La Jura de Clasificación de la raza Holando Argentino será el viernes 25 a las 10 de la mañana en la sección 3 de la pista central a cargo del jurado Leo García.

La presidenta de la Asociación Criadores de Holando Argentino (ACHA), Lieselotte Diz, destacó el valor de este regreso:

“En ACHA estamos muy contentos porque en esta 137° Exposición Rural, regresa el Holando Argentino a Palermo. Después de cinco años de ausencia, las vacas vuelven a la pista. Con ellas, los cabañeros tienen la oportunidad de mostrar el avance genético, resultado de sus programas de mejoramiento, así como también fortalecer el vínculo entre el campo y la ciudad”.

Además de las juras, ACHA propone una agenda completa que incluye una jornada técnica organizada por el Ateneo ACHA sobre conformación de vacas lecheras y un remate de vaquillonas. El stand institucional en el pabellón Ocre será punto de encuentro para productores, técnicos y apasionados de la raza.

Una figura clave de este esperado regreso es Teo Mulder (foto portada), histórico cabañero que con 77 años sigue entregando su vida a las vacas. Con seis vacas en Palermo, una vaquillona y un toro, Mulder no solo aportará genética de alto nivel a la exposición, sino también la emoción de una trayectoria marcada por el esfuerzo, la resiliencia y el amor por la raza.

En conversación con él nos relató sobre sus primeras participaciones en los años ‘60 con cabañas como Las Malvinas y Adrianta. La raza Holando vivía entonces sus mejores años, con mayor cantidad de animales expuestos, pistas de día y de noche y toros que valían lo que un 0 km. Hoy, la misma pasión se mantiene a pesar de los cambios: se generalizó la inseminación artificial primero y luego la genómica, estas razones y una lechería con muchas crisis atentaron contra la concurrencia masiva a la expo.

En esta oportunidad presentará ejemplares del tambo “El Solaz” (ubicado entre La Plata y Brandsen). Mulder nunca dejó de ordeñar ni de apostar por el Holando. Fue vicepresidente de ACHA, jurado en Palermo, comisario de galpón y protagonista de varias exposiciones. Su nombre es sinónimo de la raza como una muestra de pasión, genética y tradición.

“Las vacas son mi hobby. Con 77 años sigo ordeñando, me gusta verlas, planificarlas. Espero que vuelvan a Palermo más jóvenes. No quiero que la raza desaparezca de las exposiciones”, confiesa. Mulder sueña con un futuro mejor, a pesar de las crisis, pérdidas y aun así su tambo y su proyecto siguen firmes, impulsados por su hija y su inseparable equipo de trabajo.

Más que una exposición, un acto de compromiso

La participación del Holando en Palermo 2025 es un reflejo de los desafíos que enfrenta la lechería nacional: falta de apoyo y concentración. La combinación de trabajo genético, pasión y compromiso de sus criadores sostiene el presente y proyecta a la raza Holando hacia el futuro.

Fuente: Todo Lecheria