Si bien es cierto que los precios del grano que cotiza en la Bolsa de Futuros de Chicago han tenido un repunte de 4.75% desde los niveles mínimos que alcanzara el contrato a julio en febrero de este año al ubicarse en niveles de 167.90 dólares/tonelada versus los 175.88 dólares alcanzados al cierre del viernes, las perspectivas siguen complicadas y no es momento de confiarse.

Como ya hemos explicado en este espacio, la oferta de maíz para este ciclo ha sido muy superior a la del año pasado, lo que provocó que el precio del grano se desplomara de su nivel máximo alcanzado el 21 de junio del año pasado en donde se ubicó en niveles de 249.79 dólares/tonelada, para cerrar el viernes pasado en los 175.88 dólares, lo que equivale a una caída del 29.59 por ciento.

Si consideramos que en ese mismo periodo el peso se fortaleció frente al dólar al pasar de 17.09 pesos/dólar a 16.5415 al pasado viernes en su cotización fix del Banco de México, la pérdida llega a ser de 31.85%; es decir, la fortaleza que ha venido mostrando el peso, solo perjudica más a nuestros agricultores, ya que el maíz se cotiza en dólares, pero al convertirse a pesos, éstos reciben menos pesos por la venta del mismo.

Un factor importante para la recuperación reciente en el precio del maíz fue el tan esperado reporte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) que se emitiera el pasado 28 de marzo, el cual da cuenta de los inventarios trimestrales en el grano, y la superficie que pretenden sembrar los agricultores norteamericanos para este ciclo, que de hecho fue sorpresivo y que generó que ese día se dispararan órdenes de compra en el piso de remates de Chicago por parte de los famosos Hedge Funds (inversionistas o especuladores), buscando cerrar posiciones que apostaban fuertemente a las bajas en el mercado.

Y es que de entrada, el consenso del mercado esperaba que el USDA recortara la superficie a sembrar de maíz en aproximadamente 1.16 millones de hectáreas con respecto al año pasado; sin embargo, terminó reduciendo la superficie a sembrar en 1.86 millones para quedar en 36.46 millones de hectáreas.

Por otro lado, el USDA también sacó las tijeras al reducir los inventarios trimestrales para quedar en 212 millones de toneladas, por debajo de las 214.06 millones que esperaba el mercado; sin embargo, ojo, porque quedaron 24.16 millones de toneladas más de las que había el año pasado en el mismo periodo.

En el caso de la soya y el trigo, el USDA informó que los inventarios trimestrales estuvieron por encima de lo que esperaba el mercado, y en el caso de la superficie sembrada, la soya estuvo por debajo, pero en el trigo informó se sembrará más de lo esperado. El resultado final es que entre los tres cultivos la superficie sembrada para este ciclo se vería reducida en 2.02 millones de hectáreas, las cuales de haber buenas condiciones de humedad en la franja maicera, podrían terminarse sembrando finalmente.

Tras el entusiasmo inicial de los participantes del mercado ante este reporte, el maíz no ha logrado mantener las alzas y desde esa fecha (28 de marzo) al cierre del viernes, el maíz ha retrocedido 1.70 por ciento.

Los fondos o especuladores hoy por hoy aún mantienen apuestas bajistas por 259,566 contratos, equivalentes a 32.97 millones de toneladas; el clima, tanto para la franja maicera como para Sudamérica, va bien, y en el mercado corrió el rumor de que China podría cancelar un pedido para importar hasta 1 millón de toneladas de maíz ucraniano.

La cereza del pastel tiene que ver con un brote de influenza aviar en Estados Unidos que generó que la empresa CAL-Maine foods sacrificara 1.6 millones de gallinas de postura en Texas, mientras que al momento ya se habla de 5 Estados de la Unión Americana en los que ha habido contagios de la influenza aviar en ganado lechero, lo que significa menos consumo de maíz.

Como verán, queda claro que no es momento de confiarse.