Después de siete meses de indiferencia total, Cristina Fernández de Kirchner y Julio Cleto Cobos se reencontraron cara a cara. Un tenue saludo con apretón de manos fue la única demostración de afecto que tuvo más que ver con una cortesía institucional, que con un deseo presidencial.
Al ingresar al recinto de la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación, la Presidenta fue recibida y -y luego despedida- por el vicepresidente Julio Cobos, quien acompañó a la primer mandataria en el acto de apertura de las sesiones ordinarias del Poder Legislativo, como presidente de la Cámara Alta. Durante el discurso, se sentó a su izquiera y estuvo permanentemente en silencio y sin tener diálogo alguno.
Mientras la temperatura rondaba los 32º, en otro día caluroso en Buenos Aires, el momento en el que Cobos recibía Cristina y la invitaba a firmar el libro de visitas, parecía que el termómetro desaceleraba sus marcas debido a lo gélido del saludo. La frialdad del momento se vio marcada en el discurso ante los legisladores cuando al habló de las actitudes políticas: “Muchas veces priman los intereses partidarios y especulativos, en donde al tomar decisiones intentaron estremecer al Gobierno”. La frase fue una clara alusión al voto “no positivo” de Cobos en la resolución 125.
Pero el frío llegó a ser polar. En otro tramo, afirmó que “a la hora de formar parte de las instituciones y de jugar los roles que cada uno tenga en ellas, hay que actuar desde la política enserio y no desde la política partidaria", dijo y completó: "Eso no es otra cosa que tener calidad institucional". El auditorio estalló en aplausos de los legisladores oficialistas.
Pero estas palabras no sólo habrán sido un tiro por elevación para su vicepresidente, sino también para integrantes de los bloques de senadores y diputados del oficialismo que decidieron no refugiarse más bajo el ala del matrimonio presidencial. Tales los casos de los senadores Carlos Reutemann, Roxana Latorre, Juan Carlos Romero y Sonia Escudero, quienes dejarían a la bancada kirchnerista al borde del quórum, con el riesgo de no poder contar con la mayoría propia para sesionar.
En la Cámara baja la suerte del oficialismo no es muy distinta. Esta semana dejaron la bancada del Frente para la Victoria los diputados de Santa Fe Jorge Obeid, Ariel Dalla Fontana y Walter Agosto, imitando a su principal referente, el ex gobernador Reutemann. Así sumadas las retiradas del 2008, entre ellas la de Felipe Solá, el bloque oficialista quedó reducido a 115 legisladores, 14 menos que el número necesario para sesionar.


