"Las vacas están empezando a parir y no tenemos pasto", se lamentaba ayer un ganadero del partido de Coronel Dorrego, preocupado porque en las últimas semanas no ha llovido lo necesario para mejorar la disponibilidad de alimento para las haciendas. De todos modos, admitió que los trigos muestran todavía un aspecto satisfactorio, pese a que los milimetrajes no fueron significativos.
Los registros pluviométricos fueron dispares en el sudoeste bonaerense este año, con algunas diferencias marcadas entre zonas cercanas entre sí.
Según fuentes de la Bolsa de Cereales, la siembra de trigo es virtualmente igual a la de la campaña anterior en los partidos de Bahía Blanca, Villarino, Patagones y Puan. En cambio, en el resto de la zona ha habido una merma oscilante entre el 15 y el 20 por ciento. En ello influyó la insuficiencia de las lluvias, así como la incertidumbre que generan las medidas oficiales y el alto costo de los insumos, según explicaron voceros de entidades gremiales.
La expectativa de estos momentos gira en torno de las disposiciones que pueda tomar el gobierno con respecto a la reanudación plena de los embarques de trigo, que permitiría poner en marcha todo el mecanismo comercial.
Afortunadamente, las heladas no han sido extremas en lo que va del año en la región. De todas maneras, los productores no dejan de recordar que en noviembre de 2007 hubo severas marcas bajo cero, que causaron perjuicios en las sementeras pocas semanas antes del comienzo de la cosecha fina.
En Bahía Blanca, la precipitación acumulada en los siete primeros meses del año fue de 235,4 milímetros, contra 428 de igual fecha del período anterior.
Cabe hacer notar que en el trimestre mayo-julio cayeron esta vez 62 milímetros, el doble del año pasado. En 2007, en cambio, habían sido abundantes las precipitaciones de abril, lo cual favoreció la siembra, aunque luego sobrevino un prolongado período seco.
El último día en que hubo una lluvia por encima de los diez milímetros, en el año corriente, fue el 2 de marzo, con 21 mm.
En la última década, el año más generoso en el lapso enero-julio fue 2004, con 499,6 milímetros.
Este año, en nuestra ciudad se anotaron, hasta el 31 de julio, apenas 18 heladas, con un tope de 4,5 grados bajo cero el 1 de ese mes. El año pasado, el récord fue de 10 grados bajo cero, el 9 de julio.

En La Pampa. Desde Santa Rosa se informó que la sequía abarca a casi todo el territorio pampeano. Además del impacto en la actividad agrícola, se consigna que las existencias ganaderas se redujeron el 7 por ciento en el último año, de acuerdo con un relevamiento de la Subsecretaría de Asuntos Agrarios.
El gobierno pampeano sumó a la emergencia agropecuaria por sequía, dispuesta hace dos meses, a dos millones de hectáreas de cuatro departamentos. En consecuencia, hoy abarca a un total de 13,8 millones de hectáreas, casi la totalidad de la provincia.
Las escasas lluvias de julio "no dan respiro a los castigados productores", dijo Enrique Smidt, titular de aquella repartición.
Hace un año, había en La Pampa 4.101.873 cabezas de ganado vacuno; hoy, 3.844.958 animales.
En algunos distritos del extremo sur bonaerense también se aprecia una merma en las existencias de ganado bovino, como resultado de la falta de pasturas, lo cual llevó a los productores a desprenderse de muchos miles de cabezas, tanto a través de remates feria como en ventas particulares.
La campaña de vacunación antiaftosa a realizarse sobre el último bimestre del año permitirá conocer los datos precisos sobre las existencias bovinas.

Preocupación por los rendimientos

Un cable de la agencia Reuters dice que Germán Heinzenknecht, analista meteorológico de la Consultora de Climatología Aplicada, dijo que "si el trigo empieza a florecer sin el perfil recargado, va a tener problemas en el rendimiento".
Agregó que en el sur de Buenos Aires la situación de los cultivos todavía es satisfactoria, pero en Córdoba y Santa Fe la sequía está haciendo sentir sus efectos y el cereal precisa lluvias inmediatas.
Diversos especialistas proyectan una cosecha triguera bastante inferior a los 16 millones de toneladas de la campaña anterior, porque a la menor siembra se agrega que el empleo de tecnología también ha sufrido una caída debido a los costos. La siembra fue calculada en 4,5 millones de hectáreas por la Secretaría de Agricultura.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) prevé que la cosecha argentina de trigo será de 13,5 millones de toneladas.
"Para que pueda evitarse la quiebra de los productores damnificados, se debe aplicar una urgente asistencia extraordinaria", insistió en las últimas horas Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina, al referirse a los padecimientos de los ganaderos cuyos campos están asolados por la seca.