Tal como señaló el martes 10/03 el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, a radio Mitre, "en la 2da. mitad de 2006, en el frenesí reeleccionario, el Gobierno destruyó el superávit fiscal que se había construido después de la crisis de 2001". Por eso, el 11/03/2008, los Kirchner necesitaban más dinero y su hipótesis -que siempre considera la coyuntura diaria, nunca más allá- era que el precio elevado de la soja se mantendría en el tiempo y, por lo tanto, había que quitarle lo que ellos denominaban la ganancia extraordinaria al campo sin medir las consecuencias por el hartazgo de los productores al manoseo de los funcionarios. Así comenzó el conflicto.
Anuncio de retenciones moviles el martes 11 de marzo
de 2008
Ex-Ministro de Economía Lic. Martín Lousteau
CIUDAD DE BUENOS AIRES - En marzo de 2008, los Kirchner, al igual que Hugo Chávez, consideraba que el precio elevado de los commodities podría mantenerse. Así como Hugo Chávez nunca imaginó que era posible que el precio del crudo cayera por debajo de los US$50, los Kirchner creían que el precio de la tonelada de soja era inflexible. Y ellos necesitaban más recursos fiscales porque lo del superávit es mentira desde hace mucho tiempo.
Según el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, el superávit fiscal comenzó a ser ficción luego de la campaña electoral de 2007. El dato permite darle contexto al intento del Gobierno Nacional de apropiarse de la denominada renta extraordinaria del campo, un discurso que tenían desde el ecuatoriano Rafael Correa a Hugo Chávez, en el marco de la demagogia populista absurda que recorre Latinoamérica.
En días reciente el kirchnerismo en fuga afirma que si el campo hubiese aceptado la vigencia de la resolución ministerial 125, las alícuotas por derechos de exportación resultarían inferiores a los vigentes con la estructura rígida que los integrantes de la Mesa de Enlace no han conseguido hasta ahora ubicar en las negociaciones con los ministros Débora Giorgi y Florencio Randazzo.
Pero ese criterio no fue el espíritu de la 125 que fue recaudar más porque, tal como lo afirma Lavagna, la caja fiscal se encontraba exhausta luego de los comicios de 2007 ante el elevadísimo precio que el peronismo y los radicales K le cobraron a Néstor Kirchner por el sufragio a Cristina.
Luego, ocurrió un gravísimo error de diagnóstico político de parte de Néstor Kirchner (y Alberto Fernández): el Gobierno nunca comprendió el hastío del campo ante los sucesivos abusos que Guillermo Moreno y otros burócratas habían realizado.
Néstor Kirchner decidió, para colmo, a Moreno sumarle Ricardo Echegaray, en un desafío estúpido que dinamitó cualquier posibilidad de negociación.
Así se llegó al inicio de la recesión porque, más allá del maquillaje estadístico del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, cuya credibilidad pulverizó el kirchnerismo, la actividad económica se hundió y nunca se recuperó en ocasión del conflicto disparado por la resolución ministerial 125, con un inevitable impacto fiscal.
En vez de repetir todo aquello que escucha -acción que demuestra que tener capacidad de memorización no supone ser inteligente-, Cristina de Kirchner debería considerar que la renta extraordinaria podría aplicarse a aquellos recursos bajo concesión del Estado, pero no a la producción agropecuaria que es consecuencia de la inversión a riesgo y el esfuerzo del productor, además de imponderables como lo es la metereología.
Lo más grave es que hace 1 año no había un política agropecuaria sino una necesidad fiscal de recaudar a partir de los impuestos a la exportación aplicados al campo. Y 1 año después, todavía sigue faltando esa política agropecuaria. Esto quiere decir que los Kirchner han aprendido poco y nada de la tragedia colectiva ocurrida durante los 12 meses recientes.
Semejante omisión debería provocar reflexiones acerca de la idoneidad de los Kirchner para gestionar la Argentina.
Aqui 2 recortes sobre lo ocurrido el 11 de marzo de 2008, publicado en los diarios del día 12; primero del diario kirchnerista Página/12 (firmado por un periodista que escribe sobre temas de economía y se siente consustanciado con el los Kirchner), y luego del matutino vinculado históricamente a algunos de los intereses agropecuarios (La Nación), con la firma de un periodista especializado en temas del campo.
En el recorte de Página/12 debe notarse una constante del kirchnerismo: que
el reclamo era cuestión de Sociedad Rural Argentina y Confederaciones Rurales
Argentinas (entidades tradicionales, explica el matutino) pero no de los
pequeños y medianos productores (en teoría, la Federación Agraria Argentina y la
intercooperativa Coninagro). El supuesto resultó falso. La hipótesis de Néstor
Kirchner no coincidió con la realidad y así comenzó el aborrecimiento a Eduardo
Buzzi y Alfredo De Angeli:
Raúl Dellatorre en Página/12:
"Esta vez no hubo negociaciones con alguna de las partes para pisar los precios finales ni amenazas de prohibición de exportaciones, en el habitual estilo de Guillermo Moreno. El Gobierno, en cambio, se decidió ayer a echar mano a los manuales tradicionales de políticas de intervención y definió la aplicación de retenciones móviles a las exportaciones de granos, que busca eliminar el impacto sobre los precios internos de las continuas alzas en las cotizaciones internacionales.
“Por ahora, se trata de un reordenamiento en la base de la cadena alimentaria, pero seguirá sobre los otros eslabones, en los cuales también habrá anuncios en los próximos días para seguir trabajando en la contención de la inflación”, informó una alta fuente del Ministerio de Economía, ayer por la tarde, minutos antes que el ministro Martín Lousteau hiciera público el nuevo esquema de retenciones móviles, que tendrá vigencia durante los próximos cuatro años. Las harinas, los aceites, la carne de pollo y de cerdo, y hasta la leche entran en el esquema de análisis del Gobierno y en el dibujo de un nuevo escenario de precios, en el que los incentivos y más retenciones serán parte de resoluciones prometidas para las próximas semanas.
Básicamente, lo que se resolvió ayer es modificar el nivel de retenciones a las exportaciones de soja, girasol, maíz y trigo para eliminar las diferencias de precios que dichos productos tuvieron desde diciembre a la fecha. Para retrotraer los precios netos para el exportador a los niveles de diciembre, Economía aumentó en 9,1 puntos el derecho de exportación hasta ahora vigente para la soja –pasó del 35% al 44,1% en promedio–, en 7,1 puntos el del girasol –lo llevó a 39,1% promedio– y redujo en 0,8 puntos el derecho correspondiente al maíz y 0,9% el de trigo –antes, en 25 y 28 por ciento de retenciones–.
El valor neto que los exportadores recibían a fines de 2007 deberá ser el mismo que recibirán por sus ventas externas a partir de ahora, cuando entre en vigencia la nueva resolución. Lo novedoso es que, a partir de ahora, un mecanismo de retenciones móviles buscará que el precio neto del exportador siga siendo aproximadamente el mismo, aunque la cotización internacional se mueva violentamente hacia arriba o hacia abajo.
En conferencia de prensa, el ministro Martín Lousteau defendió el nuevo esquema de derechos de exportación móviles, asegurando que es más eficiente para evitar el traslado del alza de los precios internacionales a los valores domésticos. Lo que queda por verse, en referencia a la mencionada eficiencia, es cuál será el comportamiento de los exportadores, y si transferirán en forma equitativa los beneficios y costos a la producción. Hasta ahora, la realidad está lejos de esos signos de transparencia. Y justamente uno de los ejes centrales de la protesta de ayer de la Federación Agraria en la zona cerealera y portuaria del Gran Rosario era denunciar que los exportadores se quedan con la parte del león en la súper renta agraria nacida en las alzas internacionales.
(...) “Lo que hay que tener en cuenta son los niveles de rentabilidad, y a estos niveles de precios y con estas retenciones, el campo sigue siendo hiperrentable”, destacó el ministro de Economía durante la conferencia de prensa en Casa de Gobierno. “La inflación en el rubro Alimentos se duplicó en el mundo en el último año”, indicó Lousteau. Anticipó, además, que se trabajará en medidas que otorguen incentivos al mayor uso de fertilizantes en la siembra –para aumentar la producción– y otras formas de respaldo “para los eslabones que agregan valor al producto”, como podría ser alguna línea de crédito a tasas subsidiadas.
La medida ya empezó a disparar las primeras críticas, que en el Palacio de
Hacienda ya descontaban antes de hacer los anuncios. Según Economía, “el
problema está en las entidades tradicionales, que siempre están en la vereda de
enfrente”. En cambio, de los representantes de productores medianos y chicos
esperan obtener mayor comprensión. “Vamos a garantizar que en la próxima campaña
el productor triguero reciba el precio pleno que le corresponde”, subrayó ayer
Lousteau, como para ganarse la confianza de un sector que, hasta ahora, sólo
recibió promesas de que iba a recibir compensaciones, que sólo en cuentagotas
llegaron a sus bolsillos."
José Crettaz, en el diario La Nación:
"El ministro de Economía, Martín Lousteau, anunció ayer un nuevo esquema de retenciones a las exportaciones de granos, que a partir de ahora serán móviles y acompañarán la oscilación de los precios. En lo inmediato, el cambio significa un fortísimo aumento de esos impuestos para la soja y el girasol, que ya habían sido incrementados en noviembre último. Desde hoy, estas commodities pagarán derechos de exportación del 44,1% y el 39,1%, respectivamente.
El premio consuelo para el agro, que ya expresó sus quejas por la medida, es que las alícuotas para el maíz y el trigo se reducirán casi un punto, aunque serán igualmente altas, del 24,2% y del 27,1%, respectivamente. "Es la primera vez en mucho tiempo en que está subiendo el precio de estas commodities en que hay una rebaja en los derechos de exportación de algunos de estos granos", afirmó el ministro en la Casa Rosada al hacer el anuncio junto a los secretarios de Agricultura y de Política Económica, Javier de Urquiza y Gastón Rossi, respectivamente.
El saldo de estos cambios será nuevamente favorable al fisco, que considerando los actuales precios internacionales embolsará $ 3.900 millones adicionales (0,4% del PBI, según estiman en Economía). Por eso, para los representantes del sector agropecuario se trata de otra medida con inocultable interés fiscal. Si el Gobierno decidiera preservar todos los recursos adicionales que genere el nuevo esquema, se habrá asegurado un superávit fiscal primario (antes del pago de intereses) del 4% del PBI, un objetivo declarado de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El nuevo sistema de retenciones contempla distintas alícuotas en función de bandas de precios. "¿Qué es lo que hace esto? Que a medida que el precio suba, la retención sea más alta y la traslación al precio doméstico sea más baja también, y a medida que el precio baje internacionalmente, la retención sea más baja, con lo cual el incentivo al productor sigue estando", explicó Lousteau, y prometió que el nuevo esquema de retenciones regirá los próximos cuatro años.
Pero ésa no fue la única promesa de Lousteau al campo. El funcionario también anunció que habrá incentivos específicos para la producción de cereales, carne y leche y medidas para estimular la generación de valor agregado y alentar un mayor uso de fertilizantes.
(...) Las principales entidades del agro no han sido recibidas aún por ningún funcionario de alto nivel del Gobierno, y en las mesas de entrada de la Casa Rosada, de la Jefatura de Gabinete y del Palacio de Hacienda esperan respuesta sendos pedidos de audiencia. Por eso, los ánimos entre agricultores y ganaderos están caldeados.
En los últimos cinco meses, los impuestos a la soja y el girasol aumentaron 16,6 y 15,6 puntos porcentuales, respectivamente. Esos incrementos significan subas del 60,3% para la soja y del 66% para el girasol. En el mismo período, los precios de exportación de esos granos tuvieron un comportamiento dispar: la tonelada de girasol cotizaba en noviembre a $ 1350 y esta semana lo hizo a 1260 (6,6% menos); en tanto, la soja pasó de 829 el año pasado a 1054 en 2008 (27% más). (...)".


