Cada cerveza tiene una historia que empieza en la tierra. En los campos donde crece la cebada nacieron las combinaciones que dan identidad y calidad a cada cerveza de CCU —desde Heineken hasta Imperial—, y allí también se definió buena parte de la calidad y del compromiso de la compañía por la sustentabilidad ambiental y social de su cadena de valor..


Conscientes de ese desafío, CCU y Boortmalt trabajaron junto a productores locales de Rosario y Bahía Blanca, que adoptaron distintas variedades de cebada y prácticas agrícolas sostenibles para obtener la calidad que cada cerveza requiere. Este trabajo colaborativo se plasmó en el Día de Campo, que se desarrolló el 13 de noviembre en la planta de Punta Alvear (Rosario) —la más grande de Boortmalt en la región—, donde se recorrieron y observaron 21 parcelas con diferentes momentos de siembra, tratamientos y tipos de cebada, que permitieron estudiar el rendimiento y definir las combinaciones que dieron origen a la malta utilizada por CCU.

 


La cebada certificada bajo el estándar FSA 3.0 (Farm Sustainability Assessment), promovido por SAI Platform, cumplió con criterios ambientales, sociales y de gestión agrícola que garantizaron que la materia prima proviniera de campos responsables y equipos de trabajo cuidados.


En la actualidad, el 38% de la malta utilizada por CCU cuenta con esta certificación, y la compañía proyecta alcanzar el 50% de materias primas certificadas hacia 2030.

“El cuidado de nuestro planeta empieza por entender el impacto de cada etapa de nuestra cadena de valor. Con este trabajo junto a Boortmalt y los productores locales, dimos un paso concreto dentro de nuestras metas 2030: producir responsablemente, asegurar un abastecimiento certificado y seguir elaborando cervezas de calidad con un origen sustentable”, señaló Juan Pablo Barrale, Gerente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de CCU Argentina.

Por su parte, Agustín Zaffora, Quality & Innovation manager de Boortmalt, destacó: “En Boortmalt consideramos que la calidad de la cerveza se define en el campo. Por eso, junto a CCU, trabajamos bajo un fuerte compromiso en materia de sostenibilidad.  La certificación de cebada sustentable y la adopción de prácticas responsables nos permiten garantizar una materia prima de menor impacto ambiental y alineada a los estándares que ambos promovemos. Este trabajo conjunto refuerza nuestro compromiso por desarrollar una cadena de valor más sólida, trazable y orientada al futuro.” 

CALIDAD QUE SE REFLEJA EN LA CERVEZA

Todo ese trabajo en el campo tiene su reflejo en la calidad de las cervezas que CCU produce en el país. La trazabilidad y la selección de la cebada fueron fundamentales para asegurar la consistencia en el perfil de sabor y las características distintivas de cada marca.

La cervecería que CCU tiene en Luján fue reconocida por Heineken Global entre las cinco mejores cervecerías del mundo —de un total de más de 80— en el premio que distingue la calidad en la elaboración de cerveza Heineken.


Este logro refleja el resultado del trabajo conjunto entre Boortmalt, los productores y CCU en la búsqueda constante de una materia prima sustentable, trazada y de excelencia, que permite alcanzar estándares internacionales de calidad.


Con plantas en Rosario y Bahía Blanca, Boortmalt abastece la producción local que se utiliza en las cervezas de CCU en Salta, Santa Fe y Luján. Este trabajo conjunto fortaleció una cadena de valor nacional, sustentable y competitiva, y preparó a la industria cervecera para los desafíos climáticos y regulatorios del futuro.