LA GRUESA MUY CONDICIONADA

El mes de noviembre ha iniciado con eventos perjudiciales para zonas donde la capacidad receptiva de lluvias es nula. El frente que comenzó a moverse por el sudoeste de la región pampeana hacia la noche del lunes, se fue potenciando en tormentas importantes sobre el centro oeste bonaerense, lo cual en áreas reducidas provoco condiciones de tiempo severo, con fuertes daños en sectores urbanos, sobre todo en el partido de Bolívar. El máximo pluvial de este evento estuvo en la localidad de Daireaux, donde se superaron los ciento diez milímetros, una marca que ya es representativa de toda la lluvia mensual. Dejando de lado este dato puntual, lluvias de cuarenta o cincuenta milímetros, ya resultaban perjudiciales para la zona. Paradójicamente, este es el volumen de lluvia necesario para comenzar a compensar el retroceso de las reservas en la provincia de LP, algo que se concretó solo en forma parcializada.

Como podemos ver en el mapa, el máximo pluvial se modera al desplegarse hacia el resto de la provincia de BA e ingresar a la zona núcleo, donde los totales acumulados pueden considerarse beneficiosos, lo cual no quita que temporariamente se vean excesos hídricos en la zona central del norte bonaerense o sectores del sur de SF. 

Así las cosas, la zona sur de la cuenca del Salado bonaerense y el centro oeste de la provincia de BA, tienen por delante un panorama muy difícil de resolver, lo cual condiciona fuertemente el desarrollo de la gruesa en la zona. El requerimiento para resolver los excesos hídricos impone que el mes de noviembre se transite con lluvias muy deficitarias y aun así vasta zona quedaría comprometida. Definitivamente hay un área no menor de la provincia de BA, que quedará impedida de avanzar con las siembras. La complicación para la ganadería no es menor,  sobre todo por las dificultades para mover la hacienda en caminos rurales intransitables. 

Del jueves para el viernes las lluvias regresarán, pero en esta ocasión, los máximos pluviales se moverán a zonas del litoral o el centro oeste del país, quitando presión sobre la pampa deprimida. El salteo de la zona por el próximo evento pluvial no resuelve el problema de fondo, que es la lenta dinámica que tiene el agua que se desplaza en la superficie.

Poniendo foco en las áreas sin este tipo de complicaciones, en gran parte de las zonas que van a la siembra en el mes de noviembre, la disponibilidad de humedad se presenta entre adecuada y óptima. Hay zonas más restringidas como el centro de LP, oeste de CB y algunos sectores del NEA, pero las correcciones son aun posibles para avanzar con las siembras dentro de una ventana de tiempo razonable, que puede adaptarse durante el mes de noviembre.

En la plaza comienza  a imponerse el indicador La Niña como una proyección que dejaría precipitaciones deficitarias para el próximo trimestre. Esto por ahora no es para nada evidente. El evento oceánico se está desarrollando, pero su incidencia sobre la atmósfera aun no puede detectarse, sobre todo en el norte de la Mesopotamia, Paraguay y el NEA, donde las lluvias son normales. El inicio de esta campaña para la zona núcleo es en general favorable y con una ventaja con que no se contaba a esta altura del año pasado: la escalada de la napa freática. Siempre la amenaza de La Niña genera mucho respeto, pero entendemos que hay elementos que permitirán gestionar razonablemente los eventuales pulsos secos que puedan llegar en la segunda parte de diciembre o el comienzo de enero.