Más allá de su potencialidad, el sector se enfrentan a grandes desafíos: desde la actualización del marco legal hasta el diseño de fondos de financiamiento acordes a los tiempos de la industria forestal nacional, que puedan ayudar al segmento a dar el gran salto y así revolucionar la economía, opinaron referentes del rubro.
De acuerdo con datos del Infona, el 44,3 % de la superficie del territorio nacional tiene cobertura forestal: 33,6 % o 14.600.000 hectáreas de bosque nativo, de las cuales 2.600.000 se encuentran en la región Oriental y la cantidad restante en la Occidental o Chaco. A lo largo del país, 200.000 hectáreas corresponden a plantaciones forestales, principalmente de la especie de eucalipto y un porcentaje mínimo (7 %) de palmares.
A la par de la cobertura, Paraguay tiene condiciones climáticas y de suelo excepcionales para el sector forestal, que le permiten desarrollar ciclos de producción más cortos: de entre 7 y 12 años y de mayor rendimiento frente a otros países de la región, donde los plazos son de entre 15 y 20 años.
Así, el país posee gran atractivo para la instalación de industrias madereras (aserraderos y laminadoras) y otras más complejas como las de celulosa para fabricar desde empaques (papel) hasta sedas. De hecho, la megainversión de Parecel, cuya construcción se proyecta próximamente, se enmarca en esta categoría.
Grado de inversión puede ayudar
La titular del Infona, Cristina Goralewski, expresó en conversación con La Nación/nación Media que la estabilidad macroeconómica del país, la mano de obra, la tasa impositiva y las condiciones edafoclimáticas hacen que el país puede convertirse en el eje de las inversiones forestales. “El gran salto puede darse ahora. Con la noticia de que Paraguay llegó al grado de inversión, se da un paso muy importante poder consolidar esa inversión en el sector forestal paraguayo”, enfatizó.
Goralewski mencionó que está en marcha el plan gubernamental “Paraguay forestal para el mundo”, una iniciativa que tiene como objetivo generar oportunidades para el crecimiento económico y social desde el sector forestal.
“Consta de varios componentes. Uno de ellos es atraer inversión nacional e internacional en el sector, a través de incentivos como un subfondo de garantía forestal que se viene trabajando con la AFD. A la par, se pretende posicionar a la industria forestal y sus productos y apalancar la exportación de nuestros principales commodities con herramientas que demuestren la sostenibilidad”, añadió.
Radiografía del sector
José Ayala, especialista sectorial de Industrias Forestales y Floricultura de la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex), detalló a La Nación/Nación Media que, de acuerdo con el Infona, los últimos datos dan cuenta de más de 400 industrias registradas en el sector forestal, de las cuales aún más del 90 % se puede incluir en la franja de micro, pequeñas y medianas empresas. Están concentradas en su mayoría en Caaguazú, Coronel Oviedo, Minga Guazú, Hernandarias y algunas en Central.
Se trata en su mayoría de aserraderos, laminadoras, carpinterías y más. Respecto al volumen de producción, el experto señaló que la capacidad de corte de estas industrias está por arriba de 1 millón de metros cúbicos. “Pero, hoy se está trabajando al 50 % de esa exigencia”, explicó.
Fue en este sentido que Ayala mencionó que la mayoría de las empresas del sector está abocada hoy al corte de materias primas provenientes de plantaciones forestales o eucalipto, además de la producción y exportación de carbón vegetal, que es resultado del procesamiento de elementos de ejemplares de los bosques nativos. “El porcentaje de producción restante se divide en productos como cortes para pisos, maderas contrachapadas y laminadas y muebles”, añadió.
Para el especialista, sin dudas, la industria forestal local está llamada a convertirse en el gran actor de la economía, a partir de la generación de empleos y la concreción de grandes inversiones, pero señaló que aún se deben enfrentar grandes desafíos.


