Ante una Plaza de Mayo casi colmada la presidenta Cristina Kirchner ensayó una nueva y enérgica defensa de las retenciones móviles en medio de fuertes críticas a los dirigentes del agro.

"Cuando tomé decisiones para redistribuir el ingreso no lo hice, se los juro, para perjudicar a nadie. No fueron contra nadie. Fueron para que todos los argentinos podamos vivir un poco mejor", exclamó al principio de su discurso.

La jefa del Estado avanzó sobre el argumento. “Quiero convocar a todos a mejorar nuestras políticas agropecuarias para producir más y para que los argentinos sigan comiendo bien. Es imprescindible garantizar la mesa de los argentinos”.

Además, volvió a arremeter contra la dirigencia del campo y a reclamarle al sector que "libere las rutas". Además, acusó a los ruralistas de "interferir en la construcción democrática".

"Nadie los votó". Se remontó a los orígenes del conflicto con el agro. “Cuando vine aquí el 1° de abril creía que estaba ante la batalla por la redistribución del ingreso", comenzó. Enseguida, llegó el ataque más fuerte. "Pero luego, cuando comenzaron a pasar los días, veía que desde un sector de la sociedad, desde una corporación, cuatro personas a las que nadie votó, a las que nadie eligió, se reunían deliberaban y comunicaban al resto de los argentinos quién podía andar por las rutas del país y quién no, me di cuenta de que estaba en una situación muy diferente".

Y añadió: "Me di cuenta de que estaba ante otro cuestionamiento: ya no era retenciones sí o retenciones no. Ya no eran intereses. Se estaba socavando, se estaba interfiriendo en la construcción democrática".

Por otra parte, volvió a pedirle al sector que "se constituya como partido político". “No vinimos a agraviar ni a insultar. A los que crean que lo pueden hacer mejor que nosotros, los invitamos a que se constituyan como partido popular y en las próximas elecciones reclamen el voto del pueblo para ejecutar su modelo. Así se construye calidad institucional. Así se construye democracia”, arremetió tal como lo había hecho ayer.

Contra los cacerolazos. En otra parte de su duro mensaje, por momentos afectado por una evidente disfonía, cuestionó los cacerolazos que se multiplicaron el lunes pasado en todo el país. “Hay que aprender a procesar nuestras diferencias. Tal vez con tantos golpes de Estado creemos que todo se arregla con golpes, con cacerolas, con cortes. Pero eso empeora todo. Hay que construir más democracia y más Constitución". Fue entonces cuando reclamó que se levanten los bloqueos al tránsito. "En nombre de todos: liberen las rutas".

Sobre el final, y en tono algo más conciliador, la Presidenta renovó su convocatoria al acuerdo del Bicenterio y, por primera vez en este contexto, mecionó al campo.

“Sueño con vivir un Bicentenario diferente. Hace 100 años este país era el principal productor de carne y trigo, exportaba todo, sin embargo los argentinos se morían de hambre y los obreros eran apaleados y fusilados. Sueño con un Bicentenario diferente, con un campo que le agregue valor a los productos para dar más trabajo todavía", afirmó.

Representación. Finalizado el acto, el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, se alineó con el discurso presidencial. “Arrogarse la representación de todos los argentinos, no es lo correcto. No hay ningún derecho a jugar con eso”, acusó en evidente alusión al campo.

El mensaje presidencial comenzó poco después de las 16 y duró algo más de cuarenta minutos. Tras pedir por los altoparlantes que los manifestantes enrollaran sus banderas, una solicitud que Cristina Kirchner acompañó con gestos desde el escenario, y luego de guardar un minuto de silencio por el militante muerto esta mañana, comenzó el discurso, que fue transmitido por cadena nacional.

Miles de personas estuvieron en la plaza, entre seguidores, gobernadores, intendentes, dirigentes, piqueteros y sindicalistas.

Columnas. Desde temprano, columnas de manifestantes llegados desde distintos puntos del país comenzaron a ubicarse en torno al escenario. Abundaron las pancartas y carteles en apoyo a los Kirchner firmados por intendentes del conurbano.

Estuvieron además camioneros encabezados por Hugo Moyano, los militantes de la CTA, del gremio de estatales UPCN, de docentes, Ctera, con Hugo Yasky a la cabeza, la presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini y el ex piquetero Luis D´Elía.

En el palco, pegado al escenario, estuvieron la mayoría de los ministros del gabinete, el gobernador bonaerense Daniel Scioli, su par de Chaco, Jorge Capitanich, el sanjuanino José Luis Gioja y el diputado ultrakirchnerista Carlos Kunkel.

Ausentes con aviso. Claro que también hubo mandatarios, distanciados de la Casa Rosada, ausentes. Fue el caso de los mandatarios de Córdoba, Juan Schiaretti y de Chubut, Mario Das Neves.

Tampoco estuvieron el jefe del PJ de Entre Ríos Jorge Busti ni Eduardo Brizuela del Moral (Catamarca), que rompió con la Concertación durante el primer mes del conflicto entre el Gobierno y el campo, ni el socialista Hermes Binner (Santa Fe).

Nube de texto. Estas son las palabras del discurso de la Presidenta. Las de mayor tamaño son las que más utilizó.