El lunes pasado regresó la misión que viajó a China para avanzar en las negociaciones del protocolo sanitario para semen, embriones y ganado en pie.
La comitiva estuvo compuesta, entre otros, por Matías Fernández Madero como autoridad sanitaria, e Ignacio Berengúa, coordinador del Foro Argentino de Genética Bovina.

Consultado por Infobae, Berengúa indicó que el viaje fue sumamente exitoso ya que pudieron cumplir los objetivos propuestos. En ese sentido, la misión logró contactarse con las autoridades del AQSIQ, organismo equivalente al Senasa en China, y realizar el primer contacto oficial para la homologación de un protocolo sanitario con el país asiático tras la obtención del esperado cuestionario. Dicho listado de preguntas, en manos del Senasa, será respondido luego de Semana Santa y devuelto con la información complementaria que sea requerida.

Berengúa remarcó que la Argentina tiene a su favor ser uno de los cuatro países oficialmente libre de BSE. Como contrapartida, el mayor impedimento es el tema de la fiebre aftosa. Pero, según el coordinador del foro, el tema es totalmente argumentable, ya que dentro de un mes se declarará a la Argentina como país libre de aftosa con vacunación y se insistirá en que estamos resguardados para mantener ese status sanitario. Para la genética, la aftosa no representa un gran impedimento, ya que el producto se ofrece chequeado de aislamiento viral en semen, lo que brinda mayor seguridad.

El plan de los miembros del Foro Argentino de Genética Bovina es entrar en el mercado chino con genética y capacitación. En tal sentido, la idea de recibir adiestramiento sobre el uso correcto para preñar animales y zootecnia, que permita una buena elección de vacas para el mejoramiento de la raza fue muy bien recibida por los interlocutores chinos.

Otro objetivo cumplido fue el de detectar referentes productores en China que fueron invitados y vendrán al país en mayo para realizar visitas a campo y conocer centros de inseminación artificial.

Producción en China

El tercer objetivo era conocer la realidad productiva en China. En ese país la reproducción se hace puramente a través de la inseminación artificial. A diferencia de la Argentina, se calcula un promedio de tres o cuatro vacas por familia, no hay toros y es el gobierno quien provee de semen para la inseminación. La comitiva visitó un centro de inseminación artificial del gobierno que contaba con cien toros en colecta de semen con una producción anual de dos millones de dosis. Según Berengúa, China está muy bien técnicamente pero no conocen el uso de toros probados que permitan saber que es lo que transmiten y es allí donde se centrará la línea de trabajo.

Finalmente se detectó la necesidad de leche en todas sus formas. La existencia de vacas lecheras en China es muy baja, lo que abre la posibilidad de introducir ganado en pie. Asimismo, necesitan mejorar la genética para producir más cantidad de leche como también importar leche y productos lácteos.

Carmela Obligado