SENSACIONES ENCONTRADAS

Hablamos de sensaciones encontradas cuando una persona experimenta emociones ambivalentes ante un estímulo, y es sin dudas la sensación de muchos a cinco meses de gobierno del Presidente Milei.

Por un lado la razón y por el otro, la emoción. Cosas que entendemos que son necesarias y otras que nos hacen ruido y llevan a preguntarnos: ¿Pero cómo puede funcionar un país así? o ¿No es más de lo mismo? A estas sensaciones, le podemos agregar conceptos o frases “maradonianas” acuñadas por el presidente como “Casta” o “No hay plata”, combinado con una máxima argenta que dice: “Estoy de acuerdo con el ajuste y que todos tenemos que esforzarnos, siempre y cuando no sea con la mía.”

Si se pusieran todas estas partes (sectores, intereses, necesidad de hacer ajustes, etc.) en círculos y se tratara de hacerlos coincidir, el conjunto daría “vacío”. Es decir que no es posible, inicialmente, hacerlos coincidir, aunque sea en partes. Aparecen muchos “no es posible”.

No es posible para un “outsider” de la política gobernar un país en todos sus aspectos (Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Nacional, Provincial y Municipal) sin una parte de “la Casta”. No es posible, si no hay plata, que el ajuste a realizar no toque a todos los estamentos productivos y capas sociales. No es posible tener un afinado manejo político y gestión diaria cuando los que lo llevan adelante no poseen la experiencia y la consecuencia sea marchas y contramarchas. (DNU, Ley de Bases, Pacto de mayo).

Todo esto está bien, se entiende el momento. Pero podríamos preguntarnos: ¿Qué se prioriza? ¿Qué se recorta primero en un país atravesado por un esquema de subsidios y prebendas en todas sus clases sociales y empresariales?¿Que se hace mientras se aprende? Preguntas sin respuestas claras o sin contradicciones.

El gobierno ha priorizado el déficit cero, y la baja de la inflación a como sea (motosierra y licuadora) entendiendo que son las primeras metas. Y que, sin ellas, será difícil un después pero posee un tiempo acotado para lograrlas. En dicho ajuste la pérdida de poder adquisitivo que sufrieron las jubilaciones no parece muy equitativo comparado con el aumento de la dieta de los senadores.

Si hablamos del rechazo a “la Casta”, no se entiende la incorporación de Daniel Scioli a la cartera de Turismo o el proponer al juez Lijo para la Suprema Corte. El affaire de los seguros, descubierto por un funcionario del ANSES (Osvaldo Giordano) que ya no está, se contradice con el silencio hasta el momento del régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego. El relato libertario no pareciera alineado con la resolución que obliga a las prepagas a retrotraer sus aumentos. Y podríamos seguir.

Debemos entender nuestro punto de partida. El país ha elegido en las últimas elecciones y por cuatro años, a alguien con poca o nula experiencia en la gestión pública, con principios o ideas libertarias, que mencionó la necesidad de realizar un ajuste importante en su campaña, en una Argentina de subsidios y prebendas. Sería imposible que, con este punto de partida, no tengamos sensaciones encontradas durante su gestión.

LA MARGARITA

“Me quiere, no me quiere”. En el campo, en la etapa de la adolescencia, era común jugar a deshojar la margarita. Se tomaba esa flor, o alguna parecida con pétalos, y pensando en el o la persona que te gustaba, ibas arrancando un pétalo a la vez. El último pétalo era el que definía tu suerte…te quiere o no te quiere. Más allá de la emoción momentánea, obviamente no tenía más consecuencias. Además, había más margaritas que permitirían la revancha si hiciera falta.

Hoy, en las empresas, nos preguntamos, haciendo un paralelismo con el juego de la margarita, si las medidas del gobierno o lo que ocurre tranqueras afuera “me quiere o no me quiere”. Si me favorecen o me perjudican. O las dos cosas a la vez, donde a veces el perjuicio de corto plazo es percibido como algo necesario para generar un mejor largo plazo. Repasemos algunas de las cosas que pasan afuera.

El férreo convencimiento del gobierno respecto a eliminar el déficit fiscal (el famoso no hay plata) promete un largo plazo con baja inflación, eliminación del cepo y mayor previsibilidad en el cumplimiento de contratos. Es un me quiere. La contrapartida ha sido un aumento o mantenimiento de impuestos, una gran caída de la actividad económica, un aumento en el desempleo y un creciente (y por ahora incipiente) descontento social por la pérdida en la capacidad de consumo. Es un no me quiere para muchos. La apertura y nulas trabas a la importación de bienes permitirá tener una economía más competitiva, sin restricciones para acceder a insumos que no hay en el país o bien a mejor precio que uno fabricado acá. Un me quiere para el largo plazo. Pero esta medida puede provocar, al menos al inicio, que determinadas actividades o industrias no estén preparadas para competir y eso las lleve a cerrar o achicar su plantel de gente. Un no me quiere para otros.

Que el presidente tenga poder real y capacidad de liderazgo con aceptación de una mayoría de la población es clave en un país presidencialista como el nuestro para que los cambios puedan ocurrir. Pero si una parte de ese poder o imagen debe sostenerse no sólo dando las batallas correctas (ajuste del costo del Estado, eliminar restricciones al comercio, promover la competitividad del sector privado, etc) sino fomentando a diario grietas y peleando con sectores opositores “amigables” y dispuestos a ayudar con los cambios (en el Congreso fundamentalmente), se afecta la percepción de sustentabilidad de los cambios. Combatir a “la Casta” es necesario, barrer con todo no lo es. Lo mismo aplica respecto a dedicar tiempo a pelearse con periodistas. De nuevo aparece el “me quiere, no me quiere”.

El gobierno actual ha encarado un camino difícil con audacia, intentando corregir en el menor tiempo posible problemas estructurales de larga data. En un incendio a los bomberos no se les pide prolijidad sino eficacia. Por ahora estamos en la etapa donde los bomberos siguen intentando apagar el fuego, y muchos lo entienden. Pero esto sólo podrá mantenerse un tiempo, luego deberían aparecer las señales del crecimiento y el desarrollo.

Sin ansiedad ni saltando pasos, pero teniendo claro que es parte de la estrategia.
Deshojando la margarita va transcurriendo este 2024. Ojalá me quiera.

LA MACRO EN LA MICRO

La inflación sigue su camino descendente y buscando ser de un solo dígito antes de lo esperado, quizás en mayo. Sigue en niveles obscenos cuando se la anualiza, pero lo que el mercado valora es la tendencia luego del pico del 25% de enero. El dólar oficial sigue el camino de la tortuga, devaluando al 2% mensual. Y los otros dólares quietos, con poca demanda, logran que la brecha ya se ubique por debajo del 15%. Lo esperado por la mayoría es que se elimine el cepo e ir a un dólar único, pero todo indica que para eso habrá que esperar hasta que haya más dólares para respaldarlo. El Banco Central sigue de compras, logrando en abril, y luego de muchos meses, que las reservas dejen de estar en rojo. Y el ministro de Economía muestra con orgullo un tercer mes de superávit financiero, que es una gran noticia, pero todos saben que una parte de esto se logra pateando pagos.

O sea que es superávit de caja, no superávit patrimonial. Pero considerando dónde estábamos en diciembre, es sin dudas un logro. Sumado a eso también apareció el superávit comercial, mérito en gran parte de una caída en las importaciones superior al 30% pero con exportaciones empujando para el lado correcto (+11%). Y una noticia con impacto en la micro fue la baja de tasas de los Pases que realizó el BCRA, pasando del 80% al 70% anual. Esto ha repercutido en que la tasa de los créditos en pesos ha seguido cayendo a valores inferiores al 50% anual y en algunos casos se han visto tasas cercanas al 30% para compra de bienes de uso. También se va generalizando la oferta de créditos en dólares, para capital de trabajo o para inversiones, con tasas que van del 2% al 6% anual.

Por supuesto sigue la discriminación de mayores tasas a los productores que tengan soja en stock, algo difícil de explicar y justificar. La contracara es que también bajaron las tasas de los plazos fijos y de los fondos de inversión de rescate inmediato que suelen ser refugio de los pesos excedentes en cuenta corriente, que hoy se ubican cercanos al 5% mensual.

Pierden atractivo. El impuesto PAIS sigue encareciendo los insumos, pero en un mercado liberado han aparecido bajas de precios tanto en agroquímicos como en algunos fertilizantes (urea). El gobierno espera ansioso la liquidación de granos para juntar dólares, algo que los productores van demorando. En parte por las condiciones climáticas adversas, en parte porque había muy poco grano vendido forward y en parte porque se espera un repunte de precios. Y en menor medida porque existió la fantasía de una posible quita o baja de retenciones en algunos granos sumado a una aceleración en el ritmo de devaluación, fantasía que nunca parece haber estado cerca de ocurrir. En resumen, cuando la macro manda señales, la micro responde y se adapta. Anticuerpos argentinos en el agro abundan.

EN QUÉ ANDAN LAS EMPRESAS AGRÍCOLAS

Nada ha cambiado demasiado desde el mes pasado. Las empresas siguen en formato defensivo, entrando de lleno en período de cosecha de la gruesa, con los costos de cosecha y fletes aumentando en dólares, con su correspondiente impacto sobre la renta. El clima está jugando una mala pasada, habiendo zonas donde los excesos detienen las labores de cosecha por falta de piso produciendo pérdidas de cantidad y calidad en soja, aumentando las mermas por calidad y los gastos comerciales del producto. Por supuesto que este “mal clima” asegura la humedad para una buena siembra de trigo. La chicharrita ha generado un daño muy importante en la producción de maíz a nivel nacional, estimada hasta el momento en el 12% (7 M de TN de pérdida, de las 57 M de TN en su momento) y con final abierto, comprometiendo seriamente la producción de maíz de la campaña que viene. En cuanto a los insumos, hubo anuncios por parte del gobierno sobre baja de aranceles para la importación, sin impacto real por ahora en los precios. El productor mantiene su tesitura de comprar estrictamente lo necesario, esperando una baja de costos de los insumos. En fertilizantes hubo una baja significativa en el precio de la Urea y no tan significativa en los fertilizantes fosforados, pero ambos en baja, lo que mejora las relaciones insumo/producto de cara a la próxima campaña. Campaña que sigue cerrando negativa en el Excel.

Los distribuidores de insumos con bajas ventas, sin poder cumplir con los objetivos comerciales que les piden las empresas madres, producto de esta expectativa de bajas y la falta de renta de la campaña que viene.

Los arrendamientos tratan de acomodarse a este escenario. Los arrendatarios pidiendo bajas y los dueños de campo resistiendo. Mientras tanto el tiempo pasa y la producción de fina del país (trigo y cebada), en las zonas donde estas producciones son importantes, comienza a replantearse. Ante este escenario existen reclamos por parte de productores y entidades pidiendo una baja de retenciones en trigo, además de numerosos escritos sobre las ventajas de dicha baja. Pero el gobierno nada escucha por el momento. Los productores siguen sin cerrar el precio de sus ventas esperando, a esta altura, que el panorama se aclare, sin saber si esto va a suceder en el corto plazo.

Momento importante para la presente campaña agrícola y seguramente las variables mencionadas, condicionarán las acciones de la que viene.

NEGOCIO AGRÍCOLA

Durante el último mes se incrementaron los conflictos bélicos, pero contrariamente a lo que se pensaba, esto no tuvo un impacto significativo en los mercados hasta el momento. La posición vendida de los fondos especulativos comenzó a desarmarse (dato alcista), pero luego de las noticias del posible incremento de los conflictos bélicos, volvieron a venderse, como esperando una reacción bajista de los mercados ante esta problemática, a contrapelo de los que dicen los libros.En el mercado local, sin grandes variaciones mensuales, y ante la falta de cierre de precios por parte del productor, el mercado “físico” de la soja comienza a “penalizar” la posición mayo, divorciándose de la evolución internacional, cosa que había comenzado a copiar en los últimos treinta días. El exceso de lluvias que genera falta de piso, tendrá su partido aparte en las cotizaciones y dependerá si el mismo se profundiza. A esta altura de la cosecha y de los mercados, no hay recomendación. El productor se debate entre lo que quiero y lo que puedo. Lo que quiero evidentemente es no vender, y lo que puedo estará condicionado por el fenómeno climático y su necesidad de caja.

Fuente: Zorraquinmeneses.com