente como directora Nacional Asistente de Transferencia y Extensión del INTA nacional, valora estos espacios de aprendizaje colectivo. “Seguimos construyendo profesionalización desde INTA con bienestar y futuro para nuestras familias tamberas, nuestros animales y la vida rural. Felicitaciones a todos por este gran paso que han dado”, llevándose conocimiento y formalidad en los conceptos con los que llegaron y a los que suman experiencia.
En la evaluación del curso y el cierre formal participaron la ingeniera Daniela Faure y personal de la Agencia de Extensión Rural Castellanos, celebrando una edición más de la formación que sin dudas destaca la dedicación, la energía de superación, el esfuerzo individual y la organización personal y familiar como la base para el crecimiento del sector lechero.
Fuente: El ida por el campo


