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La tecnología agropecuaria en retroceso: menos inversión, menor intensificación

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) publicó su tradicional Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (ReTAA) para la campaña 2023/24, revelando una tendencia preocupante: una caída generalizada en los niveles de tecnología utilizados en los principales cultivos del país. En un contexto de incertidumbre económica y financiera, los productores priorizaron decisiones conservadoras, afectando la inversión en insumos clave.

Menor tecnología, menor intensificación
La campaña analizada estuvo condicionada por los efectos persistentes de la sequía 2022/23 y por una estructura de costos poco favorable para la inversión. Como resultado, el ReTAA mostró que:

  • La tecnología aplicada cayó en todos los cultivos excepto en girasol.
  • La mayor caída se observó en trigo y maíz temprano, ambos afectados por menores niveles de fertilización y menor densidad de siembra.
  • En soja de primera y segunda, también se redujo el uso de tecnologías, aunque en menor medida.

Fertilización, el insumo más afectado
Uno de los datos más alarmantes es la reducción en las dosis de fertilización, especialmente en nitrógeno y fósforo, dos nutrientes fundamentales para altos rendimientos. Esta disminución fue generalizada entre cultivos y regiones.

Además, la proporción de productores que realizan análisis de suelo volvió a caer, profundizando un problema estructural en el manejo de nutrientes. La falta de diagnóstico limita la eficiencia de uso de fertilizantes, tanto en términos económicos como ambientales.

 Menos densidad y control sanitario
La densidad de siembra también cayó, sobre todo en trigo, maíz y soja. Esta decisión responde al intento de ajustar costos, aunque puede tener consecuencias negativas sobre el rendimiento potencial.

En cuanto al manejo sanitario, se mantuvo un uso estable de fungicidas y herbicidas en la mayoría de los cultivos, aunque se observaron menos aplicaciones de insecticidas, particularmente en maíz.

Girasol, la excepción positiva
En contraste con el resto, el girasol fue el único cultivo que mostró un leve incremento en la tecnología aplicada, lo que se explica por su mejor rentabilidad relativa y bajo requerimiento hídrico, factores que lo posicionaron como opción estratégica frente a la incertidumbre climática y económica.

 Costos, crédito e incertidumbre: los frenos estructurales
El informe de la BCBA identifica tres grandes obstáculos que explican esta desaceleración tecnológica:

  1. Aumento de costos: la relación insumo/producto se deterioró, haciendo menos atractiva la inversión.
  2. Falta de acceso al crédito: en un contexto financiero complejo, muchos productores optaron por financiarse de forma propia o reducir gastos.
  3. Incertidumbre macroeconómica: la volatilidad del tipo de cambio, las políticas intervencionistas y la presión impositiva generaron un entorno adverso para planificar tecnológicamente.

 Impacto a largo plazo
La menor inversión en tecnología no sólo afecta los resultados de corto plazo: también compromete la sostenibilidad de los suelos, la eficiencia en el uso de recursos y la competitividad del agro argentino en el mediano plazo.

Desde la Bolsa de Cereales advierten que será clave restablecer condiciones macroeconómicas estables, con acceso al financiamiento, reglas claras y políticas que promuevan la inversión productiva.