El Instituto Nacional de Carnes (INAC) presentó los números preliminares del cierre del año 2025, un ejercicio marcado por el crecimiento del volumen exportado, la recuperación del precio promedio de la tonelada de carne vacuna y una facturación extraordinaria para toda la cadena cárnica. En diálogo con Valor Agregado, el gerente de Información de INAC, Ing. Agr. Jorge Acosta, destacó que el país culmina el año “con un cierre muy positivo para el complejo cárnico”.
Exportaciones en alza y precio firme
Acosta confirmó que Uruguay finalizará 2025 con ingresos superiores a US$ 3.300 millones por exportaciones de carne y productos cárnicos, a lo que se suman unos US$ 400 millones por exportación de ganado en pie, que alcanzará cerca de 400.000 cabezas, la cifra más alta en divisas para este rubro. A ese monto se agrega alrededor de US$ 1.000 millones del mercado interno, lo que lleva la facturación total del sector a unos US$ 4.700 millones.
En cuanto al desempeño externo, Uruguay colocará aproximadamente 540.000 toneladas de carne vacuna, con un precio promedio cercano a los US$ 5.000 por tonelada, un incremento del 19% respecto al año pasado. China volvió a liderar en volumen con un 36%, seguida muy de cerca por Estados Unidos, que concentró un 33% y capturó la mayor parte del ingreso promedio por mayor valor.
Faena en niveles históricamente altos
La actividad industrial también mostró un fuerte dinamismo. Según Acosta, la faena cerrará en torno a 2.400.000 bovinos, un 6% más que en 2024, alcanzando uno de los niveles más altos de la serie histórica. “Es un nivel de extracción muy alto, en torno al 25%, que incluye la exportación en pie”, explicó.
Dentro de la faena, destacó el crecimiento de la categoría vaquillonas y la relevancia del engorde intensivo: más de 430.000 animales provendrán de corrales habilitados, un récord en participación; el corral ya explica entre 17% y 18% de la faena total, y cerca del 28% de los novillos.
Para Acosta, el sistema intensivo es hoy “una pieza clave” para sostener niveles altos de extracción y acelerar la salida de animales, incluso en contextos de menor disponibilidad de pasto. “El corral encontró competitividad en Uruguay y ya no depende exclusivamente de cuotas como la 481”, señaló.
Estructura exportadora más equilibrada
Uruguay continúa reduciendo su dependencia de China. La recomposición del mercado estadounidense, los cambios arancelarios y la volatilidad global obligaron a reordenar destinos. “A pesar de la incertidumbre, hubo una demanda basal fuerte que permitió navegar esta tormenta”, indicó Acosta.
También destacó el aumento en el peso de las carcasas —el novillo promedia hoy 530 kilos en pie— y una mayor orientación de la carne nacional a la exportación, factores que empujan el volumen colocado en el exterior.
Mirada hacia 2026: expectativas favorables
Consultado sobre el próximo año, Acosta se mostró moderadamente optimista. Señaló que la posible ratificación del acuerdo Mercosur–Unión Europea, las oportunidades del Tratado Transpacífico y la persistente demanda asiática configuran un escenario de precios firmes.
“Hay un horizonte interesante en el mediano plazo. No sé si vamos a ver los mismos picos, pero no parece que los precios vayan a caer mucho. Las condiciones están dadas para un buen 2026”, afirmó.
Ovino con señales más débiles
En contraste, el rubro ovino enfrenta un cierre más complejo, con caída del stock y precios menos favorables. Sin embargo, el eje del negocio sigue siendo la carne vacuna, que en 2025 volvió a traccionar con fuerza la actividad del sector.


