SIN DEMANDAS EN LAS AREAS TRIGUERAS

Con el avance de aire frío, las lluvias se han desplazado hacia el centro norte de la Mesopotamia y el este del NEA.

Este cambio de circulación era muy esperado para comenzar a revertir el atraso de la cosecha de soja. Si bien aun se observa algún transito de nubosidad, la frecuencia de lluvias y su volumen ha cedido en forma apreciable en lo que va de mayo, quedando solo máximos mas apreciables y perjudiciales sobre la provincia de ER. Esta entrada de aire frio se ira reforzando durante el fin de semana con una intensa circulación del sur. La mezcla de masas de aire aun inducirá el despliegue de nubosidad, pero las chances de que se repitan eventos pluviales continuos ya decrecen en forma significativa. Las ventanas de buen tiempo, al menos con días libres de precipitación comienzan a extenderse y si bien esto aun no alcanza en forma efectiva el noreste del país, comienza a marcarse una tendencia hacia un cierre de otoño bastante más seco.

Respecto de las condiciones de humedad con la que se perfila el comienzo de la campaña fina, podríamos decir que, en la mayor parte del área apta para los cultivos de invierno, la disponibilidad de reseras es como mínimo la normal, con vastas extensiones que por estos días encuentran una holgura que da cierto margen para la definición de estrategias agronómicas. A continuación, mostramos la clasificación de humedad actual y la comparamos con la disponibilidad que se observaba para esta fecha del año pasado.

Las lluvias de abril han repuesto la humedad a niveles normales en CB y gran parte del norte de LP y noreste de BA.

El año pasado para estas fechas, el área triguera se mantenía muy lejos de la normalidad, el contraste con la condición actual era muy significativo. En la segunda quincena de mayo se observo una ciclogénesis muy tardía que permitió hacer muy buenas correcciones de humedad en la franja este, sin que esta recuperación pueda avanzar sobre la franja oeste, donde, o bien no se sembró, o se sembró bajo condiciones de humedad muy adversas.

Tomando como referencia la clasificación de humedad actual, la demanda de precipitaciones para la fina es muy baja. Algunos sectores del sudeste bonaerense, tienen capacidad receptiva y también tienen tiempo para recibir recargas. Las zonas del oeste que con habían quedado vedadas de la recuperación pluvial del mes de marzo, ya se han recompuesto y el escenario resultante es un emparejamiento positivo de la humedad, descontando que en el este aun hay sectores que sufren los excesos hídricos.

Hemos mencionado en el Informe Climático Mensual, las altas chances de que la salida a la primavera sea bajo un escenario La Niña. Debemos tener en cuenta que esto no necesariamente impactará en forma negativa sobre la floración de la fina o la siembra de la gruesa.

Estimamos que son buenas las chances de que, si transitamos un invierno con buena conservación de humedad y la influencia potencialmente negativa de La Niña se mantiene rezagada o disminuida hasta la transición hacia el verano, tanto la floración de la fina como las siembras de la gruesa podrían no tener una afectación importante. La siembra temprana de maíz es la que puede presentar mayor incerteza, dado que esto nos lleva a una floración ha mediados de diciembre, donde efectivamente pueden detectarse algunos faltantes pluviales.

Como sea, aun cuando se validen los pronósticos de largo plazo y se confirme la llegada de La Niña, la campaña no presenta la misma exposición a la sequía que la del 22/23.

Las estrategias para la fina no deberían modificarse significativamente respecto de un año normal. Si habrá que ser mas cuidadoso para la gruesa.