El fin del paro agropecuario se notó a las claras en los complejos aceitero-portuarios de los alrededores de Rosario, por donde se van más de tres cuartas partes de la soja del país, sea en grano, harina o aceite derivados.
Ayer, sólo hasta las 6 de la mañana, ingresaron para descarga a esos complejos 5.341 camiones, contra el promedio diario de 592 de la semana pasada, de acuerdo con los datos de la Bolsa de Comercio de Rosario. En otras palabras, en el día de ayer se descargaron en las terminales cerca de 190.000 toneladas de granos, más del doble que lo que ingresó durante toda la semana anterior. Con ello casi se completa lo que cargan normalmente cinco buques Panamax en el Río Paraná.
La intensa reanudación de la actividad se vio muy complicada por un conflicto gremial que afectó a Terminal 6, la empresa que comparten a medias las cerealeras Bunge y Aceitera General Deheza (AGD), ubicada en Puerto General San Martín (ver aparte). Así, desde el domingo por la noche, las congestiones de camiones entorpecieron fuertemente el tránsito en la ruta nacional 11 y la autopista Rosario-Santa Fe, con varios kilómetros de colas y hasta cuatro filas de camiones, estacionados incluso en las banquinas.
En realidad, el repunte de la actividad granelera comenzó a verse el sábado pasado, apenas levantado el paro, cuando ingresaron para descarga en los puertos del denominado up-river (desde Timbúes, al norte, hasta General Lagos, al sur) 3.935 camiones, contra los 806 del viernes previo.
Menos radical
Más allá de que se hizo sentir, el paro de este año no logró la radicalidad del de la misma época del año pasado, a raíz de la famosa Resolución 125 de retenciones móviles, que provocó que el ingreso de camiones a los alrededores de Rosario fuera nulo por al menos cuatro días.
De hecho, este año, si bien notificó el conflicto a los organismos reguladores internacionales como para abrir el paraguas en caso de algún incumplimiento, la cámara exportadoras de granos y aceites Ciara-CEC le dijo a El Cronista la semana pasada que las empresas no tenían preocupación por desabastecimiento, porque a los stocks que tenían las empresas se sumaba cierto ingreso de granos.


