Tecnología
Soja de segunda, una opción que suma
Fernando Andrade - Pablo Calviño
En algunos establecimientos agrícolas del sudeste bonaerense se trabaja cerca de un techo de rentabilidad que podría elevarse con la inclusión de soja de segunda detrás de trigo. Es necesario generar información sobre las variables que controlan el crecimiento y el rendimiento de este cultivo.
El rendimiento de los cultivos se expresa comúnmente en producción por unidad de superficie. En aquellos ambientes en los que se pueden incluir más de un cultivo en un período anual sería muy útil, desde el punto de vista de la rentabilidad y eficiencia en el uso de los recursos, expresar la producción o el ingreso económico por unidad de área y de tiempo. Es de esperar que el rendimiento de soja de primera se asocie principalmente con las condiciones ambientales, en particular la disponibilidad hídrica durante el período de llenado de granos. Contrariamente, el rendimiento del cultivo de soja de segunda, dependería de una mayor cantidad de factores.
La posibilidad de realizar un cultivo de soja de segunda después de trigo está principalmente limitada por el contenido de agua en el momento de la siembra de la soja, por el balance de agua durante todo el ciclo del cultivo, por las bajas temperaturas durante el llenado de granos y por el acortamiento en el período de llenado por influencia fotoperiódica. Además, la etapa de crecimiento reproductivo ocurre en condiciones de menor temperatura y radiación que en el cutivo de primera. A estas restricciones generales se suman condicionantes locales, que en el SE bonaerense incluyen:
- Una alta proporción de suelos con limitantes en profundidad (tosca o roca) que disminuyen la capacidad de almacenaje de agua
- El corto período libre de heladas posterior a la cosecha de trigo.
El rendimiento en grano se reduce ante atrasos en la fecha
de siembra del cultivo de soja de segunda
El rendimiento en grano se reduce ante atrasos en la fecha de siembra del cultivo de soja de segunda (ver gráfico). Las mermas pueden atribuirse a una disminución del crecimiento vegetativo causado por una prematura floración, una menor duración de las etapas vegetativa y reproductiva y a la caída de la tasa de crecimiento durante las etapas reproductivas. Variaciones en el número de granos por unidad de superficie explican la mayor parte de las modificaciones de rendimiento en sojas tardías. A su vez, la duración del período entre R1 y R5 explicaría más de la mitad de la variación en el número de granos.
Por el menor período vegetativo en los cultivos de siembras tardías difícilmente se logra alta cobertura con distancias entre hileras de 0,7 m o mayores. En esos casos, las caídas de rendimiento por atrasos en la fecha de siembra pueden ser atenuadas reduciendo la distancia entre hileras y aumentando el número de plantas por unidad de superficie. Algunas prácticas de manejo, por ejemplo, vinculadas al diseño espacial del cultivo, pueden contribuir al aumento de la producción de la soja de segunda.
Múltiples Responsables
La producción del cultivo de soja de segunda es entonces afectada por una gran cantidad de variables ambientales y de manejo. Por lo tanto, un modelo empírico sencillo que estime el rendimiento de un cultivo ante distintas condiciones climáticas sería útil para:
- Predecir rindes en distintos ambientes.
- Determinar los avances tecnológicos en el tiempo independientemente de la variación climática.
- Evaluar progreso genético.
- Realizar cálculos probabilísticos de producción y análisis de riesgo.
- Cuantificar la importancia de las transferencias de tecnologías.
El CROPGRO es un modelo complejo de simulación, orientador de procesos sobre el crecimiento y desarrollo del cultivo de soja. Simula diariamente valores de índice de área foliar, densidad y largo de raíces, contenido de agua en el suelo, transpiración, evapotranspiración real y potencial, componentes de rendimiento y estrés de agua. A pesar de su complejidad, puede resultar muy útil para interpretar y predecir el comportamiento del cultivo de soja de primera. Alternativamente, podría trabajarse con modelos empíricos, más sencillos, que sólo incluyan las variables de mayor peso en la determinación del rendimiento.
Fecha de Siembra
Se detectaron interacciones entre la fecha de siembra y otras fuentes de variación que ayudaron a entender los procesos que actúan sobre la determinación del rendimiento. Promediando todas las fuentes de variación, los atrasos en la fecha de siembra produjeron reducciones pequeñas en el rendimiento hasta mediados de diciembre y grandes en las fechas más tardías. Si bien el número de semillas explicó el 86% de la variación del rendimiento, se encontró que el peso de los granos en las fechas de mediados de diciembre fue mayor que el registrado en siembras de enero. El rendimiento también se asoció significativamente con este parámetro. La reducción de la biomasa del cultivo, el índice de cosecha, el número de semillas y el peso de los granos pudo ser atribuida a tres factores:
- Corta estación de crecimiento
- Baja tasa de crecimiento asociada a acortamiento de los días y a la reducción de temperatura.
- Una importante reducción en la duración de la etapa de llenado de granos,
especialmente de R3 a R7.
Esta reducción explicó el 77% de la variación del rendimiento, el 56% de la variación en el número de granos y el 62% de la variación en el peso de los granos.
A pesar de trabajar con espaciamientos entre hileras muy reducidos (menores a 0,38 m) respecto de los utilizados en la mayor parte de la bibliografía, achicar distancias entre hileras resultó una práctica que aumentó el rendimiento y el número de granos, especialmente en secano, por mayor interceptación de radiación. Esto sustenta la hipótesis que señala que las caídas en rendimiento por atrasos en la fecha de siembra pueden ser parcialmente compensadas mejorando la intercepción de radiación.
De hecho, son muy pocos los trabajos donde se ha informado que acercar hileras por debajo de 0,38 m de distancia produzca aumentos de rendimiento, y ninguno hasta el momento en soja de segunda. Esto se debe posiblemente a que las investigaciones en cultivos sembrados después de trigo corresponden a ambientes más calurosos, de mayor período libre de heladas, con variedades de grupos de madurez más largos y de porte mayor.
Cerrar el Círculo
En síntesis, la bibliografía disponible indica que el componente principal del rendimiento en soja de primera y de segunda es el número de granos por unidad de superficie. En zonas frías para el cultivo de soja el componente peso de granos también sufriría por reducción de la duración y de la tasa de llenado de granos. Estos hallazgos apoyan la hipótesis que señala que en soja de segunda en ambientes fríos los componentes de rendimiento que explican la mayor parte de las variaciones del rendimiento son el número de granos por unidad de superficie y el peso de los granos. Una vez determinados cuáles fueron los componentes del rendimiento que explicaron las variaciones de producción de granos y tras haber encontrado una variable de tanta influencia sobre él, como lo fue la fecha de siembra, se procedió a desarrollar los modelos empíricos del rendimiento del cultivo de soja de segunda en este tipo de ambientes.
Después de demostrar que los modelos empíricos predijeron aceptablemente los rendimientos, se decidió utilizar el más simple, que incluyó variables fáciles de obtener en el campo e incluso de series largas de tiempo, para poder de esta forma obtener funciones de probabilidad de ocurrencia de determinados rendimientos. En este sentido, en otros trabajos realizamos modelos sencillos que explicaron la mayor parte de la variación del rendimiento en soja y trigo a través de las lluvias en sus períodos más críticos para la definición del rendimiento. En estos casos, los resultados se obtuvieron porque:
- Los cultivos llegan a dichos períodos con reducidas deficiencias hídricas.
- En el lote del productor, el agua en el período más crítico es el elemento
de mayor influencia sobre el rendimiento.
En los modelos desarrollados, la fecha de siembra fue la variable de mayor efecto sobre el rendimiento. Su impacto sobre la producción de granos fue muy marcado. Las bajas temperaturas en el llenado de granos de las siembras tardías disminuyeron la eficiencia de conversión y la posibilidad de fijar vainas y llenar los granos. La reducción en el largo de los días juntamente con la del período de llenado de granos mermó la radiación interceptada.
Otras variables que estuvieron asociadas con el rendimiento fueron:
- Profundidad de suelo, por su relación con la capacidad de almacenamiento de agua.
- Agua útil para el cultivo, expresada como agua a la emergencia del
cultivo, como lluvias entre emergencia y R1 y entre R1 y R5.
En este trabajo con soja como segundo cultivo, el agua en etapas tempranas se relacionó con el rendimiento. Esto está íntimamente vinculado con el muy reducido contenido de agua al inicio del cultivo, por la gran extracción del cultivo antecesor;
- la respuesta a distancia entre hileras fue significativa, a pesar de trabajar en todos nuestros ensayos con distancias menores o iguales a 0,57 m;
- la densidad, cuyo incremento produjo aumentos de producción.
Los resultados experimentales que indican que el rendimiento se relacionó con el agua disponible sólo hasta el comienzo del llenado de granos contradicen la hipótesis que plantea que el rinde de soja de segunda en ambientes fríos depende del agua disponible, tanto en etapas vegetativas como en cuaje y llenado de granos.
Desde el punto de vista agronómico, se cuantificaron los efectos sobre el rendimiento de determinadas variables, que hasta ahora eran cualitativos, y se señaló la probabilidad de obtener determinada producción de granos de un cultivo nuevo para la zona donde se generó.
El costo del atraso
Variables como fecha de siembra y profundidad de suelo permitieron estimar que en siembras tempranas para la zona (25 diciembre) es esperable en 9 de cada 10 años rendimientos mayores a 2.000 kg ha-1. Atrasos en la siembra de 15 días, implicarían 840 kg ha-1 de reducción de rendimiento. Esta diferencia, que en promedio es de 56 kg ha-1 por día de atraso en la siembra, es lo suficientemente elocuente como para utilizar variedades de trigo de madurez más rápida o aplicar herbicidas no selectivos para adelantar la cosecha del cereal. Por el contrario, la gran inestabilidad de producción sobre suelos someros brinda una rica información a los técnicos y productores. A partir de esta información surge que el segundo cultivo se debe hacer prioritariamente en los suelos más profundos.


