El manejo del amamantamiento y su efecto sobre la
eficiencia productiva y reproductiva en rodeos bovinos de cría.
Resultados en el NEA
Stahringer, Rodolfo C.
Introducción
En el presente trabajo se presentarán algunas alternativas para reducir el
efecto del amamantamiento sobre el anestro posparto en vacas para carne y
mejorar los índices de preñez en rodeos de cría mediante su implementación.
Existe una amplia bibliografía sobre este tema (Williams, 1990), pero aquí
citaremos sólo algunos ejemplos para luego centrarnos sobre algunas de los
sistemas que estamos usando en la región del Noreste Argentino (NEA).
Destete precoz
Laster y col. (1973) destetaron precozmente los terneros 8 días antes del
inicio de la temporada de servicio con edades que variaban entre 34 y 76 días.
El destete incrementó la tasa de concepción en 26 % en vaquillonas de primera
parición. Otros también lograron reducir la duración del anestro posparto en
vacas pluríparas (Bellows et al., 1974; Houghton et al., 1990). Aún cuando fue
implementado en condiciones climáticas rigurosas, el destete precoz mejoró
significativamente la eficiencia reproductiva (Ray et al 1973).
En nuestro país, se realizó destete precoz a terneros al comienzo del último
mes del servicio (Bretón et al., 1991). Las vacas destetadas lograron un 56% de
preñez contra sólo un 17% en aquellas que permanecieron con la cría al pie. En
otra experiencia utilizando vacas primíparas, se logró incrementar el índice de
preñez de 49% en el lote testigo a 69% en las hembras destetadas precozmente (Schiersman
et al., 1991).
El inconveniente de este sistema es el manejo del ternero destetado
precozmente, que requiere una suplementación lo que significa un incremento de
costo para alimento balanceado y mano de obra. Asimismo, puede haber una
reducción de la ganancia de peso del ternero, no alcanzando pesos comparables a
los terneros que permanecieron al pie de la madre hasta la edad del destete
tradicional (Arias et al., 1999)
Amamantamiento una vez por día
Otro sistema utilizado para reducir la duración del anestro posparto es el
amamantamiento una vez por día por un período de 30 a 60 minutos. Randel (1981),
restringiendo el período de amamantamiento a 30 ó 60 minutos por día
(amamantamiento restringido) observó una disminución del intervalo parto-celo de
168 a 69 días en vaquillonas de primera parición con ternero al pie. Reeves y
Gaskins (1981) han descripto reducciones de la duración del anestro posparto de
20 días Sin embargo, observaron un incremento de la incidencia de celos cortos
en los animales sometidos al amamantamiento una vez por día. Si bien Reeves y
Gaskins observaron un efecto negativo sobre la ganancia de peso del ternero
cuando se efectuaba un amamantamiento diario, Randel (1981) no encontró un
efecto de este amamantamiento restringido sobre la ganancia de peso del ternero.
Trabajos posteriores (Browning et al., 1994) mostraron que existe una menor
ganancia de peso del ternero en la primer semana del amamantamiento una vez por
día, pero las mismas son similares a partir de la segunda semana del tratamiento
y que los pesos al destete son similares entre terneros que amamantaron una vez
por día y los que lo hicieron ad libitum.
Destete temporario Resultados
El destete temporario es otro sistema mediante el cual se ha intentado
mejorar los índices reproductivos posparto. Los resultados obtenidos con este
sistema han sido variables. Así por ejemplo, algunos autores encontraron que
mientras un grupo de vacas posparto sometido a un destete temporario de 48 horas
de duración presentaba un 44% de hembras preñadas 21 días después del
tratamiento, el grupo testigo sólo alcanzó un 17% de preñez (Smith et al.,
1979). Otros observaron que, si bien el destete temporario por 48 horas no
incrementaba los porcentajes de preñez al final de la temporada de servicio,
lograba incrementar el número de vacas en celo a los 21 días posteriores al
tratamiento (Tervit et al., 1982). Sin embargo otros investigadores no lograron
demostrar incrementos en los porcentajes de preñez utilizando este sistema (Makarechian
y Arthur, 1990; Pace y Sullivan, 1980). Diversos experimentos utilizando destete
temporario han sido realizados en la EEA INTA Balcarce (Alberio et al.,
1984abc). En estos trabajos se logró mejorar los índices de preñez con la
utilización de un destete temporario de 72 horas. Sin embargo, los resultados
del destete temporario estaban afectados por diversos factores, como el
intervalo parto-tratamiento, la condición corporal o categoría (prímiparas vs
pluríparas).
Enlatado
Otro método para acortar el anestro posparto es la restricción del
amamantamiento mediante la aplicación de placas nasales por un período variable,
también conocido como "enlatado". A continuación, presentaremos en forma
detallada información a cerca de este método de manejo del amamantamiento y su
impacto sobre distintos parámetros productivos de la vaca y el ternero
Trabajos llevados a cabo en Zimbabwe, mostraron que el enlatado de terneros
por un período de 8 días redujo el intervalo posparto en vacas con alto nivel
nutricional (Holness y Hopley, 1978) y el intervalo entre partos (Holness et
al., 1980). Experiencias realizadas en Corrientes, con un período de enlatado de
21 días mostraron incrementos en los índices de preñez, especialmente en
establecimientos con índices reproductivos bajos (AACREA, 1991).
En la Estación Experimental Agropecuaria INTA Colonia Benítez se realizaron
trabajos para evaluar sistemas de manejo para disminuir el efecto negativo del
amamantamiento del ternero sobre los índices reproductivos de la vaca de cría.
Se estudió especialmente con la práctica denominada popularmente como
"enlatado". Esta consiste en una restricción temporaria del amamantamiento
mediante la colocación en los ollares del ternero de una máscara plástica o
metálica (lata) por períodos variables, que van desde los 7 hasta los 21 días. A
través de estos trabajos se buscó evaluar los efectos del enlatado sobre algunos
parámetros reproductivos de la vaca de cría, como así también sobre parámetros
productivos del ternero.
Los trabajos se llevaron a cabo con grupos de 40 a 50 vacas cruza cebú
primíparas (1 período) y pluríparas (2 períodos). El enlatado se realizaba a
partir de los 60 días de edad del ternero y una vez iniciada la temporada de
servicio. Esto es muy importante, ya que a partir de esa edad, el ternero
alcanza una maduración suficiente de sus preestómagos que le permite procesar
alimentos groseros. En nuestros trabajos hemos realizado el enlatado con
terneros de edades que oscilaron entre los 60 y 95 días, sin que se observaran
problemas en los terneros sometidos al tratamiento. El porcentaje de terneros
aguachados fue muy bajo (menor al 2 %) en todos los casos. Se observó la
ocurrencia de diarrea amarillenta en algunos
terneros (alrededor del 10%) inmediatamente después del retiro de la lata por
un período de 2 a 3 días, la cual remite sin necesidad de tratamiento.
El enlatado tiene un efecto negativo sobre la ganancia de peso durante el
período de tratamiento, el cual puede prolongarse durante un período
inmediatamente posterior al mismo (Cuadros 1 y 2). Cuando se desglosa la
ganancia diaria por semana de tratamiento se puede observar que los tres grupos
de enlatado tuvieron niveles similares de pérdida de peso durante la primera
semana de tratamiento. Durante la segunda semana del tratamiento, los terneros
ganaron peso, pero a un ritmo menor a aquellos que eran amamantados. En la
tercer semana el grupo enlatado 21 días mantuvo niveles de ganancia diaria de
peso similares a los de la segunda semana e inferiores a los del grupo
amamantado. La pérdida de peso totalizaba entre 5 y 10 kg durante el período
total de enlatado. Durante la primera semana de enlatado se producen las menores
ganancias de peso por el mayor estrés del ternero, adaptándose éste
paulatinamente a la situación a medida que transcurre el tiempo de enlatado. La
pérdida de peso se puede extender por un período de alrededor de 2 semanas luego
de retirada la lata. Este hecho puede relacionarse a trastornos digestivos
(diarrea) al reiniciar la dieta láctea y/o a una menor producción láctea. Esta
menor ganancia de peso durante el período de enlatado se observó tanto en vacas
primíparas, como en pluríparas (Stahringer et al., 1995).
Cuadro 1. Ganancia diaria de peso en terneros durante el
periodo de tratamiento (por semana y total del período) y 2 semanas
post-tratamiento (en kg, vacas pluríparas, Año 1994).
Medias con letras diferentes dentro de una misma columna difieren P < 0,05
Cuadro 2. Ganancia diaria de peso en terneros durante el
período de tratamiento (total y por semana) y a los 15 y 30 días de su
finalización (en kg, vacas primíparas, Año 1995)
Medias con letras diferentes dentro de una misma columna difieren (a,b:
P<0,001 y c,d: P<0,05)
La pérdida de peso ocurrida durante el periodo de enlatado e inmediatamente
después de él, no es compensada hasta el destete (Cuadro 4). Los terneros
enlatados por períodos de 14 y 21 días fueron aproximadamente un 13 % más
livianos al destete. Este menor peso al destete también ha sido registrado por
Sampedro y col. del INTA Mercedes (Corrientes). Estos investigadores consideran
que se produce una pérdida de peso al destete de 5 kg por cada semana de
duración del enlatado (Sampedro et al., 1993).
Cuadro 3. Promedio de peso ajustado a los 205 días de edad
(en kg) de los terneros de vacas pluríparas (1994) y vacas primíparas (1995).
Medias con letras diferentes dentro de una misma columna difieren c,d:
P<0,02 y e,f: P<0,002
En los trabajos realizados en nuestra estación experimental, el impacto del
enlatado sobre la reproducción fue variable (Cuadro 4). En el mismo, se puede
observar que ninguno de los períodos de enlatado incrementó la preñez en el año
1993, pero si lo hicieron los períodos de 14 ó 21 días de enlatado en los años
1994 y 1995. Es conveniente aclarar que existieron importantes diferencias en la
condición corporal de las vacas al inicio de la temporada de servicio en estos
años. La condición de las vacas en el año 1993 fue de 2,5±0,1 (1=emaciada y
9=obesa), mientras que la misma en 1994 fue de 4,0±0,2 y en 1995 de 3,2±0,1.
Esta información nos indica que la condición corporal de la vaca debería ser de
3 ó mayor para que el enlatado pueda tener un impacto positivo sobre el
porcentaje de preñez en áreas con pastizales similares a los de nuestra zona.
Los porcentajes de preñez observados en el grupo testigo en vacas pluríparas
(entre 60 y 70%) y en vacas primíparas (alrededor de 37%) reflejan los que se
obtienen normalmente en los establecimientos ganaderos de la región NEA con
manejo tradicional para dichas categorías de hembra.
Cuadro 4. Porcentaje de preñez en vacas primíparas
(Año1995) y pluríparas (Años 1993 y 1994) cuyos terneros fueron sometidos a
distintos períodos de enlatado (condición corporal promedio al inicio del
servicio).
Año 1993: P>0,6; Año 1994: P<0,2; Año 1995: P<0,05
Experiencias realizadas por el EEA INTA Mercedes con enlatado de terneros
también demostraron un impacto positivo de esta medida de manejo sobre los
porcentajes de preñez (Cuadro 5; AACREA, 1991; Sampedro et al., 1993). Todos
estos trabajos y otra información de campo nos han llevado a concluir que la
duración más adecuada para el enlatado del ternero es de 14 días, ya que con
ella se logra un adecuado incremento en los porcentajes de preñez con menores
pérdidas de peso al destete que las observadas con el enlatado por 21 días
Cuadro 5. Porcentaje de preñez en vacas pluríparas cuyos
terneros fueron sometidos a distintos períodos de enlatado
Es interesante comentar que la respuesta al enlatado es variable y parecería estar relacionada con la condición corporal de la vaca al momento del servicio. En el Cuadro 4, se observa que cuando la condición corporal promedio es menor que 3, no se obtuvo un incremento en el porcentaje de preñez al realizar el enlatado por 14 ó 21 días. Sin embargo, en años posteriores con condiciones corporales promedio por encima de 3, el enlatado por esos mismos períodos incrementó el porcentaje de preñez. Trabajos realizados en Corrientes por Vogel y colaboradores (1996; citado por Arias et al., 1999) muestran resultados algo diferentes (Cuadro 6).
La respuesta positiva al enlatado, en este trabajo realizado en Curuzú Cuatiá,
en vacas con condición corporal menor a la que es necesaria en el Chaco, como se
observa comparando los Cuadros 4 y 6, podría estar relacionada con la mejor
calidad del pastizal en la zona centro-sur de Corrientes. Esta región cuenta con
pastizales que permiten ganancias de peso anuales alrededor de un 50 % mayores
que las que se obtienen en los pastizales del este chaqueño, donde se realizó la
experiencia presentada en el Cuadro 4
A fin de medir el impacto de la ausencia de amamantamiento durante el período
de enlatado del ternero sobre la producción láctea post-tratamiento, se
realizaron ordeños luego de un período de retiro del ternero de 6 horas. Durante
los años 1993 y 1994, se realizó el ordeño manual de los cuartos izquierdos y se
evaluó el efecto de los tratamientos comparando las diferencias entre la
producción láctea pre- y post-tratamiento de cada vaca. La producción láctea a
los 60 días posparto de los cuartos izquierdos fue 1,08±0,37 kg (1993) y
1,44±0,11 kg (1994).
Cuadro 7. Diferencia entre la producción láctea pre- y una,
tres y cinco semanas post-tratamiento (en kg)
Medias con letras diferentes dentro de una misma columna difieren P<0,05
El período de restricción del amamantamiento durante el enlatado afecta
negativamente la producción láctea post-tratamiento con reducciones de hasta un
50 % de la producción pre-tratamiento una semana después de reiniciado el
amamantamiento. Esta menor producción láctea sería la causa de la menor ganancia
de peso del ternero observada durante las 2 semanas subsiguientes al enlatado.
Asimismo la información recogida muestra que la glándula mamaria tiende
normalizar su producción a medida que transcurre el período post-tratamiento.
Cuando se comparó la producción láctea al destete, la misma fue similar entre
tratamientos (Testigo = 1,15±0,1 kg vs. Enlatado 14 días = 1,02±0,1 kg; 1995).
Asimismo se estudió el efecto del enlatado del ternero sobre la sanidad de la
glándula mamaria (Stahringer et al., 1997) mediante recuentos de células
somáticas totales (CCST) en los cuartos mamarios de vacas durante el período pre-
y post-tratamiento. La celularidad de la leche determinada por CCST no fue
afectada significativamente por el enlatado (Cuadro 8) en ninguno de los tres
períodos de muestreo. Asimismo, se realizaron pruebas bacteriológicas en los
cuartos mamarios con CCST superiores a 1 x106 células por ml y no se observaron
diferencias en el número de aislamientos bacteriológicos positivos entre
tratamientos.
Cuadro 8. Valores de cuenta de células somáticas totales (CCST)
en leche de vacas con ternero al pie (Testigo) o enlatado por 14 días al inicio
del tratamiento y en la 1er y 3er semana post-tratamiento
Durante una de las experiencias de enlatado llevadas a cabo en la EEA Colonia
Benítez, se evaluó el comportamiento de los terneros durante el período de
enlatado (Cuadro 9). Es interesante observar que durante la primera semana hubo
un mayor número de intentos de amamantamiento de los terneros enlatados,
especialmente en el día inmediatamente después de la colocación de la lata
(martes 1ra semana). El 31% de los terneros fue observado mamando en 2 ó más de
los períodos de observación. Durante la observación del viernes de la tercera
semana de enlatado se comprobó que el 33 % de los terneros mamó por un período
de 10 minutos o más. Esto indicaría que con el transcurso del tiempo de
enlatado, algunos terneros adquieren la habilidad de manejar la lata y alcanzar
el pezón. La frecuente interacción entre la vaca y el ternero durante la primera
semana de enlatado, posiblemente sea la causa por la cual el período de enlatado
deba prolongarse por 14 días para lograr un efecto positivo sobre el porcentaje
de preñez. Trabajos llevados a cabo en el laboratorio del Dr. G.L. Williams han
demostrado la importancia que tiene la percepción de la vaca de ser amamantada
por el ternero propio para el mantenimiento del anestro posparto (Williams y
Griffith, 1997). Los frecuentes intentos de amamantamiento colocan al ternero en
la posición paralela reversa o perpendicular, lo cual produciría el mismo efecto
que un amamantamiento real. Esta situación se revierte durante la segunda semana
con la disminución de los intentos de amamantamiento, lo cual simularía una
situación semejante a la del destete real.
Cuadro 9. Tiempo (en minutos) y número de intentos y de
amamantamiento efectivo durante el período de enlatado (período de observación
de 07:00 a 13:00 horas)
Otra alternativa de manejo del amamantamiento que tiene amplia difusión en la
región NEA, y que ya hemos mencionado inicialmente, es el destete precoz. En
este sistema se realiza un destete del ternero a partir de los 60 días de edad
del mismo. Para garantizar un adecuado crecimiento del ternero destetado
precozmente, éste es alimentado en corrales por un período inicial de 10 días a
fin de iniciarlo en el consumo de suplemento y luego se continúa la
suplementación sobre pasturas por períodos variables (Galli et al., 1995; Monje,
1993; Monje et al., 1996).
Mediante el destete precoz se ha logrado incrementar el porcentaje de preñez
en un 19% en el rodeo experimental de la EEA INTA Corrientes (Arias et al.,
1999), según se presenta en el Cuadro 10. Por otro lado, Sampedro y
colaboradores (1998) lograron en el sur de la provincia de Corrientes
incrementos de los porcentajes de preñez del 23%.
Cuadro 10. Datos del rodeo de cría de la EEA INTA
Corrientes con 2 manejos distintos
El destete precoz utilizado en forma masiva sobre el total del rodeo presenta
como ventajas el incremento del porcentaje de preñez, un aumento de la carga
debido a que el destete precoz disminuye los requerimientos de las hembras y por
lo tanto se incrementa la producción de terneros por unidad de superficie. Por
otro lado, con este sistema tenemos la desventaja de tener terneros más
livianos, mayor necesidad de instalaciones y mano de obra para el manejo de los
terneros destetados precozmente y mayor costos de insumos (suplemento).
Información recopilada por Sampedro y colaboradores (1998) mostró que los
porcentajes de preñez en un rodeo de cría sin manejo del amamantamiento, estaban
altamente correlacionados con la condición corporal preservicio (Figura 1). Por
lo tanto, cuando se realizan prácticas masivas de manejo del amamantamiento, ya
sea enlatado o destete precoz , seguramente se aplicarán los tratamientos a
vacas (condición corporal 4 ó mayor) que aún sin ellos tendrían una alta
probabilidad de resultar preñadas. Por otro lado, cuando se aplica el enlatado
en forma masiva, se efectúa la práctica a vacas que no tienen una buena
respuesta reproductiva por su baja condición corporal, por lo que no se logra un
incremento en el porcentaje de preñez y además se destetan terneros más
livianos, tal como lo muestran los datos presentados anteriormente.
Figura 1. Porcentajes de vacas por condición corporal y
porcentajes de preñez en cada condición corporal en el rodeo de cría de la EEA
INTA Mercedes (reproducido de Sampedro et al., 1998)
Asimismo se ha determinado que mediante la palpación de los ovarios a través
de un tacto transrectal al inicio o durante la temporada de servicios, es
posible clasificar las vacas que han reiniciado la actividad cíclica y aquellas
que continúan en anestro. Esta evaluación se realiza a partir de los 60 días
posparto. La efectividad de este tipo de diagnóstico fue evaluada en
colaboración con técnicos de la EEA INTA Mercedes y docentes del Instituto de
Teriogenología de la Fac. de C. Veterinarias de la UNLP comparando la palpación
de ovarios por vía transrectal con una ecografía ovárica por la misma vía. Este
trabajo mostró que en alrededor del 96% de los casos existía coincidencia entre
los diagnósticos realizados por ambas metodologías (datos propios, no
publicados).
En el Cuadro 11, se pueden ver como ejemplo, los datos colectados por
nosotros en un establecimiento ganadero del Este del Chaco. Se puede observar
claramente que hay un mayor porcentaje de vacas en anestro en los grupos con
menor condición corporal y que estos porcentajes variaron según la fecha de
tacto y el año del tacto. Sin embargo, aún en los grupos con condición corporal
2 se determinó que entre un tercio y la mitad ,según la fecha del tacto de
anestro, (Año 1999) o cerca del 20% (Año 2002) había reiniciado su actividad
cíclica.
Cuadro 11. Porcentaje de vacas por condición corporal
(1=emaciada y 9=obesa) y porcentaje de vacas en anestro dentro de cada condición
corporal en distintas fechas y años de tacto en un rodeo de cría (vacas cruza
cebú pluríparas entre 60 y 105 días posparto).
Este tipo de información sugirió la posibilidad de realizar una clasificación
de los vientres a partir de los 60 días posparto, tomando en cuenta
simultáneamente la condición corporal y la evaluación de tamaño y estructuras
ováricas por tacto transrectal (tacto de anestro). Las hembras fueron
clasificadas en tres grupos. En el primer grupo, las vacas permanecieron con
cría al pie e incluyó aquellas hembras, que presentaron cuerpo lúteo, sin tomar
en cuenta la condición corporal. Los vientres con tamaño ovárico reducido y/o
sin estructuras ováricas palpables se clasificaron como en anestro. Estas vacas
se dividieron en dos grupos: aquellas con condición corporal igual o mayor de 3
fueron sometidas a un destete temporario del ternero por medio de una placa
nasal por 14 días (enlatado) y a las vacas que tenían una condición corporal
menor que 3 se les efectuó un destete precoz del ternero.
Esta metodología viene siendo aplicada con éxito en la región NEA, siendo la
provincia de Corrientes donde ha tenido una mayor difusión. El método ha dado
buenos resultados en establecimientos ganaderos medianos y grandes. En el cuadro
12, se presenta como ejemplo los resultados en dos campos, uno grande en
Corrientes (alrededor de 4.500 vientres) y otro mediano en Chaco (800 vientres).
En ambos casos, los resultados presentados corresponden a rodeos de alrededor de
300 vacas con 2 ó más pariciones. El establecimiento correntino tiene una
temporada de servicio de septiembre a diciembre y la clasificación de los
vientres se realizó en octubre con un período posparto de alrededor de 70 a 90
días. El establecimiento chaqueño tiene una temporada de servicio de octubre a
enero y los vientres fueron clasificados en dos grupos (noviembre y enero) con
un período posparto en ambos casos de alrededor de 60 a 105 días.
Cuadro 12. Porcentajes de preñez en dos establecimientos
ganaderos con asignación de tratamientos según palpación ovárica por tacto
rectal y condición corporal
La información presentada muestra sólo a modo de ejemplo los resultados de
dos trabajos llevados adelante con esta metodología. Sin embargo, tal como
mencionáramos previamente, la misma viene realizándose con éxito en
establecimientos ganaderos de la región NEA. Como muestra de utilización masiva
de este sistema podemos presentar el caso de una empresa ganadera de la región
con varios campos en la misma, quien con este tipo de asignación para el manejo
del amamantamiento obtuvo, como promedio de tres años (1994 a 1996) sobre
alrededor de 2.500 vientres por año, porcentajes de preñez para los vientres
sometidos a destete precoz del 94,4%, para los con ternero enlatado 86,5% y para
los que permanecieron con cría al pie 85,2% (B. Beckwith, comunicación
personal).
Si bien este tipo de trabajo tiene su costo por el movimiento de hacienda y
el trabajo del profesional veterinario (costo por vaca tactada entre 1 kg de
vaca consumo a 1 kg de novillo o sea $ 140 a $ 200 por 100 vacas), permite
reducir el número de terneros sometidos a destete precoz o enlatado. Si tomamos
como ejemplo los datos presentados en el Cuadro 11, podemos decir que en
promedio alrededor de un tercio de las vacas se encontraban en condición
corporal 2 y su vez un tercio de ellas había reiniciado la ciclicidad. Por lo
tanto, no requerían el destete precoz de sus terneros para incrementar su
porcentaje de preñez. Esto significaría 11 terneros menos para destetar
precozmente por cada 100 vacas con un costo de suplemento de $ 50 por ternero.
Además estos terneros pesan alrededor de 20 kg menos a marzo (fecha del destete
tradicional). Por otro lado, también se disminuiría el número de vacas en
condición corporal 3 que deben enlatarse. En nuestro ejemplo, este grupo de
vacas representaba, en promedio, un 45% del rodeo con una media de 60% de
vientres ciclantes, y por lo tanto 27 terneros menos a enlatar por cada 100
vacas. De acuerdo a los datos presentados anteriormente, cada ternero enlatado
se desteta por lo menos 10 kg más liviano. Por lo tanto, la reducción del número
de terneros sometidos a manejo del amamantamiento evitaría como mínimo una
pérdida de 490 kg de ternero por cada 100 vacas, o expresado de otra forma, un
incremento de 3 puntos en el porcentaje de destete. Además significa un ahorro
de $ 550 en suplemento por cada 100 vacas.
La información presentada muestra que el manejo del amamantamiento puede ser
una herramienta útil para mejorar los índices de preñez en los rodeos de cría.
También se describe que este tipo de manejo incide negativamente en la ganancia
de peso del ternero. Por ello, sistemas de evaluación como la condición corporal
y el tacto de anestro, que permiten identificar los vientres problema pueden ser
una valiosa ayuda. Existen sin duda otras alternativas para mejorar los índices
reproductivos posparto en la vaca de cría, como por ejemplo el manejo de la
alimentación preparto o el uso de los progestágenos posparto. Pero sin duda, los
datos que pusimos a consideración en este trabajo indican que el manejo del
amamantamiento y su utilización en conjunto con sistemas de evaluación de la
vaca posparto, como la condición corporal y el tacto de anestro representan una
técnica de manejo que posibilita incrementar la eficiencia reproductiva del
rodeo de cría a bajo costo.
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