El mercado internacional siguió este lunes en baja.

Marzo bajó USD 3,31 y mayo, USD 3,30

La baja no golpeó al mercado local.

El registro oficial SIO-Granos, donde se reflejan negocios puntuales concertados con destino al Gran Rosario, marcó en torno a $ 500.000.

Vamos a ver qué está pasando.

En este período los precios de la soja están determinados por:

A.    La demanda china, un elemento central en la formación del precio en Chicago.

B.    La producción estimada en Brasil y Argentina, los principales productores de América del sur, y la competitividad que detenta cada país.

¿Qué pasa con China?

Chicago sigue bajo tensión. 

Los declamados compromisos respecto a exportaciones de soja estadounidense a China siguen sin cumplirse. O, al menos, llevan un gran retraso.

Desde el lunes de la semana pasada, el USDA no ha confirmado nuevas operaciones con China.

La cuestión no es menor porque en rigor continúa sin presentarse un acuerdo concreto de importaciones de soja estadounidense, por parte del país asiático.

Así las cosas, el mercado va tomando conciencia de que la cuota anunciada por el gobierno de EE.UU. no se cumplirá. Nadie cree seriamente que se llegue a los 12 millones de toneladas comprometidas. 

Para colmo, el período que resta coincide con la nueva oferta brasileña que promete ser muy buena.

Obviamente, ello presiona a la baja los precios del poroto.

Lo más grave es que el problema no se reduce a China únicamente.

El atraso de las exportaciones de soja alcanza a un 33,16% interanual con los datos oficiales el 11 de diciembre es general. No sólo con China.

Brasil y Argentina

Ambos países presentan un favorable panorama productivo.

Pero entre Brasil y Argentina hay una gran diferencia. Tal diferencia contribuye a la baja de los precios de la soja, porque Brasil es un gigante en términos de oferta para el mundo.

El tipo de cambio es fuertemente favorable para las exportaciones brasileñas.

Las dudas crecientes sobre la estabilidad fiscal y las cuentas públicas de Brasil empujan a los inversores a buscar seguridad. Es el llamado “flight to the quality”.

Además, la inflación y las tasas de interés, que tratan de frenar a la misma, generan expectativas de una moneda más débil.

Por ello, el real sigue su camino de depreciación y así la competitividad de la soja se incrementa en desmedro del precio internacional.

Si observamos el recorrido del dólar, vemos que desde mediados de noviembre no ha parado de subir. 

Evolución del dólar en términos del real brasileño desde noviembre a la fecha.

Lo dicho se visualiza en el comportamiento del precio que sigue un camino similar al del dólar en Brasil.

Futuros de la soja EE.UU. 

 

Son días difíciles. 

Por fortuna, hasta la fecha, el clima viene acompañando en nuestro país.