A los inconvenientes mencionados se agregan los problemas propios de la actividad.

Debido a que la cría en nuestro país fue desplazada sucesivamente a zonas tecnológicamente menos desarrolladas, con tierras de inferior calidad, en muchos casos son necesarios ajustes tecnológicos a nivel regional y a nivel predio para ajustar la metodología de producción a las nuevas condiciones físicas y ambiente económico.

En ese ambiente los productores deben alcanzar altos niveles de eficiencia física y económica, lograr rentabilidad y sustentabilidad física y económica, para lo cual se deben ajustar el manejo de los rodeos.

Para medir la eficiencia física de producción, el porcentaje de destete, es uno de los índices que mejor lo hacen. Si este índice es bajo, es porque hay desajustes en la forma de producir.

La disgregación de este índice en otros, explicarán las razones y orientarán a los productores y técnicos sobre cuales son las medidas a tomar para mejorar y aumentar la eficiencia.

Es así es que en algunos casos no se comprenden claramente cuales son los factores que afectan en el porcentaje de destete, ni los factores claves de la actividad.

Por ejemplo, llama poderosamente la atención que aún se pretenda, aumentar la eficiencia de producción y mejorar la rentabilidad de una empresa, manteniendo vientres improductivos en los campos, que no quedaron preñados en condiciones en que sí debieran haberlo hecho, dándoles segundas y terceras oportunidades de servicio.

Esta forma de proceder es todavía más incomprensible cuando los recursos forrajeros son escasos y la cantidad de toros disponibles está muy ajustada. En aquellos casos que sobran recursos forrajeros y financieros, es posible proceder de ese modo, pero la repetición de esta situación en sucesivos ciclos llevaría a concluir que existe un planteo estratégico de la actividad que no aprovecha los recursos físicos y económicos eficientemente.

Además la retención en un rodeo de vientres que repiten servicio periodicamente en un campo es una forma muy eficiente de perpetuar en el rodeo enfermedades reproductivas, que junto con la falta de revisación sanitaria y física de los toros, aseguran el camino hacia la baja rentabilidad o en el peor de los casos, el fracaso.

¿Como se debe calcular el porcentaje de destete?:

Para medir datos físicos y económicos en una empresa, se debe primero fijar el período para el cual se pretenden calcular los resultados.

Este período es siempre el mismo y en empresas agropecuarias que producen cultivos anuales es de un año.

En el caso de las actividades ganaderas esto no es tan claro, por que la vida útil de una vaca es superior al año y en el caso de un novillos, desde que nace hasta que muere pasan como mínimo 18 meses cuando se produce a pasto.

Al igual que en las actividades agrícolas, los índices de producción ganaderos también deben ser medidos en períodos anuales.

En el caso del porcentaje de destete se calcula como la cantidad de terneros destetados, en relación porcentual a la cantidad de vientres sometidos y mantenidos en servicio durante un período limitado de tiempo.

En las tres palabras anteriores está la clave del porque en algunos planteos de cría se dan más de una o dos oportunidades a vientres que no quedaron preñados en el primer servicio.

Cuando se pregunta a las personas responsables de estas decisiones explican que es para obtener una mayor cantidad de terneros. Esto es incorrecto ya que así el período de servicio se alarga y por cada vaca que es servida más de una vez, el porcentaje es menor si no se obtienen más terneros, porque en el cálculo a esa vaca hay que contarla como si fueran dos.

Dar más de una oportunidad de quedar preñada a una vaca significa mantenerla en el campo consumiendo recursos que podrían ser aprovechados por vientres productivos y utilizar un toro que hay que cuidar sanitariamente, etc.

Además si esto se repite en los ciclos siguientes se llegará a tener rodeos en servicio continuo, con todos los inconvenientes que esto genera.

Durante muchos años los servicios de extensión de nuestro país y de otros que tienen ganaderías vacunas desarrolladas han pregonado las ventajas de estacionar la época de servicio.

Son múltiples las razones por las cuales es conveniente estacionar el servicio en un rodeo vacuno. Entre las principales:

En general se reduce el número de veces que hay que realizar cada tarea normal en los rodeos de cría. Destete, descorne, castrada y señalada, tacto, etc.

Se ubica la época de mayor demanda de consumo de los vientres en el momento de mayor producción de pasto, favoreciendo la planificación del balance forrajero a lo largo del año. Se pueden utilizar los potreros de más calidad de pasto con categorías mas exigentes. Es muy difícil planificar la utilización eficiente de los recursos con rodeos con muchas categorías de vientres y terneros distintas.

Se concentra la parición en un período limitado de tiempo.

Se obtienen pariciones y tropas de terneros másparejas, mejorando a su vez la comercialización posterior ya que los invernadores prefieren tropas parejas por razones obvias y si el establecimiento inverna su propia producción de más está decir que se beneficia igualmente.

Se puede concentrar el destete en el otoño, cuando la calidad del pasto es muy buena y los terneros pueden soportar un stress de esa magnitud. En verano e invierno sufren las exigencias ambientales, consumen pastos no tan tiernos o falta el forraje. La primavera es mejor reservarla para concentrar la parición y mejorar la producción de leche de las vacas.

Los toros no recorren rodeos con vacas que están próximas a parir o que no celan.

Si se pretende separar las diferentes categorías, harán falta más potreros ya que en un mismo momento del año tendremos todas las categorías posibles en un rodeo de cría. Al estacionar un servicio se tendrán vientres en servicio con o sin ternero al pie, vientres secos en engorde para venta y vientres secos con ternero al pie.

Se favorece el diagnóstico de preñez con tacto rectal. Con un solo tacto se sabe cuales son los animales vacíos o preñados. Si no se hace servicio estacionado, las preñez se expresa sola,cuando se ve a simple vista y a es tarde
para separar vientres que no quedaron preñados.

Estos animales estuvieron aprovechando recursos financieros y forrajeros durante meses que podrían haber sido destinados a animales que estando preñados los necesitaran mucho más. De más está decir que mantener un animal que no quedará preñado y sin engordar en el campo es un riesgo gratuito ya que también se puede morir.

Conocer el porcentaje de vacas preñadas, permite planificar los recursos financieros del año, mejor que distribuyendo los destetes durante todo el año con un servicio continuo, con el argumento de distribuir los ingresos financieros.

Se favorece la aplicación de los tratamientossanitarios, por ejemplo el de la brucelosis a terneras entre los 3 y 8 meses de edad. Así se reducen las pasadas de los animales por la manga, las visitas del veterinario, compras de vacunas, etc.

Se ejerce un presión de selección sobre losvientres que mejora la genética del rodeo. En
caso de que una vacas quede preñada en la segunda o tercera chance habiendo sido bien manejada, alimentada y servida con toros sanos es probable que para una terneras que se comporten de forma similar.

Se reduce el tiempo de recorridas y vigilancia que deben realizar todas las personas involucradas con la producción y manejo, incluyendo los peones, capataz, propietario y asesores.

En conclusión:

Hacer servicio no estacionado en la zona pampeana de cría no parecería ser una buena forma de producir terneros.

Estacionar el servicio es uno de los primeros pasos que se deben dar para mejorar la rentabilidad de la actividad cría vacuna. No debe pensarse en mejorar la genética, hacer inseminación artificial u otras medidas costosas y complicadas si no se cuenta con un buen plan de ordenamiento del rodeo y de atención y control sanitario.

La alternativa de dar servicios de otoño,servicio complementario de verano o invierno a vientres que ya fueron servidos deben responder a estrategias de producción muy bien estudiadas y fundamentadas.

En general estas desiciones no deberían responder a una forma de producción permanente.

Su inclusión en los planes de producción deben obedecer más bien a períodos de transición hacia rodeos ordenados o que fueron previamente afectados en su normal desenvolvimiento por eventos climáticos extremos como sequías o inundaciones prolongadas.

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