
Los futuros de maíz en el mercado de Chicago sufrieron una baja significativa luego de que se conociera una mejora de 3 puntos porcentuales en la condición de los cultivos, que pasaron al 73% en la categoría “bueno a excelente”. Este dato se ubica muy por encima del promedio de los últimos cinco años (64%) y supera con creces las expectativas de los analistas, generando una presión bajista sobre los precios.
El dato más destacado proviene del oeste del Cinturón Maicero, con estados como Iowa mostrando condiciones excepcionales. Apenas el 5% del maíz se encuentra en estado pobre o muy pobre, un nivel considerado muy bajo para esta etapa del ciclo.
En contraste, el esperado informe del USDA publicado el 30 de junio fue calificado por los operadores como uno de los más intrascendentes de los últimos años. El reporte no trajo sorpresas respecto a las estimaciones previas de marzo en cuanto a superficie sembrada y niveles de stock, por lo que no logró mover significativamente los mercados.
El trigo de primavera mantiene una performance más sólida en los precios, debido a que enfrenta condiciones climáticas más adversas. En el caso de la soja, la menor área sembrada y un estado general relativamente estable —con un 66% calificado como bueno o excelente— ayudan a sostener las cotizaciones.
Por último, el factor climático sigue en el centro de la escena. Para esta semana se prevén lluvias limitadas en las zonas productoras de EE.UU., aunque los modelos de pronóstico de mediano plazo (8 a 14 días) anticipan un aumento en la humedad disponible. Las temperaturas, por su parte, continúan por encima del promedio histórico, lo que podría tener un impacto si se mantiene en el tiempo.
En resumen, mientras el USDA no genera novedades, el mercado se mueve por el clima y, sobre todo, por la salud del maíz, que hoy muestra un panorama sorprendentemente favorable.
Por Esteban Moscariello