Intoxicación en rastrojos de Maíz
Diplodia maydis, causa de muerte de vaquillonas

Odriozola E.1; Odeón A. 1; Cantón G. 1; Correa Luna M. 2; Clemente G. 3; Escande A. 1 - 1. INTA Balcarce, Grupo de Sanidad Animal y Patología Vegetal; 2. INTA Venado Tuerto, 3. Actividad Privada

Introducción

En Argentina es común la utilización de los rastrojos de maíz como fuente de alimentación de bovinos, de esta manera se aprovecha la fibra procedente de la chala y la energía de los granos presentes en las espigas que no fueron levantadas por la cosechadora. Ha sido considerada una fuente alimenticia de bajo costo y de bajo riesgo desde el punto de vista sanitario.

En el presente trabajo se describe una mortandad de vaquillonas por consumo de maíz parasitado con un hongo llamado Diplodia maydis reconocido patógeno de este cereal, el que consumido por bovinos y ovinos produce una intoxicación llamada Diplodiosis.

La Diplodiosis es una neuromicotoxicosis, caracterizada por producir lesiones clasificadas como mielinopatía espongiforme. Es la principal intoxicación en Sudáfrica que afecta a los rumiantes domésticos en los meses invernales; es causada por la ingestión de maíz infectado por Diplodia maydis cuya presencia es común en este cereal.

Agente causal

Diplodia maydis (=Stenocarpella maydis) tiene amplia difusión en las zonas maiceras del mundo, afectando a los cultivos fundamentalmente en los años húmedos, junto con hongos del género Fusarium sp. causa la podredumbre de la espiga (“ear rot”) y del tallo (“stalk rot”). D. Maydis se desarrolla desde la base de la espiga hacia el extremo, siendo visible como un micelio blanco-gris-amarronado. Como el hongo infecta la chala y los granos éstos aparecen pegados por los micelios. Los granos aparecen con menos lustre, color gris opaco o ligeramente marrones. Pequeñas fructificaciones color negro, picnidios, desarrollan más tarde, tanto sobre los granos como en la chala.

Principio tóxico

Un metabolito tóxico llamado diplodiatoxina ha sido aislado, caracterizado y su toxicidad evaluada en ratas. La toxina fue aislada, purificada y producida in vitro.

Las pruebas de toxicidad fueron realizadas en ratas donde pudieron verificarse cambios enzimáticos que indicarían hepatotoxicidad.

Signos clínicos

Los signos clínicos aparecen entre los 2 y 5 días del consumo de la toxina, y se caracterizan por ataxia, negación al desplazamiento, búsqueda de mayor base de sustentación abriendo los miembros, caminar con los miembros rígidos y con pasos cortos, fallando en forma repetida. Estos signos son seguidos por paresia y parálisis, permaneciendo caídos hasta una semana hasta la muerte.

Se cita que el consumo de la toxina produce abortos en bovinos y ovinos.

Hallazgos de necropsia

No se describen hallazgos macroscópicos significativos en los animales intoxicados por Diplodia maydis.

Hallazgos histopatológicos

El examen con el microscopio óptico no revela lesiones en animales afectados en forma aguda, pero se observa una espongiosis laminar en el estrato subcortical del cerebro y cerebelo de ovejas que han estado paralizadas durante largo tiempo y en novillos con disturbios locomotores permanentes.

Tratamiento

No existe tratamiento para esta afección, sólo la observación temprana de la signología clínica permite retirar los animales del potrero problema, con remisión de los mismos.

Descripción del caso

A fines de abril de 2003 el Grupo de Campo del Servicio de Diagnóstico Veterinario Especializado (SDVE) del INTA Balcarce concurrió a un establecimiento ubicado en cercanías de la ciudad de Venado Tuerto (sur de Santa Fe). Dicho establecimiento consta de 4000 has, de las cuales el 90% se dedican a la agricultura.

El rodeo problema estaba constituido por 500 vaquillonas que se encontraban en un rastrojo de maíz, al que habían ingresado 13 días antes.

Comienza con la aparición de una vaquillona con incoordinación en miembros posteriores, caminaba con marcha rígida y posterior caída, al día siguiente las afectadas eran 5 y a los 15 días, los animales caídos eran 27.

Ante la sospecha de tratarse de un trastorno metabólico, durante los primeros dos días, los animales fueron tratados con magnesio inyectable, con aparente recuperación de algunos animales. Otras vaquillonas permanecieron caídas, fueron tratadas con cardiotónicos y hepatoprotectores sin respuesta clínica satisfactoria.

Los signos observados fueron temblores musculares, incoordinación, dismetría y paresia de tren posterior, la que progresaba a parálisis de los cuatro miembros y muerte.

Las vaquillonas afectadas fueron 27, (morbilidad = 5.4%) y murieron 10 (de letalidad = 37%).

La mayoría de los animales con signos iniciales, que fueron retirados del potrero evolucionaron favorablemente.

La necropsia efectuada en un animal agónico no presentó ningún hallazgo significativo.

El estudio histopatológico por el contrario permitió la observación de lesiones degenerativas de las vainas de mielina en la sustancia blanca encefálica, principalmente en cerebelo, diagnosticándose “mielomalacia cereblar moderada, difusa”.

Discusión

Esta es la primera descripción de un caso de intoxicación en bovinos por consumo de rastrojos de maíz parasitado por Diplodia maydis en Argentina

Existen antecedentes de Diplodiosis en Sudáfrica donde además de los casos naturales se había efectuado la reproducción experimental de esta micotoxicosis con hongos aislados a partir de granos de maíz de distintos orígenes incluida la Argentina.

Los signos clínicos observados en el caso descripto son totalmente coincidentes con los publicados por otros autores no obstante el tiempo de aparición de los signos varía, desde 2-5 días, 7-10 días, hasta 13 días como en nuestro caso.

Los hallazgos de necropsia descriptos en otras publicaciones son poco precisos y sin demasiada consistencia, se menciona la presencia de pigmento amarillo en médula renal, el cual no estuvo presente en nuestro caso ni en el descrito por Kellerman en 1994.

Los hallazgos histopatológicos excepcionalmente están presentes en los animales adultos, no obstante la bibliografía menciona lesiones similares a las encontradas por nosotros en animales cuyo cuadro clínico se alarga, fundamentalmente en ovinos y en bovinos intoxicados experimentalmente.

La lesión es caracterizada como degeneración espongiforme de la sustancia blanca, también referida como estratus espongioso o edema intramielinico. Estos cambios son atribuidos a la presencia de vacuolas dentro de las vainas de mielina, las cuales desarrollan grandes áreas císticas aumentando los espacios extracelulares, con edema extracelular, y en menor medida aumento de volumen de los astrocitos.

Cuando los animales presentan lesiones muy prominentes las mismas abarcan cerebro y cerebelo, por otra parte en los casos con lesiones medianas, estas se circunscriben al cerebelo, esta ultima situación es compatible con los hallazgos histopatológicos del caso aquí descripto.

Con el cambio de potrero no hubo presentación de nuevos casos y los animales afectados en su mayoría tuvieron mejoría; esto podría explicarse por el grado de degeneración espongiforme alcanzado en la mielina, la que de acuerdo a su etiología puede ser reversible o terminar en desmielinización.

La bibliografía menciona la presencia de abortos o nacimiento de terneros y corderos débiles, este hecho no fue constatado en nuestro caso, probablemente por el estado de gestación reciente que presentaba el lote expuesto.

En ensayos efectuados en ovejas se observó la presentación de un gran número de abortos, hasta un 87% de los animales expuestos pierde su cría. Especialmente cuando los animales son expuestos a la toxina en el último tercio de la gestación. El cerebro y cerebelo de los fetos muestra las mismas lesiones de espongiosis.

Los abortos o muertes perinatales se presentan tanto en animales con síntomas como en aquellos que no muestran signos de intoxicación.

Teniendo presente la gravedad del cuadro observado y la gran difusión de la práctica de pastorear los rastrojos de maíz en Argentina surge la pregunta, por qué no existe mayor número de casos de mortandad y abortos? Probablemente deban darse condiciones climáticas de extrema humedad para que la presencia de Diplodia alcance niveles de toxicidad; por otro lado, como la tecnología implementada en nuestro país en la cosecha de maíz es altamente eficiente hace que las posibilidades que los animales alcancen a consumir espigas de maíz sean reducidas.

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