El gobierno de Cristina Kirchner teme una profunda caída de la actividad
económica y del empleo debido a la crisis financiera global. Por ello prepara un
plan para reactivar las obras públicas que estaban frenadas y lanzar nuevos
proyectos de obras, más pequeñas, de mediana duración y con un alto impacto en
mano de obra intensiva.
El ministro de Planificación, Julio De Vido, hizo el anuncio durante la
reunión que la Presidenta mantuvo en Olivos con algunos de los empresarios de
mayor peso en el país, el jueves último. "Vamos a salir con un plan muy agresivo
de obra pública para reforzar el nivel de actividad económica y de empleo", dijo
De Vido ante representantes de los bancos, la industria, la construcción y el
comercio. No dio detalles, pero la inversión en el plan sería de entre 1500 y
3500 millones de pesos.
También hay otros proyectos. Por ejemplo, el Banco Nación prepara un programa
de créditos para pymes y el campo, de unos $ 1200 millones. Se privilegiará la
producción de alimentos y el alto valor agregado, según las fuentes. Además,
Cristina Kirchner celebró en Olivos la inversión que hará Techint en el país, de
1200 millones de dólares, para producir planos de acero por medio de Ternium
Siderca, como se informa por separado. Todo eso se conversó en la reunión del
jueves en Olivos, de la que participaron los representantes de la Asociación de
Bancos (Adeba), Jorge Brito; de la Unión Industrial (UIA), Juan Carlos Lascurain;
de la Cámara de Comercio, Eduardo Eurnekian; de la Construcción, Carlos Wagner,
y de Techint, Luis Betnaza.
La recesión y la caída del empleo se transformó en la Casa Rosada en el
principal fantasma. El ex presidente Néstor Kirchner y su esposa siempre
exhibieron el alto nivel de crecimiento del PBI, de 9% anual promedio, como
emblema de su gestión. Y la caída de estos índices asusta en Olivos con miras a
las elecciones de 2009.
Según pudo saber LA NACION de altas fuentes oficiales, el nuevo plan de
infraestructura apunta a armar un paquete de obras pequeñas, de rápida
aplicación, y para ejecutar en poca duración: seis a nueve meses. El nuevo gasto
se orientaría a la reparación de plazas, calles, veredas y cloacas en todo el
país. Como el proyecto no está terminado, no hay un monto preciso de inversión
estimada, aunque oscilaría entre los $ 1500 y los 3500 millones. "Serán obras de
entre 1,5 y 2,5 millones de pesos cada una", dijo a LA NACION una alta fuente
oficial.
Se podría usar para ese fin el dinero producido de la eventual repatriación
de capitales argentinos radicados en el exterior que el Gobierno pretende
blanquear a través de fideicomisos y emisión de bonos.
Sin avances
También se procurará reactivar los planes de viviendas y escuelas que
sufrieron una parálisis pronunciada este año. Desde diciembre de 2007, las
empresas constructoras dejaron de cobrar certificados de obra porque los
recursos públicos se canalizaron hacia otros fines:
La crisis energética requirió 4000 millones de dólares para importar gasoil y
fueloil por falta de gas.
La imprevista reestatización de Aerolíneas Argentinas forzó al Gobierno a
destinar más de $ 600 millones para garantizar sus vuelos. Parte de ellos
salieron de planes de vivienda.
El fracaso del proyecto de retenciones móviles a los granos le impidió al
Gobierno recaudar unos 2000 millones de dólares adicionales previstos.
La incertidumbre financiera complicó los compromisos de la deuda pública de
2008.
La gran castigada fue la obra pública: se registraron en estos días unos
60.000 despidos en la construcción. Había margen político porque 2008 no era un
año electoral. En cambio, 2009 sí lo será: esos lujos no están permitidos en
Olivos. Los ladrillos serán el motor del plan keynesiano.
Un ministro cercano a la Presidenta negó que la parálisis de la obra pública
se registre desde diciembre, como dicen por lo bajo gobernadores e intendentes
que lo sufrieron, y aseguró a LA NACION que sólo hubo un freno "en los tres
meses de la crisis del campo". Otros kirchneristas dicen que el atraso obedeció
a la redeterminación de precios por la inflación.
Los recursos para el nuevo plan saldrán del presupuesto de la Secretaría de Obras Públicas, que conduce José López. No habría reasignaciones de partidas del presupuesto 2009, sino que se concentrará en ese proyecto el gasto de Planificación de los primeros ocho meses del año. "Se postergarán otras obras con menos impacto en mano de obra y se privilegiarán estas", dijo un ministro.
En los últimos días, Kirchner, que controla la economía, comenzó a evaluar un
mayor gasto. Ciertos asesores le recetan que no privilegie el superávit fiscal
para cumplir con la deuda en 2009: en medio de la debacle global el mundo
gastará más para rescatar a los bancos; el Gobierno debería hacerlo para salvar
la economía real.
Ese consejo lo acercó recientemente el nuevo asesor ingles en las sombras
Stephen Wheeler, que escribió un informe que indica que China, India y Japón
crecieron con déficit y emisión monetaria. Pero Kirchner, que en ese punto es
ortodoxo y fiscalista, duda en descuidar el gasto.
Las claves
Empleo en peligro
Cristina Kirchner teme una profunda caída de la actividad económica y del
empleo por la crisis global. Por eso prepara un plan para reactivar las obras
públicas frenadas y lanzar otras más pequeñas.
Obras rápidas
Las obras tendrán de seis a nueve meses de duración y generarán un alto
impacto en mano de obra intensiva. El plan insumirá entre $ 1500 y $ 3500
millones.
Créditos
El Gobierno prepara en el Banco Nación un plan de créditos para las Pymes y para el campo de unos 1200 millones de pesos. Se privilegiará la producción de alimentos y con alto valor agregado.


