Ensilaje de leguminosas: Con énfasis en alfalfa y soja
Romero L.A.
1.- Introducción
Para alcanzar una elevada y sostenible rentabilidad en los sistemas ganaderos
se debe asegurar el aporte de alimentos de alta calidad y bajo costo. Dentro de
la gama de alimentos disponibles, aquel que se obtiene de la conservación del
forraje por fermentación acidificante constituye una modalidad muy recomendable
desde el punto de vista de la respuesta animal.
Bajo condiciones climáticas adecuadas, la conservación del forraje mediante
la técnica de la henificación resulta relativamente sencillo. Sin embargo,
cuando estas son adversas y se presentan altas probabilidades de ocurrencia de
lluvias, el ensilado es la forma de conservación de forrajes mas conveniente. Es
importante destacar el avance que esta práctica de conservación ha tenido en la
Argentina siendo las especies mas utilizadas el maíz y los sorgos (graníferos,
forrajeros, etc). Pero en los últimos años ésta técnica está siendo difundida
hacia la conservación de cultivos de leguminosas como la alfalfa y mas
recientemente, la soja.
2.- El proceso de ensilado
La fermentación depende de las decisiones y prácticas de manejo implementadas antes y durante el proceso de ensilado. Los factores de manejo primarios que están bajo el control del productor son:
- el estado de madurez del cultivo al momento de cosecha,
- el tipo de fermentación que ocurre dentro del silo, y
- el tipo de estructura de almacenamiento utilizada y los métodos de cosecha
y suministro.
Teniendo en cuenta detalles como la velocidad de cosecha, el contenido de
humedad y el tamaño de picado así como también la compactación y la distribución
del silaje, se puede llegar a ejercer una gran influencia sobre el proceso de
fermentación y las pérdidas de almacenamiento. Las fermentaciones eficientes
garantizan un alimento más palatable y digestible, lo cual tiende a optimizar el
consumo de materia seca (MS) y por ende, la respuesta animal.
Los microorganismos aeróbicos crecen sobre el forraje durante los estados
tempranos de la fermentación. Las reacciones aeróbicas ocasionan un exceso de
calor en el silo requiriéndose por lo tanto un ensilado rápido y un tapado
adecuado para excluir lo más pronto posible el aire presente en éste. Al
desaparecer el aire del silo y establecerse las condiciones de anaerobiosis
(falta de oxígeno), se favorece el desarrollo de las bacterias anaeróbicas
benéficas. En primer lugar, las bacterias productoras de ácido acético
disminuyen el pH e incrementan la acidez del silaje. Al mismo tiempo, las
bacterias de ácido láctico se multiplican rápidamente y tienden a dominar la
fermentación. Estas productoras de lactato disminuyen aún más el pH (alrededor
de 4), siendo así inhibido el crecimiento microbiano y lográndose las
condiciones óptimas para la preservación del forraje. Estos procesos llevan de
una a tres semanas, dependiendo del cultivo que va a ser ensilado. En este
momento, el contenido de ácido láctico puede llegar a representar el 6% o más de
la MS del silo.
Un silaje de calidad se logrará cuando el ácido láctico predomine sobre el
resto de los ácidos formados debido a que es la fermentación más eficiente y la
que disminuye el pH del silo con mayor rapidez. Cuanto más rápido se complete la
fermentación, mayor cantidad de nutrientes se logrará retener en el silo.
3.- Especies para ensilar
Los carbohidratos no estructurales (o fácilmente fermentables) de la planta
constituyen el sustrato nutricional del cual depende primordialmente la acción
de la microflora fermentativa del forraje. En consecuencia, en la medida en que
el contenido de azúcares del forraje sea mayor, más rápido será el proceso de
ensilado.
Entre las plantas forrajeras, los cereales y las gramíneas, son las especies
que más se prestan para la confección de ensilajes debido a su alto contenido de
carbohidratos fácilmente fermentables y a su baja capacidad tampón, comparado
con las leguminosas que son pobres en azúcares y de alta capacidad tampón
(Cuadro 1).
Cuadro 1. Contenido de carbohidratos solubles y capacidad tampón de gramíneas, leguminosas y cultivos anuales

Una baja cantidad de carbohidratos solubles en la planta asociada a un bajo
contenido de materia seca (material muy húmedo), crean condiciones
extremadamente propensas al desarrollo de fermentaciones secundarias. Es por
ello que el maíz es la mejor planta para ensilar : alto contenido de
carbohidratos solubles, baja capacidad tampón y contenidos de materia seca
normalmente superiores al 30%.
La importancia de los carbohidratos solubles se ve también reflejada en el
contenido de nitrógeno amoniacal (N-NH3) de los ensilajes, el cual es un
indicador de la calidad de preservación del material. El nivel de N-NH3 se
relaciona inversamente con la concentración de carbohidratos solubles de la
planta original. Es decir, las leguminosas forrajeras y las gramíneas en estados
tempranos de desarrollo y con bajos tenores de azúcares y alto contenido de
proteína producen, al ensilarse, una cantidad de ácido insuficiente para evitar
el desarrollo de clostridios responsables de fermentaciones secundarias que
transforman el ácido láctico en butírico y degradan proteínas y aminoácidos
aumentando el nivel de N-NH3.
En las gramíneas, el nivel de carbohidratos solubles aumenta con el avance de
la madurez, hecho que no se observa en las leguminosas. Por el contrario, la
digestibilidad de las gramíneas decrece en forma importante a partir de la
aparición de la espiga (desde el 80% hasta alrededor del 50% en estados
avanzados de madurez). En consecuencia, el momento óptimo de corte de la especie
a ensilar se define a través de estos dos parámetros.
También deben considerarse las variaciones registradas en el transcurso del
día del contenido de azúcares de la planta como consecuencia de la actividad
fotosintética ocurrida durante las horas de luz y la relación entre ésta y la
respiración. El nivel de carbohidratos fermentables llega a su nivel más alto en
horas de la tarde.
Cabe acotar que, durante la fermentación del forraje se producen perdidas de
energía bajo la forma de calor debido a la conversión de los azúcares en ácidos
así como de las proteínas en compuestos más simples, al transformar una fracción
de ellas en compuestos nitrogenados no proteicos.
En consecuencia, el período entre la cosecha del forraje y la finalización
del proceso de fermentación anaeróbica o estabilización ácida de la masa
ensilada constituye un factor clave en la preservación del forraje como
ensilaje. Mientras menos extenso sea este período, menores serán las pérdidas de
respiración y fermentación, reduciéndose las pérdidas por putrefacción.
4.- Factores que afectan la conservación de los forrajes ensilados
Además de la influencia del contenido de carbohidratos fermentables y
proteínas, existen otros factores que inciden en forma importante sobre la
conservación y calidad de los ensilados.
a) Madurez y contenido de humedad del forraje
El contenido de MS del material ensilado es frecuentemente la principal
limitante de la preservación satisfactoria del forraje. Niveles muy altos de MS
dificultarán la compactación rápida de la masa ensilada, mientras que excesos de
agua serán un obstáculo para el proceso de fermentación y acidificación del
material, favorecerá la intervención de microorganismos poco deseables en la
fermentación, como las bacterias formadoras de butírico, Clostridium y otras.
Es primordial mantener una humedad adecuada para lograr la óptima
fermentación bacteriana y que, además, permita la fácil exclusión del oxígeno
del silo durante la confección.
Cuadro 2. Momento de cosecha y humedad recomendados para distintos cultivos

Fuente: The Pioneer Forage Manual (1990).
b) Tamaño de picado del forraje
El tamaño de las partículas del material cosechado es otro factor que afecta
el ensilado.
Un tamaño de picado muy grande dificultará la compactación, quedando de este
modo mayor cantidad de oxígeno atrapado en la masa del forraje, generando
finalmente, como resultado, un incremento en la temperatura y en el desperdicio.
Un picado más fino facilitará la disponibilidad de los carbohidratos
fermentables celulares del forraje para el medio fermentativo microbiano.
Adicionalmente, la compactación será también más efectiva cuando el forraje sea
finamente picado, en comparación con trozados más gruesos o forrajes ensilados
sin picar.
Cuando se trabaja con forrajes de bajo contenido de MS, el tamaño de picado
resulta ser de menor importancia.
La longitud del picado más conveniente es de alrededor de 6 a 12 mm,
dependiendo del cultivo, de la estructura de almacenamiento y de la proporción
de silo en la ración.
c) Llenado, compactado y sellado
El cultivo debe ser cosechado y almacenado en el silo lo más rápido posible.
Es necesario conseguir una pronta eliminación de aire de la masa ensilada para
limitar el proceso de respiración inicial y evitar fermentaciones aeróbicas
putrefactivas del forraje que derivan en pérdidas de material por
descomposición. Cuando el material es almacenado en silos bunker, el compactado
deber realizarse inmediatamente.
El tractor es el equipamiento mas adecuado para realizar el pisado debido a
que sus ruedas poseen mayor peso por unidad de superficie respecto a otros
rodados.
Para una adecuada preservación del ensilaje durante largos períodos, debe
aislarse del ambiente atmosférico.
El silo puede ser tapado con una cubierta que quede en estrecho contacto con
el material para prevenir la penetración de aire y lluvia dentro del silaje. Un
plástico de buena calidad, cubierto con neumáticos en desuso, provee en general
un adecuado sellado. Cuando el silaje se almacena en bolsas, los problemas de
llenado, compactado y sellado, prácticamente no tienen relevancia.
5.- Pérdidas del ensilado
Entre la cosecha del forraje y su utilización por el ganado ocurren pérdidas inevitables. Estas son variables dependiendo de diversos factores que pueden clasificarse en:
* Pérdidas de campo, correspondientes al forraje cortado y que queda en el potrero, a las que se suman otras inherentes al marchitamiento del forraje cuando se procede a reducir el contenido de humedad antes de ensilar.
* De respiración en el silo
* De putrefacción o descomposición aeróbica. Estas pérdidas también se clasifican como “pérdidas de oxidación”, por ocurrir únicamente con la participación del oxígeno.
* De fermentación
* De lixiviación, por pérdidas de materia seca en el liquido exudado del
silo.
a) Pérdidas de campo
Al cosechar mecánicamente la pastura, pequeñas partículas de forraje pueden
quedar en el suelo. Esto sumado al residuo en pié de las plantas cortadas es lo
que se denomina como “pérdidas de campo”.
Cuando se efectúa el preoreo del forraje intervienen tres tipos de pérdidas:
- mecánicas,
- bioquímicas : derivan de la respiración y de otros procesos enzimáticos en la planta después del corte, y son influenciados por el contenido de humedad del forraje y del tiempo que el material permanece cortado, y
- lavado o lixiviación : producidas por las lluvias que ocurren durante el
premarchitado. Esto provoca la pérdida de materia seca y de los nutrientes
solubles del pasto. La mayor o menor perdida esta relacionada con la humedad del
pasto al momento de la lluvia y de la intensidad de la misma.
b) Pérdidas de oxidación
Una vez ingresado el material al silo, la presencia de oxígeno resultará en pérdidas de oxidación por los siguientes conceptos:
- respiración por el oxígeno atrapado en la masa de forraje. Estas pérdidas pueden minimizarse si los ensilajes se confeccionan rápidamente y al mismo tiempo se compactan y sellan adecuadamente,
- descomposición de material por el ingreso del aire en las orillas y
superficie del silo así como en los sectores expuestos luego de la extracción.
Entre las pérdidas oxidativas, la descomposición del material por ingreso de
aire en los contornos del silo es, en la mayoría de los casos, la más
importante.
En el cuadro 3 se presentan datos de pérdidas en silos cubiertos y
descubiertos.
Cuadro 3. Efecto de la cubierta con polietileno sobre las pérdidas por estratos en silos horizontales de 2,10 m de altura.

c) Pérdidas fermentativas.
La magnitud de las pérdidas fermentativas es variable, dependiendo de los
nutrientes fermentados y los microorganismos involucrados en ello. Trabajos
experimentales han registrado pérdidas de materia seca total por fermentación,
que podrían fluctuar entre el 1 y el 10% siendo en la mayoría de los casos entre
el 3 y el 5%.
d) Pérdidas de lixiviación
Las pérdidas registradas por eliminación de liquido dependerán principalmente
del contenido de humedad del forraje ensilado influyendo además el grado de
compactación, el tipo de silo y el pretratamiento del forraje.
Existen fórmulas para calcular las pérdidas por lixiviación en función del
contenido de materia seca del forraje. Sobre la base de éstas se puede deducir
que pueden fluctuar entre el 0 y el 10%, cuando el contenido de materia seca del
forraje es respectivamente de mas del 33% o el 14%. No obstante existe
información que reporta pérdidas menores (alrededor del 3% para raigras perenne
con un contenido de materia seca de aproximadamente el 22%).
Cabe destacar que el líquido lixiviado arrastra nutrientes de alta calidad,
como son los carbohidratos y las proteínas solubles, los ácidos orgánicos y los
minerales, por lo que en términos nutricionales, las pérdidas de lixiviación
suelen ser muy importantes.
Las pérdidas por fermentación, respiración y lixiviación en forrajes húmedos
pueden reducirse a través del premarchitamiento. Sin embargo, es importante
considerar la cuantía de las pérdidas inherentes a este último proceso debido a
que, bajo condiciones climáticas desfavorables, podrían ser mayores que las
derivadas del lixiviado de agua del cultivo ensilado.
En el cuadro 4 se presentan datos de pérdidas en silos de raigras, con distintas alternativas de ensilado.
Cuadro 4. Pérdidas parciales y totales en raigras ensilado directamente o previo marchitamiento.

(4)Pérdidas por concepto de respiración, fermentación y gases.
Como resumen se puede indicar que las causas que contribuyen a producir pérdidas en los ensilajes son de diversa índole y la contribución de cada una en las pérdidas totales es variable, dependiendo de una serie de factores inherentes al forraje ensilado, a la flora microbiana, al clima y a la tecnología aplicada en la confección y utilización del ensilaje. Las pérdidas totales de materia seca también serán variables, fluctuando en valores mínimos (3 a 6%) para ensilajes preparados en condiciones óptimas hasta alcanzar un 70% o más cuando la mayor parte del forraje ensilado se hace inutilizable.
6.- Forraje conservado de alfalfa
La alfalfa es una especie forrajera que en determinados períodos del año puede brindar una gran cantidad de forraje por hectárea de buena calidad.
La henificación es la técnica de conservación de alfalfa más difundida en Argentina, pero cuando hay altas probabilidades de lluvia, la mejor forma de conservar la alfalfa es a través del ensilaje. Es por ello que, en los últimos años la técnica de la henificación está siendo complementada y en algunos casos, reemplazada por el ensilaje y, en menor medida, por el henolaje debido además a la mayor disponibilidad de maquinarias.
La decisión de elegir por una u otra técnica de conservación (o tipo de
reserva) depende de:
- Las condiciones meteorológicas: la confección del ensilaje es más rápida y
menos dependiente del clima (precipitaciones fundamentalmente).
- Pérdidas y valor nutritivo: bajo correctas técnicas de manejo, el silaje posee
menos pérdidas y mantiene una mayor calidad que el heno.
- Estrategias alimenticias
Los relevamientos realizados en campos de productores de la cuenca lechera santafesina, indican que se logra una mejor calidad del forraje conservado de alfalfa con la técnica del ensilaje o henolaje que con la henificación (cuadro 5).
Cuadro 5. Calidad del heno, henolaje y silaje picado embolsado de alfalfa confeccionados por productores durante 1998.

MS= materia seca, PB= proteína bruta, FDN= fibra detergente neutro, FDA= fibra detergente ácido, DIVMS= digestibilidad de la materia seca, EM= energía metabolizable,
Cabe aclarar que, de aplicar adecuadamente la técnica de la henificación se
podrían mejorar sensiblemente la calidad de este forraje.
Para obtener un ensilado de alfalfa de buena calidad se deben tener ciertos
recaudos ya que es una especie que posee una alta capacidad tampón, es decir,
una gran resistencia a disminuir el pH y con un bajo contenido en azúcares
fermentables.
En los últimos años el INTA Rafaela ha trabajado en varios de los aspectos
que conducen a mejorar la calidad nutritiva y fermentativa de los silajes de
alfalfa, presentándose a continuación los resultados más importantes en cuanto a
momento de corte, manejo de la andana, uso de conservantes y sistemas de
conservación.
a) Momento de corte
El momento de corte es el factor que más incide en la calidad nutritiva del
producto final (cuadro 6).
Cuadro 6. Calidad de silajes confeccionados a partir de una pastura de alfalfa en distintos estados fisiológicos.

Como se puede observar en el cuadro se produce un marcado descenso de la
calidad a medida que se atrasa la fecha de corte (digestibilidad y energía
metabolizable).
b) Mejoramiento de la conservación.
La aptitud de un forraje para ser ensilado depende de las características de
la planta recomendándose que la misma posea altos contenidos de azúcar, bajos de
proteína bruta y reducida capacidad buffer (resistencia a disminuir el pH).
Estas condiciones son comunes en el maíz pero no en la alfalfa, por lo que se
debe recurrir a ciertas prácticas de manejo para mejorar su conservación. Las
más utilizadas son el premarchitado, el agregado de algún ácido (fórmico o
propiónico), la inclusión de granos molidos e inoculantes y enzimas (cultivos de
bacterias lácticas + enzimas).
El premarchitado
La alfalfa es una especie que posee un alto contenido de agua cuando se la
corta al estado de botón floral o primeras flores, resultando de esta manera
inconveniente su corte directo para efectuar silajes porque pueden ocurrir malas
fermentaciones (se pudren). Además se está transportando agua y poca materia
seca del campo al lugar del almacenamiento elevando los costos de confección. El
premarchitado del material puede evitar estos inconvenientes. El contenido de
humedad al momento de la cosecha deberá estar entre el 45 y 65%, no siendo
aconsejables porcentajes menores porque se pueden producir pérdidas de hojas y
por lo tanto de calidad. En el cuadro 8 se presentan resultados de silajes
llevados a cabo con distintos contenidos de materia seca de la andana al momento
de la confección.
Cuadro 8. Características nutritivas de silajes realizados con distintos contenidos de humedad.

Se considera que cuando se supera el 55% de materia seca, se produce un
descenso importante de la digestibilidad y un aumento del contenido de fibra.
Otro factor a tener en cuenta es el manejo de la andana durante el
premarchitado. El uso del rastrillo, sobre todo los estelares, puede producir
perdidas de hojas e incorporación de material muerto y heces al silaje. Esto
puede provocar fermentaciones indeseables y contaminaciones butíricas. En el
cuadro 7 se presentan los resultados de las características nutritivas y
fermentativas de los ensilajes de alfalfa embolsados, confeccionados con
diferente manejo del forraje durante el secado.
Cuadro 7. Características nutritivas y fermentativas de ensilajes embolsados de alfalfa confeccionados con diferente manejo del forraje durante el secado.

Como se puede observar en el cuadro al usar el rastrillo para juntar las
andanas se produjo un descenso de la digestibilidad y de la energía
metabolizable, un aumento del contenido de fibra, y mayores valores de pH y
NH3/NT, lo que estaría indicando problemas en la fermentación.
Uso de aditivos
Existe en la bibliografía mucha información sobre el uso de mejoradores de la
conservación en silajes de pastura. En la EEA Rafaela del INTA se han efectuado
numerosos trabajos en los cuales se evaluaron el preoreo y el agregado de
aditivos a los silajes de alfalfa. En el cuadro 9 se observan algunos de los
resultados obtenidos.
Cuadro 9. Calidad nutritiva y fermentativa de silajes de alfalfa preoreada con distintos aditivos.

Los resultados indican que cuando se trabaja con un material premarchito el
agregado de un aditivo o inoculante no produce ningún efecto positivo sobre la
calidad nutritiva y fermentativa de los silajes.
En otros trabajos en los que se evaluaron distintos inoculantes solo se han
encontrado efectos positivos en los valores de pH y NH3/NT cuando se ensilaron
alfalfas picadas muy húmedas (80% de humedad y picado directo). Los resultados
obtenidos fueron los siguientes: pH= 5,3 y 4,7, y NH3/NT= 20,1 y 9,3, para los
silajes sin inocular e inoculados, respectivamente.
El agregado de grano de sorgo o maíz molido al momento del ensilado son una
fuente de hidratos de carbono que ayudaría a lograr una mejor conservación
actuando como alimento para las bacterias lácticas. Como consecuencia, se
aumenta el valor nutritivo del silaje de alfalfa a través de una disminución de
la fibra y un incremento de la digestibilidad de la materia seca. Puede existir
sin embargo, una pequeña disminución en el contenido de proteína bruta. Este
efecto positivo del grano adicionado al silaje de alfalfa se observó hasta el
agregado de un 4 % (40 kg de grano/tonelada de material ensilado).
En conclusión, la información general indica que el premarchitado es la
práctica más recomendable para mejorar la conservación de esta leguminosa como
silaje. Si bien los aditivos conducen a la obtención de silajes bien
conservados, su poca practicidad en la aplicación y los costos hacen que su uso
sea restringido. Solamente tendrían mayor utilidad en aquellas zonas que por
condiciones climáticas no es posible realizar un premarchitado.
c) Sistema de almacenamiento
Cuando se toma la decisión de conservar la alfalfa con la técnica del ensilado se pueden elegir dos métodos de almacenaje:
- bajo la forma de rollos húmedos empaquetados o embolsados y
- en silos comunes o embolsada.
En lo que respecta al almacenamiento del material como picado o entero (silopaq
o rollos embolsados), los trabajos efectuados confirman que si se tienen en
cuenta todas las medidas que conducen a una buena conservación no hay
diferencias de valor nutritivo entre estos dos tipos de almacenamientos. Sin
embargo, un silaje picado resulta más fácil de utilizar en sistemas alimenticios
que usan mixer (el rollo húmedo tiene problemas para ser desmenuzado) pudiendo
además controlarse mejor el consumo.
La principal desventaja del ensilaje es su mayor inversión en maquinarias
incrementándose en consecuencia el costo de la confección. Por lo tanto, se hace
necesario lograr silajes de alta calidad para obtener respuestas productivas que
cubran esos mayores costos.
7.- Ensilaje de soja
Uno de los principales problemas que se presentan en zonas donde por
limitantes de suelo y/o clima no se puede implantar la alfalfa, o ésta se ha
afectado a causa de los excesos de lluvias, es la falta de una especie de ciclo
primavera-estival que aporte volumen y calidad (proteína bruta) para ser
utilizada para conservar.
Por lo general en la época primavera-estival los cultivos que más se utilizan
son los sorgos, maíz y moha que si bien aportan volumen tienen un bajo contenido
de proteína bruta. Elemento que es escaso principalmente durante la época
otoño-invernal.
Una especie que puede brindar un alto aporte de proteína y con rendimientos
aceptables (mayores a 6.000 kgMS/ha) es la soja (Glycine max).
Sin embargo, se debe tener en cuenta que ésta leguminosa al poseer un alto
contenido de proteína y un bajo porcentaje de azucares, la convierte en un
cultivo con mayores dificultades para su conservación como silaje comparada a un
maíz o sorgo.
La conservación del forraje por fermentación acidificante constituye una
modalidad muy recomendable, particularmente donde las especies disponibles y/o
las condiciones climáticas impiden la adecuada confección de heno.
La composición nutricional ideal de un silaje de soja se indica en el cuadro
10.
Cuadro 10. Composición nutricional ideal de un silaje de soja.

La calidad nutritiva de los silajes esta en estrecha relación con el momento
de corte y con el contenido de humedad de la planta al momento del almacenado
del forraje picado. En este último caso el efecto se refleja sobre la calidad de
conservación del material en el silo.
a) Momento de corte
Para elegir el momento de corte de la soja se puede tomar como referencia la
evolución del desarrollo de la vaina y del grano. En la figura 1 se indica la
evolución de los estado reproductivos de la soja.
Figura 1. Evolución de los estado reproductivos de la planta de soja.

Normalmente los cortes se pueden efectuar entre los estados de R3 y R7 de
acuerdo a la calidad que se quiera obtener y con la necesidad de hacer o no un
premarchitado.
En el cuadro 11 se indica el efecto del estado de desarrollo del cultivo
sobre el rendimiento de materia verde, el porcentaje y la producción de materia
seca y la composición de la planta (porcentaje de tallo, hoja y vaina) para el
cultivar A 6445.
Cuadro 11. Rendimiento y composición de la planta de soja para silaje, cv A 6445 cosechada en dos estados.

Como se observa, el momento de cosecha afectó el rendimiento de materia verde
y el porcentaje de MS aunque con reducidas diferencias en la producción de
materia seca. También existió un efecto sobre la composición de la planta ya que
al retrasar el momento de corte se incrementó el contenido de vaina y disminuyó
la proporción de tallo.
b) Corte directo o preoreo
En el cuadro 12 se puede observar el efecto del premarchitado sobre la calidad fermentativa de ensilajes de soja en comparación con el corte directo.
Cuadro 12. Características fermentativas y nutritivas de soja ensilada en corte directo y con premarchitado (Grupo Producción de Forrajes de INTA Rafaela)
|
Tratamientos |
||
|
Item |
Corte directo |
Premarchitada |
|
MS % |
24 |
45 |
|
PB % |
8 |
17,5 |
|
FDN % |
47 |
49 |
|
FDA % |
38 |
31 |
|
DIVMS % |
60 |
65 |
|
N-NH3/NT % |
35,4 |
7,5 |
|
pH |
5,1 |
4,5 |
El silaje de soja en corte directo, como los de cualquier leguminosa, manifestó problemas en el proceso de conservación. Esto se vio reflejado en el alto contenido de N-NH3/NT y en el alto valor de pH, los cuales deberían estar con valores por debajo de 10 y 4 respectivamente. Como se puede observar en el cuadro, con el silaje confeccionado con un mayor porcentaje de MS (premarchitada) el proceso de conservación fue mejor y por ende, la calidad nutritiva del forraje fue superior.
c) Tratamiento del ensilaje y estado de corte
En otros trabajos efectuados en INTA Rafaela, se evaluó el efecto del momento de corte y del tratamiento del forraje (corte directo o preoreo) sobre la calidad nutritiva y fermentativa de silajes de soja. En el cuadro 13 se indican los efectos del corte directo y del preoreo y del momento de corte (R4 vs R7) sobre la calidad nutritiva y fermentativa de ensilajes de soja (cv A 6445).
Cuadro 13. Valores de calidad nutritiva y fermentativas de silaje de soja cv A 6445. Cosechada en dos estados con y sin premarchitado.

Como se puede observar el preoreo mejoró significativamente la conservación
en estado de R4 (valores de NH3/NT y pH muy cercanos a los óptimos). Por otra
parte, en estado R7 es posible hacer el corte directo evitando así el
premarchitado del forraje, lográndose una excelente conservación aunque
acompañada de una disminución de la calidad nutritiva del forraje almacenado
(menor % de PB y mayores valores de FDN y de FDA).
Una técnica a tener en cuenta y que ayudaría a mejorar la conservación
(especialmente en cortes tempranos) sería el uso de inoculantes biológicos, los
cuales actuarían produciendo un rápido descenso del pH y un menor contenido de
NH3/NT.
También la confección de silos mezclas compuesto por soja y gramíneas (como
el sorgo forrajero o granífero) ha sido evaluado como una alternativa para
mejorar la conservación de la soja. En efecto, las gramíneas estarían aportando
el azúcar necesario para obtener una buena fermentación, y al mismo tiempo la
soja aportaría proteína disminuyendo además el contenido de fibra. Esto se logra
sembrando en el mismo lote, sorgo y soja en líneas alternadas (una línea de
sorgo y una de soja o dos de soja y una de sorgo). Trabajos realizados en el
INTA Rafaela indican que la mejor proporción es de 60 % de soja y 40% de sorgo.
Hay que tener en cuenta que cuanto más líneas de sorgo sean reemplazadas por
soja se produce un menor rendimiento de forraje si bien se mejora la calidad
total.
El contenido de humedad del cultivo al corte puede tener distinta incidencia
según el sistema de almacenaje que se utilice (bolsa o convencional). En los
silos convencionales (puente, torta, búnker) la humedad del forraje puede drenar
mas fácilmente, y si se realiza un optimo manejo de la confección del silo
(compactado, tapado) el silaje puede ser de buena calidad. En cambio, el exceso
de humedad puede dificultar el embolsado y además provocar perdidas por una mala
fermentación a causa del agua que queda dentro de la bolsa y en el material.
d) Recomendaciones para lograr silos de soja de calidad
- Sembrar cultivares de ciclo largo (6, 7 u 8 según la zona), debido a que son los que brindan los mayores volúmenes de forraje.
- Cortar en los estados de R3 – R5. (mayor calidad)
- Realizar un premarchitado para favorecer y asegurar la conservación (R3 –
R5)
Otros alternativas que mejorarían la conservación son :
- Cortar en estados avanzados de desarrollo (R7, cambio de color hojas inferiores)
- Usar inoculantes biológicos.
- Mezclar con una gramínea (sorgo forrajero o granífero).
Como para cualquier especie a ensilar se debe lograr una excelente
conservación para garantizar una buena calidad del forraje y obtener consumos
elevados. Pero en el caso particular de la soja, los cuidados en la conservación
deben extremarse mas aún ya que de lo contrario el olor es muy desagradable y es
rechazado por los animales.
Lógicamente para obtener una respuesta animal deseable se deberán formular
dietas que completen los nutrientes deficitarios del silo de soja para de esa
forma cubrir adecuadamente los requerimientos
8.- Bibliografía
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