La volatilidad e incertidumbre, que ha caracterizado por décadas a las variables de la economía de Argentina han hecho casi imposible establecer un marco de certezas para la toma de decisiones en las empresas.
Las variaciones en el tipo de cambio, la alta volatilidad en los mercados de commodities, la imprevisibilidad del clima, la rentabilidad acotada de la empresa agropecuaria y los impuestos distorsivos, entre otros, determinan que sea más la casualidad que la propia gestión la que permita resultados positivos considerables.
Ante este confuso escenario, el uso de instrumentos derivados como las Opciones Call y Put, se convierten en una herramienta estratégica para mitigar riesgos, proteger márgenes y mejorar la planificación.
Las Opciones son contratos financieros que otorgan el derecho —pero no la obligación— de comprar o vender un activo subyacente en una fecha futura a un precio determinado.
Hay básicamente dos tipos de opciones, Calls y Puts.
Veamos como podemos definirlos para empezar a entenderlos
A) Call: derecho (NO obligación) a comprar el activo subyacente a un precio pactado. Si el precio de mercado es menor al precio pactado (strike), no ejerzo la opción y en ese caso solamente se pagará la prima.
B) Put: derecho (NO obligación) a vender el activo subyacente a un precio pactado. Si el precio de mercado es mayor al precio pactado (strike), no ejerzo la opción y en ese caso solamente pagará la prima.
En el sector agropecuario, los activos subyacentes suelen ser granos y hacienda y, se operan en mercados institucionalizados como por ejemplo Matba-Rofex.
Este tipo de herramientas pueden ayudar a reducir incertidumbre y mitigar riesgos financieros.
En efecto, las empresas agropecuarias están expuestas a múltiples factores que impactan en sus ingresos y costos:
Variaciones en los precios internacionales de granos y carne.
Modificaciones constantes en el tipo de cambio oficial.
Condiciones climáticas extremas que afectan la oferta y demanda.
Políticas de retenciones.
Y el objetivo principal de una opción de cobertura es asegurar un precio mínimo o máximo, reduciendo así el impacto de movimientos desfavorables en el mercado.
Por supuesto que este mecanismo de transferencia del riesgo no es gratuito: el costo de una opción es la prima, que se paga al momento de contratar y este valor dependerá de:
La volatilidad del activo subyacente.
El plazo de la opción.
La diferencia entre el precio actual y el precio pactado (strike).
Las condiciones del mercado (tasa de interés, liquidez, expectativas).
Aunque implica un gasto inicial, la cobertura puede evitar pérdidas mucho mayores, y debe evaluarse como parte de la estrategia financiera.
En el plano impositivo y contable es importante considerar como son interpretadas este tipo de operaciones, a la mirada del Organismo recaudador: ¿son consideradas de cobertura o de especulación? Esto es importante ya que el tratamiento impositivo es muy diferente.
En Argentina, si la operación tiene como finalidad proteger riesgos propios de la actividad agropecuaria, se considera cobertura legítima y no especulación. Por lo cual es imprescindible tener presente lo siguiente:
Debe documentarse la relación entre el derivado y el activo cubierto.
Los contratos deben encontrarse registrados en la contabilidad.
Los resultados positivos o negativos que surjan de las ventas y compras de estos activos subyacentes deben constituir el negocio principal de la empresa agropecuaria.
Por lo tanto, el uso de este tipo de contratos derivados (Call y Put) tienden a lograr los siguientes beneficios:
Estabilidad en ingresos: Evita sorpresas al momento de vender la producción.
Protección en compras: Permite fijar costos.
Mayor anticipación: Facilita la toma de decisiones en inversión y financiamiento.
Son optativos: No obliga a ejecutar la opción si el mercado resulta favorable.
Riesgo acotado: El riesgo se limita al valor de la prima.
Las opciones Calls y Puts representan una solución concreta y flexible para enfrentar los vaivenes financieros que afectan al sector agropecuario. Lejos de ser instrumentos especulativos, permiten proteger la rentabilidad y mejorar la gestión empresarial.
En una economía tan incierta como la Argentina, no cubrirse es también una decisión, lamentablemente muchas veces la más riesgosa.
Por CPN Alejandro Larroudé
Socio y director de Impuestos de BL&Cia – Barrero Larroudé
Fuente: BL&Cia – Barrero Larroudé


