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José “el Loco” Sbatella, como le dicen sus compañeros de militancia más antiguos, era uno de los pocos economistas con peso político propio que le quedaban al Gobierno. Militó en el peronismo revolucionario de los 70 y construyó veinte años después el IEFE, una de las usinas económicas más influyentes de La Plata. El jueves dejó la estratégica Comisión de Defensa de la Competencia enfrentado con el polémico Guillermo Moreno, su jefe en los papeles pero su enemigo diario en la gestión. En una entrevista con Crítica de la Argentina, Sbatella dijo que la presidenta Cristina Kirchner “atenta contra su futuro político” al no cambiar de estrategia contra la inflación. Y que deja su cargo con frustración por no haber podido avanzar contra los monopolios que, según Sbatella, defiende el secretario de Comercio.

-¿Cuáles fueron sus diferencias con Moreno?

–La principal fue sobre cómo tratar con los formadores de precios. Atrás de la visión del secretario está la idea de que es más fácil y más efectivo negociar con los grandes jugadores de cada cadena de valor para que disciplinen al resto, en vez de controlarlos. Y eso implica acordar con ellos sin consultar a nadie más.

–¿Esos acuerdos por lo menos se cumplen?

–Ellos firmaban acuerdos para algunos productos y quedaban liberados en otros. Ahí hacían la diferencia. Porque para tener capacidad de control, el Estado debe poder sancionar. Para eso hay leyes como las de Defensa del Consumidor y de la Competencia. Y también la de Abastecimiento. Las dos primeras fueron despreciadas y la tercera se usó para amedrentar a un par de empresas, pero nunca se la puso en práctica.

–Usted dice que al principio le tuvieron miedo pero después le tomaron el tiempo.

–Y... En cierta forma cayó en la misma ilusión que (Juan Carlos) Pugliese, que les habló con el corazón y le respondieron con el bolsillo. Pensó que llamándolos por teléfono o pegándoles cuatro gritos iba a disciplinar a grupos económicos que han volteado gobiernos. Pero después de cuatro meses empezaron a remarcar todo. El aprendizaje es que no se puede negociar sin una estructura detrás.

–¿Esa estructura estatal no se reforzó?

–No. Se la despreció. Si bien es cierto que lo que quedó de los 90 era débil, era posible jerarquizarlo utilizando las leyes vigentes. Se le podía dar independencia y autarquía a la Comisión para que fuera de temer, pero en serio.

–Usted al renunciar habló de “corrupción estructural” en la Comisión. ¿Sospecha que la hay en otras áreas?

–Con corrupción estructural no me refiero a las personas, sino a los organismos. A que se aplasta un control estatal y se favorece a privados. Cuando uno ve que les cobraron 1.700 millones de dólares menos en retenciones a las grandes exportadoras de granos o que se dejó pasar la triangulación de la soja y sólo saltó a la luz por un conflicto político, supone que la Aduana o la ONCCA (el ente de control del comercio exterior) no están siendo utilizadas con todo su poderío.

–Va más allá de Moreno...

–Sí. Y el problema es que se está minando la posibilidad de un cambio concreto de la estructura económica a favor de los intereses populares. De nada sirve un buen encuadre macroeconómico sin una política del día a día para la microeconomía. Moreno y otros funcionarios tienen una visión del Estado “a la coreana”, asociado a pocos grupos empresarios y que el resto se discipline. Lo que no ven es que la alianza con esos capitalistas sólo dura mientras el Gobierno tiene respaldo político. Después se van.

–¿Las empresas que usted controló usan la inflación del INDEC para sus proyecciones?

–No me pareció. Están dando aumentos salariales muy superiores. Y sus balances siguen dando ganancias.

–¿Podrá recuperarse el INDEC?

–Lo que quedó de él está muy mellado. Hay que devolverle credibilidad con nuevos índices. Y se puede hacer que sólo uno de ellos se use para ajustar lo que se cobra por los bonos o en alquileres.

–¿Se puede cambiar sin que se vaya Moreno?

–Hay que saber leer el fracaso que hubo contra la inflación.

–Pero la Presidenta lo respaldó.

–Dio a entender que ella es la responsable, pero ese es un costo demasiado alto. Asumir esa derrota como propia atenta contra su futuro político. Podría descargarla en las áreas que corresponde.

–¿Alguna vez le llegó una orden concreta de no investigar alguna empresa?

–No. Lo que siempre hay es una presión fuerte de los estudios de abogados para que las decisiones se aceleren o se frenen. Y en ese sentido, cuanto menos institucional y más discrecional es el trabajo, más éxito pueden tener los lobbies.

–¿Se siente defraudado por los Kirchner?

–No. Sí siento la frustración de no haber podido seguir peleando desde adentro. Pero creo que cuando no se puede, hay que irse. Y tengo la obligación como técnico y como militante de mostrar las falencias. Pienso que le hago peor al Gobierno si me callo, como hacen muchos.

“El modelo empieza a hacer agua”

–¿Hay alguna orden expresa para que los funcionarios no hablen con la prensa?

–No. Pero hay un estilo de no aparecer demasiado, que sirve cuando las cosas van muy bien pero deja de servir cuando las cosas hay que explicarlas más, como ahora. Si se hubieran elegido a uno o varios ministros como interlocutores válidos para la prensa durante el conflicto con el campo, tal vez la derrota no hubiera sido tan dura.

–Ésta es su segunda salida con portazo del Gobierno. ¿Qué diferencias hay con 2004, cuando dejó la Aduana?

–En la Aduana hubo más problemas administrativos porque era la hermana pobre de la AFIP. Hoy es mucho más grave porque discutimos un pilar como la política de precios, donde el modelo económico que fue exitoso desde 2002 hasta acá empieza a hacer agua.

–¿Con su salida gana Moreno o puede frenarlo su sucesor, Ricardo Napolitani?

–Si no se resuelven los problemas que señalé en mis informes a la SIGEN y la AGN, el que esté ahí va a estar de adorno.

Kirchneristas que lamentan su salida

Tras su desplazamiento de la comisión antimonopolios, Sbatella fue respaldado públicamente por dirigentes kirchneristas y por la agrupación oficialista Libres del Sur. “No sólo no se lo debió haber sacado de tan estratégico lugar sino que, por el contrario, se lo debió haber apoyado en sus proyectos”, expresó a través de un comunicado la agrupación Libres del Sur.

El texto lleva la firma del secretario de Organización y Participación del Ministerio de Desarrollo Social, Jorge Ceballos; el referente político de la fuerza, Humberto Tumini; la diputada Victoria Donda (Frente para la Victoria) y el asesor de Cancillería Isaac Rudnik, entre otros. Sbatella es uno de los transversales que apoyan desde 2003 a los Kirchner y que ahora se inquietan ante el creciente protagonismo del PJ.

“Lamentamos que haya sido desplazado. En momentos en que los grandes grupos económicos presionan fuerte para que el Gobierno corrija el rumbo económico en su favor y en desmedro de los sectores populares, es una muy mala noticia”, opinó Libres del Sur.